Los médicos detectan diez veces más casos de apnea que están detrás de infartos e ictus

Más de 30.000 alicantinos duermen con aparatos que ayudan a respirar

La unidad del sueño del Hospital de Alicante es la única acreditada en la Comunidad para casos de alta complejidad 

Un paciente se prepara para someterse a pruebas de apnea del sueño en el Hospital de Alicante

Un paciente se prepara para someterse a pruebas de apnea del sueño en el Hospital de Alicante / Pilar Cortés

J. Hernández

J. Hernández

¿Sufre usted excesiva somnolencia nocturna y sueño no reparador? ¿Su familia le dice que emite ronquidos intensos y deja de respirar mientras duerme? Si es así puede padecer el síndrome de apneas e hipopneas del sueño, un trastorno del sueño potencialmente grave que va más allá del insomnio, cuya manifestación es la dificultad para conciliar o mantener el sueño o el despertarse demasiado temprano.

Los casos de apnea en la provincia de Alicante se han disparado al multiplicarse por diez la incidencia de los últimos años, superando a los de asma o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).

Sospechosos

Más del 30 % de los pacientes que los médicos de Atención Primaria derivan a los servicios de Neumología de los hospitales públicos son sospechosos de padecer este peligroso síndrome pues la investigación observacional ha encontrado que esta patología aumenta el riesgo de infartos y muerte súbita. El exceso de peso, el tabaquismo y la falta de ejercicio físico están detrás del incremento de pacientes afectados.

El síndrome de apnea se puede definir como un cuadro de somnolencia diurna excesiva, trastornos cognitivo-conductuales, respiratorios, cardiacos, metabólicos o inflamatorios secundarios a episodios repetidos de obstrucción de la garganta (visualizadas por el familiar como pausas respiratorias de más de 10 segundos de duración) durante el sueño. Está asociado al desarrollo de enfermedades graves, provocando un exceso en las tasas de mortalidad de estos pacientes. 

Ictus

La enfermedad cardiovascular, definida como angina de pecho o infarto de miocardio o la cerebrovascular (ictus) se relacionan de forma significativa con este síndrome, explica el doctor Luis Hernández, jefe de Neumología del Hospital General de Alicante. Esto se debe principalmente a la falta de oxígeno recurrente y nocturna por las apneas, que incrementa la tensión arterial y la hipercoagulabilidad de la sangre en estos pacientes.

Numerosos estudios científicos han confirmado que esto hace aumentar el riesgo de hipertensión, de enfermedad coronaria, de accidentes cerebrovasculares y la posibilidad de arritmias (hasta 3,5 veces más frecuentes en mujeres y 4-5 veces en los hombres que la padecen). 

Cada vez más personas se someten a estudios del sueño

Cada vez más personas se someten a estudios del sueño / Pilar Cortés

Accidentes de tráfico

Los médicos explican que se ha observado en España y otros países que padecer apnea del sueño aumenta entre tres y siete veces el riesgo de sufrir accidentes de tráfico, pudiendo llegar a ser hasta de 11 veces si, además, se ingiere alcohol.

También se ha demostrado que contribuye de forma significativa a un deterioro de la calidad de vida con efectos sobre la función física, social y mental, incluyendo un excesivo cansancio, pérdida de energía, disminución de la concentración y memoria, síntomas depresivos y dificultades en las relaciones personales.

El tratamiento de elección para estos pacientes son los aparatos de presión positiva continua sobre vía aérea (CPAP), que eliminan tanto las paradas como el ronquido. En la provincia hay actualmente más de 30.000 personas durmiendo con esta máquina, de ellos más de 7.000 en el departamento de salud de Alicante.

Financiado

Está muy demostrado, según el doctor Hernández, que en pacientes con apnea, un tratamiento correcto con CPAP reduce el riesgo de accidentes de tráfico, normaliza la presión arterial y evita infartos e ictus, por lo que está financiado por la Seguridad Social si se utiliza correctamente. Se considera que los enfermos cumplen con los objetivos del tratamiento cuando usan el dispositivo al menos 4 horas cada noche o más del 70% del tiempo de sueño.

Los síntomas más comunes que refieren los pacientes que lo sufren son la excesiva somnolencia diurna, los ronquidos intensos y el sueño no reparador. También son frecuentes la asfixia nocturna, la irritabilidad, la cefalea matutina, la sequedad orofaríngea, la nicturia (despertarse durante la noche para ir a orinar) y la pérdida de memoria o de la libido.

Otro paciente se prepara ya en la cama para someterse a la prueba de la apnea del sueño

Otro paciente se prepara ya en la cama para someterse a la prueba de la apnea del sueño / Pilar Cortés

30 apneas

Se estima que afecta a un 6-8% de la población pero la prevalencia del síndrome grave (más de 30 apneas por hora) aumenta claramente con la edad: oscila desde un 8% en mayores de 40 años; hasta el 26% en los hombres y del 21% en las mujeres mayores de 65 años. 

¿Por qué es tan importante el diagnóstico y el tratamiento de este trastorno? En España, se estima que existen entre 5 y 7 millones de personas que sufren apneas de sueño, de los que hay entre 1.200.000 y 2.150.000 sujetos portadores de un síndrome en grado relevante y, por tanto, subsidiarios de tratamiento.

Estudios de sueño

El sistema sanitario cuenta con una cartera de servicios que identifica con un sello de calidad aquellas unidades de sueño acreditadas con diferentes niveles de complejidad, que prestan su asistencia de forma coordinada a los pacientes con patología de sueño.

La Unidad Multidisciplinar del Sueño del Hospital de Alicante es la única acreditada en la actualidad a nivel de la Comunidad Valenciana como de alto nivel de complejidad con criterios de excelencia, gracias al trabajo coordinado de los Servicios de Neumología, integrado por los doctores Luis Hernández y José Manuel León; y Neurofisiología, con la doctora Teresa Canet al frente, que llevan realizados más de 35.000 estudios de sueño.

El diagnóstico de este complejo síndrome requiere el registro de múltiples señales fisiológicas durante el sueño y para ello se hace un test diagnóstico de referencia denominado polisomnografía. 

Para estas pruebas se emplean numerosos cables y aparatos

Para estas pruebas se emplean numerosos cables y aparatos / Pilar Cortés

En un laboratorio

Esta prueba registra de forma simultánea diversas variables neurofisiológicas (electroencefalograma, electrooculograma y electromiograma mentoniano) y respiratorias (flujo oronasal, esfuerzo respiratorio y saturación de oxígeno sanguíneo, etc.) y se realiza en un laboratorio de sueño por un técnico especialista. 

Es más cara y menos accesible que la poligrafía respiratoria, que consiste en el análisis de las variables respiratorias y cardiacas sin registrar las variables neurofisiológicas, que puede realizarse en el domicilio y es una alternativa aceptable para descartar la enfermedad en los pacientes con una baja probabilidad clínica de apnea así como en los enfermos con una alta probabilidad de síndrome moderado-grave.

Dieta

Las principales alternativas de tratamiento son las medidas higiénico-dietéticas y un sistema mecánico de administración constante de presión en la vía aérea (CPAP), reservándose la cirugía y los dispositivos de avance mandibular para pacientes concretos. 

Una buena higiene de sueño, corregir la obesidad, practicar ejercicio regular, evitar el consumo de alcohol en las horas previas a acostarse y el abandono del tabaco ayudan a prevenir este trastorno.

 En algunos pacientes con apnea postural leve (solo la padecen al dormir boca arriba) hay que intentar dormir de lado.

Más enfermedad respiratoria en los últimos años

Cuando se presenta una sospecha de que un paciente puede padecer apnea, se le somete a un estudio del sueño. Además de las personas que necesitan la máquina CPAP, se aplica en algunos casos oxigenoterapia. Es un problema de salud que va muy asociado al incremento de la obesidad en todas las sociedades avanzadas y también porque existe más sospecha sobre esta peligrosa afección entre los profesionales. Así, «ya nos derivan los oftalmólogos, porque tienen pacientes con algunos síndromes que se asocian a esto; los neurólogos, los cardiólogos, los especialistas de Medicina Interna; y a los médicos de Atención Primaria cada vez llegan más pacientes diciendo que roncan, que hacen paradas de la respiración por la noche o que se quedan dormidos durante el día», apunta el jefe de Neumología del Hospital de Alicante.

Y es que los humanos invertimos un tercio de nuestra vida en dormir, una actividad necesaria, porque con ella se restablece el equilibrio físico y psicológico básico de las personas, teniendo un papel fundamental en el desarrollo y el bienestar infantil. Favorece los procesos de atención y memoria, ayuda en la consolidación del aprendizaje y promueve un mejor comportamiento. La duración normal del sueño varía en función de la edad, estados de salud y emocional,...

Los adolescentes necesitan dormir unas 8-10 horas al día y presentan un cierto retraso del inicio del sueño (tienden a acostarse y a despertarse más tarde de lo habitual). Las personas mayores no duermen menos sino que duermen distinto. El sueño se hace más ligero y son más frecuentes los despertares nocturnos, ya que pueden influir los cambios de vida relacionados con la jubilación, la mayor incidencia de problemas de salud y el mayor uso de medicación.

Aparte de la apnea obstructiva del sueño que afecta a las vías respiratorias, el doctor destaca en general el aumento de las enfermedades respiratorias en el tiempo en que lleva trabajando en el Hospital de Alicante como el síndrome Ardystil en trabajadores de la aerografía textil; el problema con trabajadores del amianto de la fábrica de fibrotubos de San Vicente, a los que siguen revisando; la gripe A o el covid. Los médicos han empezado a observar que el virus respiratorio sincitial, asociado hasta ahora a la bronquiolitis del lactante, afecta cada vez más a los adultos.