El pintor acuarelista Julio Quesada Guilabert, hijo adoptivo de Crevillent, falleció en la madrugada de ayer a los 90 años de edad en Madrid. Julio Quesada era madrileño de nacimiento pero su raíces familiares le unieron a Crevillent, donde llegó a recibir el título de hijo adoptivo. Y es que el pintor colaboró enérgicamente con el municipio con importantes donaciones, a través de sus obras, a las entidades locales.

Julio Quesada está reconocido como uno de los mejores acuarelistas de Europa. Es en la acuarela donde el artista escenificó con mayor amplitud su genialidad. No obstante, durante su larga trayectoria, el artista trabajó en diversas facetas pictóricas. Quesada empezó a pintar desde niño y organizó su primera exposición en el año 1936. A lo largo de su carrera, recibió multitud de premios y reconocimientos. Una de las mayores colecciones de sus obras se pueden contemplar en el Museo Julio Quesada de Crevillent, ubicado en la sede social de Cooperativa Eléctrica "San Francisco de Asís".

Por otro lado, recibió el título de hijo adoptivo en el año 1997. Tras recogerlo, el pintor reconoció que "de todos los trofeos, medallas y nombramientos recibidos, tanto nacionales como internacionales, el premio más importante es el que me concedió el pueblo de Crevillent". El último homenaje que el municipio le tributó fue la concesión de su nombre a un nuevo colegio.

La bandera de Crevillent del Ayuntamiento luce desde ayer a primeras horas a media asta y con un crespón negro, una señal de duelo que estará presente hasta mañana en el balcón de la Casa Consistorial. El alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio, aseguró que "la muerte de Julio Quesada ha sido una sensible pérdida para Crevillent por sus innumerables obras y su generosidad hacia las entidades de la localidad a las que donaba sus trabajos para que recaudaran fondos con ellos".