Retratos urbanos

Rodeada de libros y arte

Rodeada de libros y arte

Rodeada de libros y arte

Pepe Soto

Es una mujer de gustos y formas sencillas. Vive cada instante de la vida con pasión para nunca llegar tarde ni perderse nada de lo que ocurre en su entorno. Es bibliotecaria, madre, buena amiga de los suyos y festera. Fue Bellea del Foc en 1987, en tiempos de Conrado Albadalejo al frente de los saraos y las tracas en días de celebración de Les Fogueres de Sant Joan. Desde hace 25 años reside en Mutxamel, integrada en el grupo «A to trapo» y para lo que se precise. «Sólo espero mucha vida para disfrutarla», asegura. Mucho deporte y largas caminatas con destino establecido para mantenerse en plena forma. Pasa muchas horas cada jornada laboral rodeada de sensaciones, de libros y de mucho arte. Aránzazu García Espinosa (Bilbao, 1968) reside en Alicante desde los ocho años. Su padre José Luis García Montes, asturiano de pro nacido en Ribera de Soto, siempre trabajó en entidades bancarias y decidió solicitar el traslado laboral de Oviedo a Alicante para el bienestar de su familia.

Estamos en 1976. Los García Espinosa se establecieron en el barrio de Benalúa: Esperanza, la madre, ya fallecida, el progenitor y sus tres brotes, Aránzazu, José Luis y Silvia, ya alicantinos. Aprendió muchas cosas en los colegios Sagrados Corazones y, más tarde, en las aulas del centro José Carlos Aguilera, situado en Alipark. Se hizo bachiller en el instituto Figueras Pacheco. La fiesta del fuego detuvo su mirada y el tiempo. Una amiga la animó a presentarse como candidata a «bellea» en representación de la foguera Polígono de Babel-Bernardo Pérez Sales. Con dudas se apuntó al reto. Se ganó la confianza del tribunal durante la entrevista, acabadas las pasarelas y los desfiles de las aspirantes. Tenía 19 primaveras y muchas ilusiones. En la velada del 23 de mayo de 1987 fue proclamada Bellea del Foc de Les Fogueres de Sant Joan en el Pabellón «Pitiu Rochel», en un escenario ambientado en el pintoresco barrio de Santa Cruz. El acto contó con la actuación del ventrílocuo José Luis Moreno y de sus muñecos Macario, Monchito y Rockefeller. Ser Bellea del Foc fue otro aprendizaje: «Me fortaleció como persona; después de 27 años sigo disfrutando de la fiesta y de su olor a pólvora». Dice que aprendió rápido de sus queridos Conrado Albaladejo, entonces presidente de la Comisión Gestora, y de José Ángel Guirao, alquimista de sensaciones y escenas, ya fallecidos. Trabajó 15 años en el departamento de atención al cliente de El Corte Inglés. Luego ejerció como administrativa en diversos despachos de abogados y asesores. Pero la crisis financiera y la burbuja inmobiliaria de 2008 inscribieron su nombre en las listas del paro. Por recomendación de un buen amigo, volvió a estudiar. Se matriculó en el módulo de grado superior en Biblioteconomía, Archivística y Documentación que se impartía en el IES Virgen del Remedio. Aprobó con nota. Practicó el oficio en la biblioteca de la facultad de Derecho de la Universidad de Alicante.

Luego consiguió una beca en la Fundación de la Autoridad Portuaria de Alicante para organizar y gestionar archivos de papeles y cartas de navegación revueltos, polvorientos y muy desordenados. Se presentó al concurso de una plaza que ofertó el Ayuntamiento de Alicante para cubrir el puesto de bibliotecaria en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), antiguo Museo de La Asegurada, desde 1977, gracias a las donaciones del artista de Onil Eusebio Sempere. Aprobó. Comenzó a trabajar el 10 de octubre de 2010. Han pasado casi 14 años. Un buen rato. Siempre en constante aprendizaje. Ahí sigue, como coordinadora de una biblioteca que custodia miles de libros, catálogos, documentos y que se convierte en escenario de visitas matinales de escolares y, entrada la tarde, de diversas actividades y cursos relacionados con el arte contemporáneo, como «Palabras mayores» o «La mesa del argumento», entre muchos. Se siente cómoda y disfruta de un trabajo que recibe a diario consultas de estudiantes, profesores y curiosos de escritos sin préstamo. Vive rodeada de libros y de arte: un aprendizaje diario; nunca regresa a casa sin nuevas experiencias. «Me siento la mujer más afortunada del mundo en un espacio multiusos. Es un privilegio», dice Aránzazu. Reside en Mutxamel desde hace un cuarto de siglo. Integrada en el municipio, participa activamente como vecina, festera de la comparsa Abencerrajes y echa unas manos a los miembros de la comisión de fiestas en cuestiones de protocolo y demás faenas. Tiene una hija, Alejandra, que trabaja en una agencia de comunicación de Madrid y que fue Bellea del Foc infantil en el mismo distrito fogueril que la madre. «Me siento orgullosa de Mutxamel, un pueblo maravilloso que ofrece muchísimas cosas». Considera que los mejores regalos que la vida le ha concedido son la salud, la familia y muchos amigos y amigas. Recoge lo que ha sembrado en su existencia. Aránzazu está en forma. Deportista, practica «crossfit» en el gimnasio Box La Almajada, un método de entrenamiento basado en ejercicios variados con movimientos funcionales a alta intensidad. Pero más le gusta andar, largas caminatas entre la tierra y el cielo, en espacios de hasta cien kilómetros de longitud desde la línea de salida hasta la meta durante un día, 24 horas, siempre motivada por compañeros de batallas pedestres o alegres vecinos del alma y por integrantes de su grupo «A to trapo». Quiere llegar a mayor con los músculos prietos y fuertes: con la cabeza alta y en su lugar. Y compañera de sonrisas y nuevos sueños. En fin, una mujer amable de gustos sencillos y enamorada de las tradiciones, casi siempre rodeada de libros y arte en su estancia profesional. También alegre.

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