Cientos de personas acudieron ayer por la tarde a la parroquia Nuestra Señora de Belén para dar su último adiós a Antonio Borruel, que fue párroco de Crevillent y presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent entre 1981 y 1991. Antonio Borruel falleció el pasado domingo a los 76 años de edad tras sufrir un infarto cerebral.

Borruel fue uno de los impulsores de las bases para crear la Federación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Crevillent en la década de los años ochenta, y darle carácter legal, ya que, hasta la creación de esta entidad, la localidad alfombrera contaba con un patronato municipal que era el encargado de coordinar a las cofradías.

Además, Antonio Borruel ejerció como consiliario de la entidad durante unos cinco años, mientras desempeñaba la función de párroco en el templo de Nuestra Señora de Belén, del que anteriormente ejerció como vicario. De hecho, Antonio Borruel, que es natural de Elda, llegó a Crevillent en el año 1969 como vicario de la parroquia Nuestra Señora de Belén. En su época como sacerdote fue también el impulsor de la adquisición del local en el que se ubica la antigua sede de la entidad, que está situado en la calle Primero de Mayo. En el año 2002 fue nombrado Cofrade de Honor y en 1982 ejerció como pregonero de la Semana Santa.

La tarde del 28 de marzo de 1992, el sacerdote Antonio Borruel Marco, que hasta el año anterior había presidido la Federación de Semana Santa de Crevillent, leía ante cientos de personas el pregón de los actos pasionales de ese año. Éste fue el primer reconocimiento de la villa a la labor que Borruel había realizado en favor de la Semana Santa.

En este mismo acto, el sacerdote reconocía que, hasta que llegó a Crevillent en los años 60, integrándose en la celebración local, siempre se había opuesto a las procesiones pasionales, por lo que los crevillentinos lo definieron como un «semana-santero converso». Durante el pregón asumió también que la Semana Santa había dado identidad al pueblo crevillentino, distinguiéndose de los demás.

Hace unos años, Antonio Borruel abandonaba el sacerdocio para casarse con una crevillentina. Su vinculación con la villa y con la Semana Santa continuó muy presente en este tiempo, y nunca dejó de apoyar a las cofradías y hermandades de la localidad.

Las muestras de apoyo y cariño a sus familiares y amigos, así como a toda la familia de la Semana Santa, han sido numerosas desde que se conoció el fallecimiento de Antonio Borruel. Instituciones como la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillent, la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos o la Cooperativa Eléctrica expresaron sus condolencias públicamente y trasladaron su pesar a la familia.

La Cooperativa Eléctrica emitió un comunicado en el que decía ayer que lamentaba «profundamente la pérdida del expresidente de la Federación de Semana Santa, Antonio Borruel Marco».

Antonio Borruel también estuvo muy vinculado a las fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent. De hecho, llegó a interpretar el papel de rey Jaime I durante los primeros años de celebración de las Embajadas, 1975 y 1988. Borruel también fue asesor religioso de los Moros y Cristianos. El presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos, José Ángel Asencio, también mostró públicamente las condolencias por la pérdida de Borruel. Un sentir que se vio reflejado en las cientos de personas que acudieron ayer por la tarde a la parroquia Nuestra Señora de Belén que contó con una treintena de sacerdores, y fue cantado por la Coral y por José Sempere.