Escombros y restos orgánicos decoran el paisaje de algunos barrancos y ramblas de Crevillent, como el que se encuentra junto al Camino de los pavos; el de Sendra que se encuentra a la salida de Crevillent en la confluencia de la carretera N-340 y la Av. Carmelitas Teresianas; o el entorno del Barranco del Boch en el camino de la Monja.

Esta situación de abandono ha sido denunciada por el grupo municipal de Compormís per Crevillent, quien afirma que estos barrancos suponen un serio peligro para la ciudadanía.

«El abandono en que se encuentran las ramblas y barrancos en Crevillent supone una irresponsabilidad y un atentado medioambiental por el peligro de desbordamiento de algunos y por la suciedad que se viene acumulando durante años sin que por parte de las administraciones responsables se actúe», comentó el grupo municipal a través de un comunicado, que señalaba también que la edil Dory Cortés manifestó que «esta situación ha convertido estos espacios en focos de contaminación medioambiental y paisajística ya que algunos se vienen utilizando como vertederos desde hace años y suponen un peligro por el desbordamiento que se puede producir en caso de lluvias».