Las playas de Santa Pola tendrán por primera vez durante este invierno una barrera de algas de un metro de altura en la orilla para proteger el litoral ante los continuos y fuertes temporales.

El Ayuntamiento de la localidad costera ha tomado la determinación de acumular los residuos marinos, debido a los destrozos que causan las precipitaciones, principalmente en la arena y que propician su desaparición.

Según la concejal de Playas, Loreto Serrano, nunca antes se había impulsado un plan de protección similar y el objetivo es que los servicios municipales retiren una vez al mes la barrera de algas en las playas urbanas. "Preferiblemente la limpieza se realizará cuando coincida algún puente o fiesta y venga la gente de fuera", explica Serrano.

Sin embargo, la playa de Levante será la única zona donde no se realice esta actuación, al tratarse de un punto céntrico y para permitir a los vecinos que lo deseen darse un baño durante el invierno sin tener que encontrarse con las algas.

"La gente ha de saber que el alga no es mala, que tiene muchas propiedades beneficiosas y que nos hemos visto obligados a tomar esta decisión porque con las lluvias cada vez va saliendo más la piedra del suelo y nos quedamos sin arena", señala la edil de Playas.

En este sentido, Santa Pola genera de manera anual alrededor de 5.000 metros cúbicos de residuos marinos, como consecuencia de los altos niveles de poseidonia oceánica.

Según Serrano, de aquí a Semana Santa, el Ayuntamiento pretende retirar entre 15.000 y 20.000 metros cúbicos de residuos acumulados en una parcela ubicada en la sierra, junto a la depuradora. Esta actuación supondría eliminar una tercera parte de las algas que se amontonan en esta zona.

La poseidonia retirada se destina a cuadras de caballos y al Safari de Elche, debido a que el yodo y la sal tienen propiedades curativas para los animales.