He de confesarles que jamás he leído un libro "de verano": si tuviéramos que hacer caso a los suplementos culturales, los "libros para el verano" serían siempre las grandes obras de la literatura, densas, enjundiosas y profundas, y cada agosto aparece siempre como recomendación para las vacaciones el Ulysses de Joyce, Guerra y Paz, El Quijote. Francamente, no me imagino bajando a la playa con Ana Karenina como acompañante, o releyendo los párrafos de la muerte de Virgilio con el sonido del final de etapa del Tour de fondo, así que creo que se impone una redefinición de libro "de verano": les propongo que cojan un libro hedonista, alegre, de lectura ágil, pero sin cruzar la delgada línea que separa un libro de entretenimiento de lo último de la factoría de Dan Brown.

Gamberradas divinas es un libro que pronto estará de moda, ya que Hollywood está ultimando la grabación de una versión cinematográfica con Sharon Stone, Christopher Walken y Alicia Silverstone a la cabeza del reparto, así que aún estamos a tiempo de leerla antes de que nos bombardeen por televisión y en las marquesinas de todos los autobuses. Se trata de un juego literario con los antiguos dioses de la mitología griega, traídos a la actualidad: un mundo donde los dioses paganos no han desaparecido, pero han ido perdiendo poder a medida que la gente ha dejado de creer en ellos, y viven hacinados en un estrecho piso londinense. Con Zeus recluido en el ático custodiado por Hera, cada uno de los inmortales deberá tratar de sacar provecho de los pocos poderes que les quedan. Así, Afrodita trabaja en una línea erótica, Dionisos ha montado una discoteca y la protagonista de entre todos ellos, Artemisa, pasea perros.

Para todos los que tengan algo de formación en Cultura Clásica, resultará divertido ver a los dioses tratando de adaptarse a las costumbres humanas, con la ventaja de que se trata de una novela muy bien escrita, que comienza con una ejecutiva de Goldman Sachs convertida en árbol por Apolo al no acceder a sus favores sexuales, y que tiene un descenso literal a los infiernos para salvar a la humanidad.

En el camino de los descuidados, vanidosos y caprichosos dioses se cruzará una pareja de humanos más bien vulgares, pero que por una maquinación olímpica, calcada a las que se narran en los mitos antiguos, se convertirán en cruciales para la supervivencia de las creencias paganas. El principal acierto de Gamberradas divinas (una traducción poco feliz del original Gods behaving badly) es la revisión documentada que realiza de la mitología griega, introduciéndola en tres tramas muy divertidas, y que la convierten en una lectura más que recomendable para evadirse y pasar un rato divertido. Se trata de una verdadera lectura de verano: ágil, entretenida, y que sólo pretende hacernos pasar un buen rato; pero a diferencia de otros best sellers, Gamberradas divinas no trata de engatusar al lector con prosa florida ni vacía, ni utiliza trampas narrativas para causar sorpresa o asombro: se trata de un libro honesto, que nos hará reconciliarnos con el concepto "lecturas de verano".