La Guardia Civil se incautó en la madrugada de ayer de un alijo de 1.300 kilos de hachís en la playa de los viveros de Guardamar. El desembarco fue detectado por la estación del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) situada en el faro de Santa Pola y los traficantes lograron darse a la fuga por mar y tierra al detectar la llegada de la Guardia Civil.

La alerta fue dada poco antes de las tres de la madrugada por los operarios del SIVE que controlan desde la Comandancia de Alicante los radares y cámaras del sistema de vigilancia de la costa. Las patrullas de servicio fueron movilizadas a la zona del desembarco, pero debieron detectarles o ser avisado por algún cómplice en los accesos a la playa, ya que se dieron a la fuga y dejaron abandonado parte del alijo en tierra y el resto lo arrojaron al mar.

La patrullera del Servicio Marítimo de la Guardia Civil también acudió al lugar y protagonizó una larga persecución desde Guardamar hasta aguas del litoral de la región de Murcia, donde optaron por regresar al ver que era materialmente imposible alcanzarles dada la elevada velocidad de la embarcación de los narcotraficantes, una neumática de dos motores fuera borda y 9 metros de eslora, con cuatro ocupantes. La Guardia Civil se incautó de 43 fardos entre los que dejaron en tierra y los que había en el agua. No se descarta que sean localizados nuevos fardos.