Según Benavente, el hecho de que los padres "dediquen poco tiempo a sus hijos y traten de compensarlo dándoles todo lo que piden", genera en ellos una actitud de envalentonamiento e imposición de "sus propias leyes".

Esto unido a una sociedad que educa a los menores "en sus derechos pero no en sus obligaciones", conlleva que cuando los progenitores intentan imponer límites a sus hijos, éstos "reaccionan de forma agresiva", ha añadido.

Benavente ha participado hoy en el curso "Plan extraordinario.

Los menores del siglo XXI. Perspectiva jurídica y social", organizado por la Unión Progresista de Fiscales en Alicante.

En declaraciones a los periodistas, la fiscal ha subrayado que, aunque siempre han existido casos de hijos que maltrataban a sus padres, en los últimos años se ha registrado un incremento "muy importante".

Pese a carecer de cifras que mostraran este aumento, ha precisado que en los tres centros de reforma de Valencia, que agrupan la mitad de las plazas de toda la Comunitat, el 20 por ciento de los menores que estaban internados en el primer semestre de 2007 habían cometido delitos de violencia familiar.

"Existen unas carencias educativas en el ámbito familiar y social", ha reiterado la fiscal, quien ha instado a las administraciones a trabajar "desde el principio" con menores que presentan problemas de indisciplina familiar.

Ha puntualizado que los casos de violencia se están dando en familias catalogadas como "normalizadas" y ha resaltado que es "un error" pensar que sólo ocurre en aquéllas "desestructuradas o marginales".

Benavente ha apuntado que, "cuando la pasividad administrativa hace que el conflicto estalle y se convierta en delincuencia", debe actuar la Fiscalía de Menores "desde un ámbito correctivo, pero sancionador-educativo, y con el fin de proteger y garantizar los derechos del menor".

En la misma línea se ha pronunciado la pedagoga del centro de reforma "Colonia San Vicente" Cristina Arias, quien ha criticado que los padres "fallan" en la coherencia entre la imposición y la supervisión de las normas que ponen a sus hijos.

Según Arias, los niños "son víctimas de la educación que han recibido" y, en una sociedad donde "se buscan las cosas fáciles y que no necesitan mucho esfuerzo", los menores no aceptan "un no" porque los padres "tienden a decir que sí, por ser más cómodo".

A su vez, el jefe de la Unidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Universitario La Fe de Valencia, Javier Loño, ha destacado la carencia "de prevención de signos de riesgo y de familias de riesgo".

Desde el análisis de la violencia y los trastornos psicológicos, Loño ha destacado que ésta aparece "tarde o temprano" en niños que cuenta con una predisposición o son más vulnerables, y en aquellos con transtornos de los vínculos afectivos, entre otros.

Ha criticado que en España "la salud mental no funciona como debe" y no se está atendiendo a los niños de forma adecuada.

Por otra parte, la fiscal de Menores del TSJCV Gema García Hernández se ha referido a "la victimización secundaria de los menores", consistente en ser primero víctimas al sufrir un delito y después como consecuencia del procedimiento que les hace prestar declaración "en la comisaría, en el juzgado y en el juicio".

En su opinión, los fiscales deben hacer "lo posible" para que las declaraciones de los menores a lo largo de la instrucción se graben y puedan ser después válidas en el día del juicio.