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Crevillent

La odisea de vivir sin agua

Los vecinos de Els Ponents llevan seis meses sin abastecimiento

Desamparados y olvidados. Así se sienten los vecinos de Els Pontets, sin agua desde hace seis meses por un conflicto entre dos comunidades de regantes, que está en manos de los juzgados y que por el momento ha dado la razón a los comuneros de San Cayetano.

El pasado mes de mayo se cortó el suministro a esta zona de campos de Crevillent, dejando a más de 200 familias sin el abastecimiento de riego que tradicionalmente recibían y al que le daban un uso «semidoméstico». Y es que, esta zona de la sierra con viviendas dispersadas nunca ha recibido agua potable.

En verano, son más de mil las personas que residen aquí. En invierno algo menos, pero son muchos los que tienen en este paraje su primera residencia, y por lo tanto, su vivienda habitual. Por este motivo, la falta de agua pesa como una losa. El día a día de estas personas es mucho más complicado que el de cualquier otra familia crevillentina residente en el casco urbano o en otra zona de campos que si disponen de agua potable, entre ellas la conocida como el Bon Lloc, muy cerca de Els Pontets. No sale agua del grifo, y se ven obligados a abastecerse mediante cubas que multiplican por siete el coste del metro cúbico con respecto al precio que se paga, por ejemplo, en el casco urbano.

José Maestre, vecino de Els Pontets explica que «para poder tener agua tuve que realizar una inversión de 2.000 euros en instalaciones para almacenarla, cada cuba que compro, de 10 metros cúbicos, me cuesta 65 euros, y ya he comprado unas 10 cubas desde que nos cortaron el suministro en mayo». Maestre se ha visto obligado ha dejar perder plantaciones de hortalizas, como tomates y pimientos para consumo familiar. «Lo único que queda en pie son árboles de mayor resistencia, como olivos, higueras o granados» indica. Otro vecino, Vicente Ballesteros, afirma que «somos seis en casa, por lo tanto necesitamos una mayor cantidad de agua. En mi caso compro cubas a razón de doce metros cúbicos cada una, y a un precio de 90 euros, y utilizo la piscina como depósito. Para ello tuve que colocar una bomba que me costó 3.000 euros, una inversión elevada para una familia de trabajadores. Llevamos 24 años viviendo en esa casa». En su caso, Francisco Belmonte tuvo que desembolsar 300 euros el pasado mes de agosto para que sus árboles no se secaran: «En total, desde mayo, me habré gastado en actuaciones de acondicionamiento para poder abastecerme de agua unos 6.000 euros, entre las cubas, limpiar el pozo y un equipo de bombeo», apunta este vecino de Els Pontets, que reside aquí desde hace un año y medio en una vivienda familiar. Por su parte, Manuel López, señala que «hemos vivido el verano más caluroso de la historia y sin agua, no hay derecho».

Esta problemática entraña bastantes dificultades para ducharse o fregar los platos, ya que el agua entra en las casas mediante garrafas. Por descontado, ninguno de estos vecinos afectados pudo disfrutar de su piscina durante el periodo estival, al no poder llenarlas por el altísimo coste que ello suponía. Los afectados piden tener los mismos derechos que el resto de crevillentinos, y que el agua procedente de la mina de los Suizos, en Albatera, llegue limpia, sin mezclar con el agua de la depuradora de Crevillent, como se estaba haciendo hasta el corte del suministro. Los afectados denunciaron haber recibido «agua contaminada que ha provocado algunas patologías relacionadas, como cistitis a las mujeres, E.coli en dos casos o erupciones y manchas en la piel. Además, hemos dado de beber a los animales con esa agua y hemos estado regando lo que se suponía que eran cultivos ecológicos».

Una problemática que, según los vecinos, le trasladaron al alcalde de Crevillent, Cesar Augusto Asencio, en el año 2013, aportando documentación probatoria, que denunciaba la presunta contaminación.

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