HACE 50 AÑOS

Cuadros para cuando Gastón Castellón se muera

El pintor denuncia en INFORMACIÓN que recibe a diario ofertas por sus obras, incluso por las más desconocidas, con la intención de hacer negocio cuando él falte

Hace 50 años en Alicante, del 6 al 12 de mayo de 1974. Gastón Castelló: “Hay gente deseando que me muera para hacerse millonaria”

Perfecto Arjones

Ramón Pérez

Ramón Pérez

«Hay gente deseando que me muera para hacerse millonaria». A sus 74 años Gastón Castelló hablaba sin morderse la lengua en INFORMACIÓN sobre la anómala situación que vivía en aquellos días de 1974. El artista alicantino aseguraba recibir a diario ofertas por sus obras, incluso por las más desconocidas, –«la que sea», le decían–, con el único objetivo de que se revalorizaran cuando muriera. Castelló confesaba a este periódico que hacía poco un hombre le paró por la calle diciendo que tenía un cuadro suyo que él desconocía. «Era uno de mi niñez y no tenía calidad alguna», se refirió el artista. «Eso da igual, ya verá como vale millones cuando se muera», le espetó el vecino. Como ésta, varias anécdotas en las que los futuros compradores hasta le llegaban a confesar que no les gustaba su obra. Ajeno a ese ruido inesperado, Castelló tenía varios proyectos sobre la mesa; el primero, la edición de un libro con ilustraciones suyas. Además, estaba inmerso en un mural de grandes dimensiones del que no daba demasiados detalles. «No quiero decir ni dónde estoy trabajando porque si se enteran, vendrán, me lo pisarán y me harían un estropicio», bromeaba. Castelló aún viviría 12 años más, para impaciencia de esos especuladores de su arte.

La torera Ángela  
montando a caballo.

El compositor José Tomás con su guitarra de ocho cuerdas / PERFECTO ARJONES

Mientras Castelló preparaba aquel mural casi secreto, la ciudad de Alicante se preparaba para acoger el sexto rallye de 500 kilómetros nocturnos. La salida tendría lugar en el Paseo de Gómiz, donde se darían cita nada más y nada menos que 10.000 alicantinos. El ganador sería un Porsche 911 pilotado por el asturiano Julio Gargallo, que corría bajo el pseudónimo de Roter Fogel y cuyo copiloto era Ignacio Lewin, que luego sería famoso por ejercer de presentador en El Día Después de Canal Plus. El cartel de aquel rallye que recorrió nuestras carreteras tuvo también nombres de élite. Salvador Cañellas y Juan Carlos Pradera, ambos a lomos de un Seat 1430, completaron el podio. Una leyenda, Antonio Zanini, terminó quinto con el mismo coche.

Puebla de Rocamora fue 
absorbido por Daya Nueva.

La torera Ángela montando a caballo. / PERFECTO ARJONES

El alicantino aquellos días también podía presenciar en directo lo último del compositor José Tomás, uno de los más grandes maestros de guitarra del siglo XX. El artista alicantino inauguraba entonces unas jornadas musicales en la Universidad con su ya célebre guitarra de ocho cuerdas. «Es ideal para interpretar música barroca y del Renacimiento», se defendía José Tomás, que también era profesor del Conservatorio, al ser preguntado por esa peculiaridad. La actuación giraría en torno a obras de Narváez y de Moreno Torroba.

El Pintor alicantino Gastón Castelló delante de uno de sus murales.

Belleas durante un acto en 1974 / PERFECTO ARJONES

Sobre otro espectáculo, el taurino, también se debatía aquella semana, pues un informe de la agencia Pyresa exponía que a un 21 % de la sociedad española le interesaba mucho. Sin embargo, se vislumbraba cierto desánimo por «la falta de nuevos valores con suficiente atractivo». La provincia de Barcelona era la menos interesada y el torero que gozaba de más popularidad era Paco Camino, por delante del Viti. No obstante, la noticia que tocaba a los alicantinos era la batalla en la que estaba inmersa la popular torera Ángela Hernández, a la que, por cierto, el periodista que firmaba el informe se refería como «simpática y guapa» antes de cualquier otro adjetivo sobre su profesión. El caso es que la torera buscaba que el Reglamento Nacional Taurino autorizara a las mujeres a torear de pie. De momento, la ley decía: «Absolutamente prohibido a tomar parte en festejos taurinos a las mujeres, si bien podrán llevar a efecto la lidia a caballo como rejoneadoras, pero sin echar pie a tierra para rematar la res».

Cuadros para cuando Gastón Castellón se muera

Puebla de Rocamora fue absorbido por Daya Nueva. / PERFECTO ARJONES

Todo aquel revuelo se mezclaba con la absorción de un municipio, el de Puebla de Rocamora, por el de Daya Nueva. Fue por petición del absorbido, ya que únicamente contaba con nueve casas, cinco de ellas deshabitadas. En total, 13 personas que reconocían que habían hecho lo mejor una vez se cerró el asunto, con presencia incluida del Gobernador Civil. Así nos lo contaba el periodista González Pomata, que mejor que nadie conocía la provincia. En Elche, la ciudad vecina, quedaban impactados por un incendio en la fábrica de zapatos Filardi. Las pérdidas se estimaban millonarias. Y en Guardamar del Segura se ultimaba la inauguración de un hotel gigante, el Tío Chus (luego sería conocido como la Residencia Campomar). Era un edificio de grandes dimensiones, propiedad de Jesús Vallejo Lobato, que tenía un millar de plazas a todo confort. Entre sus reclamos: aire acondicionado, sala de fiestas, tiendas… Aunque sólo le habían dado tres estrellas.

Cuadros para cuando Gastón Castellón se muera

Rallye de 500 kilómetros nocturnos llenó de público el Paseo de Gómiz / PERFECTO ARJONES

Contando ya los días para la fiesta grande alicantina, cada Hoguera presentaba a las bellas y damas que serían sus candidatas en una elección que pronto tendría lugar en el Teatro Principal. Inmaculada Beltrán, de Calderón de la Barca, sería la elegida el mes siguiente. Aunque ésta ya es otra historia.

Suscríbete para seguir leyendo