Una docena de lunas de verano han pasado ya por las mesas kilométricas que cada año organiza la Asociación de Vecinos Calas de Santa Pola del Este. Doce años desde que María Dolores Mulá, impulsora de la «Cena de la Luna Llena» decidiera reunir a todos los santapoleros, veraneantes y visitantes posibles alrededor de una mesa, con fines benéficos, con el espíritu de evocar las vacaciones en las barracas de las playas de antaño en una multitudinaria cena y sobremesa veraniega a la luz de las velas.

Anoche volvió a ser el momento de una de esas citas, ya tradicionales en la villa marinera, que congregó aproximadamente a unas 4.000 personas en torno a un «sopar de cabasset» gigantesco y las actividades en torno a él.

Ya por la tarde se hilaban las sillas, apiladas de tres en tres sobre las interminables mesas, aguardando el momento en el que los comensales comenzaran a llegar y empezaran a ocupar los asientos. Ya con la caída del sol, la actividad comenzó a llegar al camino del faro a donde se aproximaban familias y grupos de amigos portando sus neveras y sus viandas, sentándose unos al lado de conocidos o con gente por conocer en una agradable noche estival. La noche dio tregua a las altas temperaturas del día y los comensales pudieron disfrutar de el magnífico espectáculo que supone mirar al mar con la luna en todo su esplendor iluminando la isla de Tabarca al fondo. Una velada realmente de excepción, amenizada por la dolçaina i el tabalet, que amenizó la colla El Freu poniendo la música más tradicional a esta velada.

Los niños también fueron protagonistas de esta cita de la que se llevaron vivencias memorables de una velada entre amigos. Los pequeños corrían y jugaban alrededor de las mesas de la «Cena de la Luna Llena» en la villa marinera. La asociación santapolera Fem Art se encargó de hacer un cuentacuentos y actividades de globoflexia para el entretenimiento de los menores, que también recibieron golosinas para endulzar los juegos tras la cena.

En esta noche todos vistieron de blanco «a juego con la luna», como señala la impulsora de la actividad y también se portaron velas para ambientar la cita con miles de comensales y asistentes a las actividades posteriores. Los asistentes, además bailaron al ritmo de «swing» y de «Lindy Hop» de la mano de una escuela de baile de San Vicent del Raspeig y animó a más asistentes a que se unan a la danza. El colofón lo puso la Agrupación Astronómica de Santa Pola que, con una plantada de telescopios, acercaron a los asistentes el objeto de la velada, la luna llena en todo su esplendor.