La Guardia Civil ha reactivado en las últimas semanas la búsqueda de una mujer que desapareció en Santa Pola en el mes de mayo de 1991, cuando tenía 19 años, e inspeccionó ayer un pozo ciego ubicado entre unas viviendas de la zona del Calvario y del barranco de Catarra, a la luz de nuevos datos que se han podido recabar recientemente en el marco de la investigación, según las fuentes consultadas por este diario. Al parecer, la Benemérita trata de localizar los restos mortales de la joven Remedios Ludeña Gea, nacida en Alicante y cuyo último domicilio se ubica muy cerca del pozo donde ayer se estableció el despliegue policial, a apenas 200 metros de la vivienda en la que residía. La mujer desapareció hace más de 24 años y nunca se logró esclarecer su paradero, por lo que en julio de 2004 se iniciaron los trámites legales para declarar su ausencia en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Elche.

El mal estado del foso, que lleva años sellado, impidió una inspección definitiva en la mañana de ayer, a pesar de que la Benemérita requirió la ayuda de una máquina excavadora y prolongó los trabajos hasta primera hora de la tarde. Según vecinos de la zona -que ayer acudieron a decenas alertados por la presencia de la Guardia Civil- el foso ha estado tapado con una losa de hormigón desde hace años, desde que el alcantarillado llegó a las casas más antiguas del lugar.

Ayer la zona quedó acordonada con cinta policial y custodiada para evitar injerencias que pudieran entorpecer una búsqueda que está previsto reanudar hoy. Según fuentes conocedoras del caso, la maquinaria logró excavar unos seis metros de profundidad sin que se hallara nada concluyente, pero la escasa estabilidad de la infraestructura impedía continuar profundizando tanto por el peligro que entraña para los operarios por la concentración de gases como por el riesgo de destrucción de pruebas si se produjera un desprendimiento. La investigación de la Guardia Civil no se da por tanto por concluida, por lo que los datos que han reactivado la búsqueda y que apuntan a que los restos mortales de la mujer podrían encontrarse muy cerca del punto de su desaparición se custodian con máxima confidencialidad.

A lo largo de la mañana, fueron numerosos los vecinos que se aproximaron al barranco y los rumores circularon rápidamente por el barrio, en el que se daba por hecho que se habían encontrado restos de un cadáver. El barranco de Catarra es una zona muy concurrida tanto por jóvenes que lo cruzan a diario para acudir al instituto como por vecinos que pasean con mascotas, incluso está dotado con mesas de merendero. De ahí que la extrañeza fuera ayer máxima en el vecindario, puesto que el lugar donde se encuentra el pozo ciego es muy frecuentado y se ubica a escasos metros de viviendas de nueva construcción.