L a incorporación del sistema terciario de depuración -desalación- en las depuradoras de Rincón de León (Alicante);, Torrevieja y Benidorm han convertido Alicante en la provincia española que mejor gestiona y aprovecha sus aguas residuales al contar con 72 hm 3 al año - 70% del agua tratada - que se reutiliza al cien por cien en la agricultura sin ningún temor sanitario. El ejemplo de Alicante es extensivo a la Comunidad Valenciana, puntera nacional, al tratar 506 hm 3 al año, doscientos más que en 1997, según los datos de la Entidad de Saneamiento recogidos en el último trabajo de los catedráticos de Geografía, Antonio Gil Olcina, Antonio Rico y Jorge Olcina, un libro donde se analiza en profundidad el problema del agua en la Comunidad.

Estos expertos prevén que a finales del próximo año la depuración de residuales producirá un caudal de unos 300 hm 3 al año, cifra espectacular pero que será ya muy difícil de superar, de ahí que, en opinión de los geógrafos, Alicante necesite, además de la desalación, la transferencia de recursos hídricos externos de calidad, como los del trasvase Tajo-Segura o el polémico Júcar-Vinalopó, proyecto que para Gil Olcina y Rico debiera cambiar la toma del agua a fin de garantizar que el caudal sirviera para uso agrícola y urbano. Las competencias sobre depuración y reutilización de las aguas residuales se reparten entre el Consell, que debe construir las infraestructuras y el Ministerio de Medio Ambiente, que se encarga de conceder las concesiones y, por lo tanto, de concienciar a colectivos como los agricultores de la necesidad de aprovechar este recurso, limitado por el hecho de que las grandes masas de agua residual se localizan en la costa y las explotaciones agrarias están en el interior, lo que genera gastos añadidos para elevar las aguas.

Alicante fue pionera en la reutilización de sus aguas residuales cuando a finales de los años setenta el hoy conseller de Agua y Territorio, José Ramón García convenció a la Comunidad de Regantes del Canal Bajo del Algar para que cediera parte de las aguas del sistema Algar-Guadalest para el consumo urbano de Benidorm, Villajoyosa y Alfaz del Pí. A cambio, los agricultores recibirían caudales depurados de la planta benidormí construida en Sierra Helada, a 135 metros de altura sobre el nivel del mar, con las que se riegan 2.400 hectáreas de cítricos y nísperos de gran valor en el mercado. Casi treinta años después la experiencia se ha ido trasladando al resto de la provincia y hoy los agricultores alicantinos reutilizan 66 hm 3 al año, caudal al que hay que añadir 4 hm 3 más que se aprovechan para regar los campos de golf -el césped de una instalación necesita 0,5 hm 3 de agua al año-.

Otra experiencia digna de destacar es la que se ha conseguido en la depuradora de Rincón de León, en Alicante, donde se elevan las aguas 400 metros hasta Agost y Monforte del Cid a un precio de 0,18 euros el metro cúbico. La implantación del sistema terciario aumentará la disponibilidad de agua para riego y ya existen acuerdos con agricultores del Campo de Alicante, Medio Vinalopó y el Campo de Elche para enviarles el agua. La incorporación del terciario reduce el contenido en sales a 500 miligramos de sal por litro, lo que la hace completamente viable para el regadío. Como comparación, ahora mismo en la desembocadura del río Júcar, desde donde partirá el trasvase Júcar-Vinalopó la salinidad alcanza los 1.100 miligramos por litro.