El proyecto para restringir y normalizar los aparcamientos de la zona del Cabo no se hará efectivo durante este verano. Y es que, aunque el objetivo era evitar las masificaciones de vehículos y reducir el impacto ambiental de cara a la temporada estival, el estudio sobre el terreno y los usos que se le puede proporcionar a un entorno protegido han retrasado la puesta en marcha de la iniciativa. Por tanto, el Ayuntamiento presentará al Consell el primer borrador del plan durante la próxima semana, para que estas medidas puedan adoptarse de cara al siguiente año.

«La propuesta ya está completa y redactada, junto a toda la documentación que se debía adjuntar. No obstante, aunque la idea era que el plan se iniciara durante este verano, el estudio del uso del terreno ambiental y las delimitaciones geográficas han retrasado la puesta en marcha de la actuación», explicó Alejandro Escalada, concejal de Medio Ambiente. En este sentido, para adecuar el proyecto, ha sido necesario analizar el plan especial de protección que establece los usos del Cabo. Así, se ha revisado si la propuesta cumplía la normativa vigente y si las bolsas de aparcamientos podían implantarse en esa zona. «Esto, junto a la recogida de toda la documentación, ha dificultado e imposibilitado el inicio de la actuación de cara a este año», señaló el edil de Medio Ambiente de Santa Pola.

El primer borrador completo de la propuesta se presentará al Consell durante la próxima semana para que se estudie la viabilidad de la iniciativa.

El proyecto contempla la creación de cuatro zonas de aparcamientos a lo largo del litoral, desde el tramo final de las calas de Santa Pola del Este hasta la ermita del Cabo. Así, esta área tendría una capacidad para acoger a alrededor de 500 vehículos, distribuidos en los diferentes puntos. Los estacionamientos se instalarán en tres parcelas de titularidad pública y una de uso privado.

Asimismo, la actuación pondría en marcha un paquete de medidas de tráfico, ya que la nueva normativa no permitiría estacionar los vehículos fuera de la zona o en los márgenes de la calzada. Tanto es así que el Ayuntamiento se encuentra estudiando la posibilidad de multar a aquellos que incumplan este código de aparcamiento.

Además, esta delimitación implicará algunos cambios en la vía pública. Al respecto, se pintarán las limitaciones de las zonas de aparcamientos y se incluirá la pertinente señalización de entrada y salida a la carretera.

«El objetivo sería desarrollar una senda sostenible para los viandantes, controlando el tráfico de la zona. Por tanto, con el tiempo ganado de cara al próximo año, se tratará de replantear mejor la situación, finalizar la delimitación y concienciar a la población de la importancia de cuidar este tipo de parajes protegidos», destacó Alejandro Escalada.