A las cuatro y media de la tarde el sonido de una sirena alerta a todos los compradores de pescado fresco para poner toda su atención en el género que saldrá por la cinta para ser subastado. Todos los allí presentes no quitan la mirada de las decenas y decenas de cajas con las capturas recién traídas por los barcos en una jornada de trabajo.

Así es el ambiente que se respira en la lonja de Santa Pola. Un punto de venta donde cada día asisten comerciantes de distintas ciudades de la franja mediterránea y del interior de España. Un lugar por lo que es considerado como uno de los más importantes del territorio nacional y el primero del Mediterráneo, ya que, según el responsable de la lonja, José Andreu, "hasta 3.000 arcas repletas de pescado de las aguas santapoleras circulan cada jornada por las cintas de la lonja para ser repartidas por un sinfín de destinos". Una cantidad que se ve notablemente reducida en meses como éste cuando el paro biológico de los barcos de arrastre conlleva a que lleguen a la lonja alrededor de 700 cajas de género fresco.

Precisamente, para seguir a la cabeza en la venta y distribución del pescado, las instalaciones se han tenido que adaptar a una serie de reformas, con las que se garantiza unas mayores condiciones sanitarias. La lonja de Santa Pola ha vivido su remodelación más importante desde que se construyó en su actual ubicación en 1996 y ahora cuenta con una sala específicamente destinada al trabajo de los mayoristas. "Tenemos un espacio propio para manipular y vender el pescado que no sale a subasta y que tiene su precio estipulado", explica Francisco Piedecausa, jefe de los mayoristas.

Dos cámaras frigoríficas, una antecámara o cámara de protección, para paralizar el género en caso de detectar alguna irregularidad o no estar identificado, ventiladores para no romper con la cadena de frío exigida por SanidadÉ Éstas son las dotaciones que dispone ahora una parte de la lonja de Santa Pola en la que se venden al día 5.000 kilos de pescado, capturados en distintos puertos del Mediterráneo como Torrevieja, Denia, Jávea, Tarragona o Castellón.

Venta por Internet

Dentro de esta etapa de cambios y de avances en la lonja de Santa Pola destaca la apuesta por la tecnología y la renovación del sistema informático para realizar las subastas, pero, sobre todo, la instalación de una cámara que, según José Andreu, "en un futuro grabará todo el pescado que circula por la cinta para que pueda ser comprado a tiempo real por Internet desde cualquier parte de España". Según el secretario de la Cofradía de Pescadores, Roque Andreu este sistema innovador se pondrá en marcha cuando "se realicen varias pruebas, ya que se trata de una forma compleja para vender el pescado, porque no es lo mismo ver el género directamente que a través de la cámara". Con la incorporación de este sistema, la lonja de Santa Pola se convierte en pionera en el Mediterráneo, puesto que hasta ahora, según Roque Andreu, sólo funciona en una lonja de Galicia con la venta de marisco.

La Cofradía logra apoyos en las ayudas por el paro biológico

La Cofradía de Pescadores ha logrado avanzar en la gestión de las ayudas a los marineros por el paro biológico y ha conseguido el respaldo de las demás entidades similares de la Comunidad para que los barcos de artes menores puedan tener dos meses de paro biológico, al igual que los arrastreros. Además, se ha propuesto que los marineros de las artes mayores y los pescadores de trasmallo puedan percibir un importe de 36 euros por día que no trabajen. "Se está avanzando mucho en esta reivindicación y confiamos en que el próximo año estas ayudas puedan ser una realidad", apunta Roque Andreu.