El Colegio de Fisioterapeutas de la Comunitat Valenciana (Icofcv) ha formulado un escrito de acusación contra un individuo por los delitos de estafa, intrusismo profesional y publicidad engañosa, al sostener que ejerció este oficio durante unos nueve años en una clínica de Santa Pola sin estar acreditado para ello.

Fuentes de la organización colegial han informado hoy en un comunicado de que a su acusación contra el sospechoso, O.L.L., ante un juzgado de Elche se han sumado tanto la fiscalía, que reclama provisionalmente para él dos años y seis meses de cárcel, como un paciente al que trató, que exige tres años y medio de condena y 18.750 euros de indemnización.

Según la versión del Icofcv, el acusado "realizaba actos propios de la profesión sanitaria de fisioterapeuta careciendo de la titulación académica que lo habilite para ello", aplicando a sus clientes "a sus técnicas manipulativas del aparato locomotor en zonas lesionadas e intervenidas quirúrgicamente".

Igualmente, "hacía uso de máquinas terapéuticas propias de la fisioterapia como ultrasonidos, lámpara de infrarrojos y equipo de electroestimulación, así como "infiltraciones", añaden fuentes de la entidad.

O.L.L. se anunciaba en la red social Facebook como fisioterapeuta y como tal llegó a realizar hasta 225 sesiones de rehabilitación a un particular, J.M.L., que sufría diversas fracturas a causa de un accidente de tráfico.

"El acusado actuaba a sabiendas de que no estaba facultado para ello ni desde el punto de vista técnico-sanitario ni desde la habilitación legal, con lo que estaba poniendo en grave peligro la salud de los usuarios", precisa en el comunicado de prensa el asesor jurídico del Icofcv, Santiago Sevilla.

Los clientes del presunto impostor acudían a él "al amparo de una publicidad falsa", añade el colegio de fisioterapeutas, que ya inició en su día acciones legales por intrusismo profesional en su día contra otros cuatro falsos fisioterapeutas en Elche, Orihuela y Castellón.