C ualquiera que se haya pasado este verano por la plaza de los Luceros se habrá dado cuenta de que la fuente de Daniel Bañuls ya no está, ni mucho menos, tan clara como el día en el que la inauguraron. La parte central superior, que es la única que no está en contacto con el agua, parece ser la única que conserva la tonalidad. Por tanto, en principio parece que el cambio de color está relacionado directamente con el líquido.

Los caballos, la balsa y otros elementos decorativos parecen estar oxidándose, la fuente está adquiriendo un tono entre ocre y marrón y, además, a rodales.

Como recordarán, el Ente Gestor de Transportes (GTP); de la entonces Conselleria de Infraestructuras llevó a cabo la restauración de la fuente con motivo de las obras de construcción de una estación para el tranvía, situada debajo de la citada plaza. Por este motivo, el conjunto escultórico fue seccionado en varias piezas, que se trasladaron a la antigua Fábrica de Tabacos para restaurarlas. Según la información que se facilitó en su día, el presupuesto de la obra ascendía a medio millón de euros aproximadamente.

Fuentes solventes señalaron ayer que GTP todavía no ha efectuado la recepción de la obra ejecutada por una Unión Temporal de Empresas formada por Ortiz e Hijos y FCC. También indicaron que, al parecer, el cambio de color estaría relacionado con la composición del agua de la fuente por lo que sería necesario analizarla.

Fuentes de GTP manifestaron ayer tarde que «el mantenimiento lo lleva el Ayuntamiento» y que el cambio de color «posiblemente tenga que ver con la temperatura, ya que ha hecho calor». Las citadas fuentes no pudieron asegurar si la UTE ha hecho entrega de la obra al Consell.

Cabe recordar que no es la primera vez que la escultura de 1930 cambia de color después de haber sido sometida a unas obras de restauración. Ya en el verano de 2003, sólo unos meses después de haber sido restaurada, la fuente sufrió un repentino oscurecimiento. Del blanco radiante que relucía en la fuente durante las Hogueras de ese año, al inicio del mes de septiembre llamaba

Sin embargo, en 2005 era patente que la restauración no había resultado efectiva y la fuente volvía a presentar un avanzado estado de deterioro, que se pretendió solucionar con las obras que se llevaron a cabo durante el pasado invierno.

Con la segunda actuación realizada en sólo cuatro años, y tras ochocientos mil euros gastados, la fuente vuelve a oscurecerse durante el verano.