Penya Negra se está convirtiendo en uno de los mayores potenciadores turísticos del municipio crevillentino. Los trabajos en Penya Negra y Herna y la adecuación de sus inmediaciones atraen a cada vez más visitantes, ya sea a través de visitas guiadas o por su propio pie, desde innumerables municipios de la provincia. De hecho, las visitas al enclave han aumentado en un 50% desde el pasado año, con cifras que sobrepasan las 200 personas en cada visita. Así, además de referente cultural de Crevillent, también provoca un efecto llamada en los turistas.

Los senderistas acuden a visitarlo, pero son las visitas guiadas y los grupos escolares lo que más amplían el cupo de asistencia al enclave arqueológico. De hecho, también se está convirtiendo en referencia y recurso educativo para institutos y otros centros escolares de la provincia.

Las excavaciones y adecuaciones en Penya Negra y Herna siguen dando frutos y avanzando en lo que ha resultado ser un asentamiento más complejo que lo que se preveía. Desde agosto de 2014, cuando se iniciaron las excavaciones, el equipo arqueológico encabezado por Alberto Lorrio está descubriendo tesoros y nueva información día tras día. Penya Negra se está convirtiendo poco a poco en un gran museo al aire libre y en sus entrañas ya se encuentra un area señalizada con diferentes paneles indicativos.

Paralelamente a los trabajos de campo se está recuperando el camino de la herradura para que este nuevo parque arqueológico pueda estar en condiciones de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC). «Penya Negra es mucho más que un yacimiento musealizable, mezclamos medio ambiente y paisaje con relevancia histórica y cultural», asegura el arqueólogo Lorrio.

Con unos fondos cofinanciados por el Consell y el Ayuntamiento de Crevillent, se emplearán a su vez a unos seis trabajadores temporales a través del plan de empleo municipal.