uando llegué a Alicante, hace justamente veinte años, la ciudad estaba bastante menos desarrollada de como lo está en la actualidad. Alicante ha crecido y se ha convertido a lo largo de estos años en una urbe mediana, en la que se puede disfrutar de bastantes servicios con una calidad razonable. Pese a ello, por el camino han quedado temas en el tintero que habría sido estupendo que se llevaran a cabo. Alicante necesita seguir peleando por su futuro sin dormirse en los laureles de la autocomplacencia y ahí estará INFORMACIÓN para contarlo.

Entre los aspectos en los que ha cambiado Alicante, a lo largo de estos veinte años hemos pasado de tener una ciudad en la que sólo existían los dos grandes almacenes de Maisonnave, a tantos centros comerciales repartidos por toda la ciudad que nos hemos ido al otro extremo y ahora hay demasiada oferta. El auditorio de la Diputación de Alicante, una obra magnífica, por cierto, además de servir al fin previsto hace las veces de centro de congresos en más de una ocasión, puesto que por hache o por be no hemos sido capaces en este tiempo de construir uno. Algo que le hace mucha falta a Alicante, como la ciudad turística, comercial y de congresos que está llamada a ser. Las otras dos grandes obras de estos años en la ciudad han sido de una parte la del puerto, necesaria para su modernización, que ha permitido en su ensanche la existencia de la llamada «zona Volvo» y que una competición tan importante como la Vuelta al Mundo a Vela saliera de aquí en tres ocasiones y tenga previsto ser puerto de salida al menos otras tres veces más. Estos eventos son de los que ponen a Alicante en el mapamundi. Por cierto, recientemente, que ya era hora, hemos conseguido que Alicante sea puerto de cruceros, otro logro. En cuanto al nuevo aeropuerto, sin duda el mismo ha contribuido a situarnos como cuarto aeropuerto de España, que es mucho. Otro de los grandes hitos ha sido el AVE, importantísimo por la conexión con la capital. Los que vamos a Madrid con frecuencia sabemos que hay mucha diferencia entre los viajes de hace veinte años y menos, que duraban cuatro horas, y las dos horas y veinte o poco más que se tarda ahora. No hay más que ver cómo están de ocupadas las plazas a todas horas para saber que es todo un éxito. E incluso hay quien dice con cierta nostalgia que esto ya no es lo que era, que ahora no hay excusa para quedarse a pasar una noche en Madrid. Para terminar este apartado, el gran dolor de los últimos años ha sido el fiasco de la Ciudad de la Luz, una magnífica oportunidad tirada a la basura por exceso de ambición, falta de mesura y mala gestión.

Aparte del centro de congresos, ha quedado pendiente la reforma del Rico Pérez, el parking de Padre Esplá, la obra de Puerto Amor y unos accesos como es debido a la ciudad por la entrada del puerto, entre otras cosas. Además de todo ello aún falta una verdadera conexión de la ciudad con la oficina de propiedad intelectual europea, EUIPO, que pese a ser un lujo para Alicante no ha estado hasta la fecha, por lo que se ve, entre las prioridades de los diferentes gobiernos municipales.

Aunque Alicante es ahora más ciudad que hace veinte años, recuerdo con nostalgia de entonces la zona de ocio que había en la playa de San Juan. Entiendo que para los vecinos debía de ser una auténtica tortura tener debajo de su casa el Tate Guate o La Escollera, pero a mí me encantaban. Esa misma sensación que tenían antes los vecinos de la playa es probable que la estén experimentando actualmente quienes viven en calle Castaños y aledaños, pese a que se hayan impuesto unas horas de recoger más racionales que antes. Se ve que el equilibrio entre el disfrute de unos y el derecho de otros a no ser molestados tampoco abunda mucho por aquí.

INFORMACIÓN lleva siendo, a lo largo de setenta y cinco años, el periódico de referencia no ya sólo en la ciudad de Alicante, sino en toda la provincia, con un nivel de difusión a una gran distancia de sus competidores. No hay bar sin un INFORMACIÓN en la barra, a disposición de los clientes. Es el periódico que cubre con más alcance y profundidad las noticias locales y provinciales. Y ahora, en pleno siglo XXI, tiene el gran reto de mantener este liderazgo acompañando en su evolución a nuestra provincia, pese a los cambios que ha impuesto en el negocio de la prensa la irrupción de la era digital. Feliz aniversario a todos los que lo hacen posible y esperamos al menos otros setenta y cinco años más.