El haz de luz del trono de la alcaldesa honorífica de Santa Pola iluminó ayer el pueblo costero en su día grande, en la festividad de su Patrona. Cientos de devotos arroparon la imagen durante la procesión por las calles de la villa marinera con velas que dejaron un destello delante y detrás de los pasos de la Virgen de Loreto.

La guardiana de la localidad, que llegó por el mar en el año 1643, vivió ayer otra fiesta para el recuerdo. Mujeres costaleras de la cofradía de La Purísima portaron por primera vez en la historia a hombros el trono de la Patrona. Un acontecimiento novedoso que surge después de que el pasado año Santa Pola recuperara sus orígenes y deciciera eliminar las ruedas, con el fin de engrandecer el acto. Así, con esta nueva seña de identidad, los vecinos se rindieron a la Virgen y la acompañaron desde su salida de la capilla del Castillo, algunos de ellos descalzos, en señal de fe.

La Cruz de Guía y los ciriales abrieron el recorrido, con la presencia de los niños de la Primera Comunión. Tras ellos, las promesas llenaron las calles en una larga fila que acabó con el estandarte de la Patrona, la Reina de las Fiestas y su corte de honor, acompañadas por la comisión de fiestas. Las camareras de la Virgen arroparon a la imagen, seguida por el clero, las autoridades locales y la Banda Unión Musical de Santa Pola.

La lectura del emotivo relato del milagro fue uno de los grandes momentos de la noche, que llenó de autenticidad la cita festera.