La Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social ha calificado de infracción "muy grave" la situación que han vivido durante varios años los subordinados del jefe del área de Cultura del Ayuntamiento de Crevillent, Julio Trelis, que fue denunciado por acoso.

La Inspección ha resuelto la denuncia presentada por dos excontratados laborales de Cultura, que denunciaron una mala conducta de su superior ante este organismo, después de que el Ayuntamiento abriese un expediente disciplinario para esclarecer los hechos, que, finalmente, se han confirmado. Una mala conducta por la que el Ayuntamiento ha sancionado al jefe del área de Cultura con ocho meses de suspensión de empleo. No obstante, la sanción de la Inspección de Trabajo es más dura, ya que la considera muy grave, frente a la valoración municipal, que las distinguía entre leves y graves.

La resolución de la Inspección de Trabajo considera que el jefe del área de Cultura "venía extralimitándose constantemente en sus funciones de jefe de Cultura, con actitudes contrarias a consideración debida a la dignidad de los trabajadores y a su integridad física y moral". Por ello, la Inspección considera que la conducta de Julio Trelis hacia sus subordinados "constituye una infracción laboral conforme al artículo 5.1 del Real Decreto Legislativo 5/2000".

Además, el acta indica que se ha infringido "lo dispuesto en artículos de la Constitución Española". Concretamente, se han vulnerado los artículos relativos a la dignidad de las personas, al derecho a la integridad física y moral, así como el artículo de seguridad e higiene en el trabajo, según refleja el informe.

Además, la Inspección de Trabajo presta especial atención a que la situación denunciada por los dos trabajadores, según indican desde el organismo oficial, era "sobradamente conocida por los responsables del Ayuntamiento". No obstante, dice el acta, "a pesar de ello, el Ayuntamiento de Crevillent no adoptó ninguna medida de la que exista constancia formal en relación con la actitud del señor Trelis".

Antecedentes

El informe, que firman dos inspectores de Trabajo y Seguridad Social, refleja que en el año 1998 el Ayuntamiento concedió un cambio de destino a una empleada de la Casa de Cultura, que lo había solicitado por "sucesivas faltas de respeto, insultos y humillaciones en público como persona y trabajadora, del encargado de la Casa de Cultura". Asimismo, el texto refleja que en el año 2007 la concejal de Cultura, María Ester Mas, se reunió con una trabajadora del área de Cultura para abordar la situación. Una circunstancia que se repitió en varias ocasiones hasta que en mayo de 2008 la misma trabajadora, que no es ninguna denunciante en el caso, consiguió que el alcalde, César Asencio, le concediera una cita para tratar el tema. Según indica la inspección, durante esta reunión a la que la trabajadora tuvo que enviar a un familiar directo por motivos de salud, el alcalde prometió buscar una solución.

El acta también refleja que tanto la concejal de Personal, Mari Carmen Candela, como el jefe del departamento de Personal eran conocedores de la situación. Además, según el documento, afectados por el trato de Trelis solicitaron a éste último una solución en 2007 y 2008.

Por otro lado, desde la Inspección de Trabajo destacan que, "a pesar de la denuncia planteada a finales del año 2009, no se realiza una evaluación de riesgos psicosociales por el servicio de prevención ajeno hasta mayo de 2010". El informe destaca que esta evaluación tenía que haberse realizado en el momento en que los responsables del Ayuntamiento tienen constancia de "una conducta inadecuada".

La Inspección de Trabajo resuelve que la infracción debe tipificarse como "muy grave", aunque lo estima "en grado mínimo", apreciando como circunstancia agravante el número de trabajadores afectados, dos en total.