Tensión en los institutos de Alicante por el uso de los móviles en clase

Malestar entre los padres por la escasez de tabletas y ordenadores para actividades escolares que obliga a los docentes a pedir a los alumnos que lleven sus smartphones

Cada instituto decide en su reglamento cómo regular el uso de las tecnologías en un momento en que la inteligencia artificial se aplica en las aulas para mejorar resultados

Un menor utiliza su móvil a la salida del instituto

Un menor utiliza su móvil a la salida del instituto / INFORMACIÓN

J. Hernández

J. Hernández

Datos como que el 7% de los jóvenes de la provincia admite haber tenido acceso a la pornografía por primera vez cuando tenían menos de ocho años a través de pantallas están haciendo replantearse la ley no escrita que dice que hay que darle un móvil a un niño cuando llega a 1º de ESO o incluso antes.

Todo comienza en Cataluña con el grupo Adolescència Lliure de Mòbil, que impulsa iniciativas para retrasar la entrega del primer smartphone que están prendiendo por todo el país. Entre ellas se encuentra, en la Comunidad Valenciana, la denominada "Únete: 1º y 2º de ESO libre de móviles", a través de la que se solicita al conseller de Educación, José Antonio Rovira, la implementación de medidas que restrinjan el acceso a dispositivos móviles a los menores de 14 años en los centros educativos con el lema "Móviles fuera de los institutos".

Detrás hay padres preocupados por el «acceso indiscriminado» a estos dispositivos pues «los estudios sugieren que el uso excesivo de móviles en edades tempranas puede tener impactos negativos en la salud física y mental así como en el rendimiento académico». 

De momento apoyan la demanda más de 2.500 personas con sus firmas a través de una plataforma de internet. Desde Educación aseguran que están atentos a todos estos movimientos que está surgiendo "pero es todo muy incipiente".

Esta petición choca con el uso de los móviles en clase en las aulas de Secundaria que se está haciendo en numerosos institutos de la provincia y de la Comunidad, a la cola en aulas digitales.

Esto supone que en muchos centros escasean tabletas y ordenadores para uso exclusivo de los alumnos, lo que supone que haya docentes que piden a los alumnos que lleven su propio smartphone de casa. Esto crea controversia entre los padres, entre los que también existen discrepancias.

Hay muchas familias que no entienden que Educación les haga firmar que sus hijos no pueden utilizar los móviles en los institutos y después un profesor les pida que lo lleven para hacer un trabajo, lo que consideran es un coladero para que después se le dé mal uso con grabaciones y fotos que se incita a compartir en redes sociales y que acaban en casos de acoso escolar. Así que abogan por la prohibición total en los centros. Otras familias en cambio están a favor de la restricción en Primaria pero sí poder utilizarlo en Secundaria bajo control del profesor.

Cada centro decide en su reglamento si regula y cómo el uso del móvil en sus instalaciones con normas. Los directores abogan por ello y creen que no hay que tener miedo a cambiarlas, porque "tampoco se puede huir de la tecnología": ahora mismo la inteligencia artificial se aplica en las aulas para corregir trabajos y mejorar resultados.

Tabletas

"Lo ideal sería que todos los centros trabajásemos con pantallas o tabletas y que cada alumno tuviera su propio proyecto digital", algo que no ocurre en todos los institutos. "Así no tendrían que utilizar el móvil y si tienen que llamar a casa lo harían desde el centro", apunta Toni González Picornell, presidente de la Asociación de Directores de Secundaria de la Comunidad Valenciana, que considera que el móvil también evita que algunos niños jueguen y se relacionen cara a cara en el patio.

De ahí que ponga la vista en otras autonomías donde a cada alumno se le ha asignado un portátil. "Sería una fantástica opción", señala el representante de los directores, quien cree que el móvil también evita que algunos niños jueguen y se relacionen cara a cara en el patio, por lo que también recomienda evitarlos.

"Lo ideal sería que todos los centros trabajásemos con pantallas o tabletas y que cada alumno tuviera su propio proyecto digital. Así no tendrían que utilizar el móvil y si tienen que llamar a casa que lo hagan desde el centro"

Toni González Picornell

— Presidente de la Asociación de Directores de Secundaria de la Comunidad Valenciana

En caso de no tener instrumentos digitales para todos los alumnos, propone que estos no lleven el móvil al centro salvo un día concreto que el profesor indique que lo pueden hacer para una actividad concreta.

González Picornell es partidario de trabajar mucho desde las familias, en los propios centros y desde las instituciones y lograr que los chavales no usen estos dispositivos para faltar el respeto a otros alumnos, publicar imágenes para las que no se han cedido derechos o practicar bullying "que tienen sanciones penales o de multa a partir de ciertas edades".

"Los móviles han cambiado muchísimo. Ahora son ordenadores bastante potentes y herramientas con las que se puede hacer de todo. Es importante tener muy claro que el móvil en un adolescente es un instrumento con gran potencialidad. Hay que educar lo máximo posible a los adolescentes en el uso de esta herramienta ya que con esas edades son muy inconscientes y hay grandes oportunidades de hacer un mal uso".

"Los móviles han cambiado muchísimo. Ahora son ordenadores bastante potentes y herramientas con las que se puede hacer de todo. Es importante tener muy claro que el móvil en un adolescente es un instrumento con gran potencialidad"

Toni González Picornell

— Presidente de la Asociación de Directores de Secundaria de la Comunidad Valenciana

Eso no significa desterrar las pantallas de las aulas, dado que la tecnología es imparable. De hecho, opina que son buenas para el aprendizaje. "Una tablet o un portátil dan muchísimo más juego para aprender que un teléfono móvil y son más cómodos. Además, siempre nos encontramos peores usos cuando permitimos usar el teléfono", cuenta. De hecho, se está planteando que su alumnado trabaje con portátiles también porque "dan menos problemas técnicos".

"Trabajamos con adolescentes pero también con alumnado de Infantil y Primaria. Hay que marcarles el tiempo de uso y el modo. Qué es lo que no se tiene que hacer con un móvil. Es un trabajo intenso, de aprendizaje, curso tras curso y las familias también deben formarse para tratar esta prevención", abunda.

Según datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el año pasado, el 69,8% de los niños y adolescentes valencianos de entre 10 y 15 años posee un teléfono móvil. Más del 90% de ellos tiene acceso a internet. Y eso que no se recomienda el uso de teléfono móvil en menores de 16 años. 

Discrepancias entre padres

Entre los padres hay diferentes opiniones sobre el uso del móvil. "Hemos comprobado que se está mal utilizando y que está detrás de muchos casos de acoso escolar", afirma Sonia Terrero, secretaria general de la Federación Provincial de Asociaciones de Padres de Alumnos de Alicante Gabriel Miró, representante de la escuela pública.

Esta entidad pone el acento en que en Secundaria "cada día más docentes piden a los alumnos que lo lleven a clase para hacer algún trabajo y muchos ejercicios. La Conselleria de Educación debería dotar a los centros educativos de los recursos necesarios, ya sea ordenadores, tabletas o cualquier accesorio que precise el alumno, cerrados para que no puedan acceder a contenidos perjudiciales y exclusivamente para aprendizaje". Esto ayudaría a la equidad porque "no podemos discriminar a un alumno porque su familia sea vulnerable y no lo pueda comprar".

"Cada día más docentes piden a los alumnos que lo lleven a clase para hacer algún trabajo. Educación debería dotar a los centros educativos de los recursos necesarios, ya sea ordenadores, tabletas o cualquier accesorio que precise el alumno, cerrados para que no puedan acceder a contenidos perjudiciales y exclusivamente para aprendizaje"

Sonia Terrero

— Secretaria general de la Federación Provincial de Asociaciones de Padres de Alumnos de Alicante Gabriel Miró

Otras federaciones de la pública están de acuerdo con el uso educativo del móvil de manera puntual, pero "se debe garantizar que todos los alumnos tengan dispositivos con conexión wifi, porque no todos tienen acceso. De esta forma evitaremos la brecha digital y apostamos por la conectividad a las aulas, ya que estamos a la cola del Estado español en aulas digitales", señala Rubén Pacheco, de la Gonzalo Anaya.

Por su parte, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) está a favor de la prohibición del uso del teléfono móvil en Primaria, etapa para potenciar las relaciones sociales, la comunicación e interactuación con iguales, "y ahí el móvil aísla y genera un caldo de cultivo que puede dar muchos problemas en la etapa adolescente", apunta Rafael Araujo, secretario técnico de Concapa Alicante.

"Debe restringirse lo que puede ser lesivo como el uso de la pornografía o tener acceso a contenidos de adultos que en nada favorecen su formación"

Rafael Araújo

— Secretario de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) en Alicante

En cambio, son partidarios de permitir su uso en 1º de ESO "bajo control del profesor o con límites establecidos por los padres para enseñarle al alumno para actuar de forma correcta en el uso del móvil y nuevas tecnologías".

"Debe restringirse lo que puede ser lesivo como el uso de la pornografía o tener acceso a contenidos de adultos que en nada favorecen su formación", pero no están de acuerdo con la prohibición a esa edad porque en la sociedad actual los teléfonos móviles y dispositivos pueden aporta información y nuevas visiones sobre temas que pueden ser interesante".

A partir de Bachillerato sí entienden en esta confederación que los alumnos pueden tener libertad de hacer uso "haciéndose responsables de todo aquello que hagan".

Presión social

¿Qué opinan los psicólogos? El alicantino David López, especializado en terapias para adultos y adolescentes, apunta a la presión social como desencadenante de que los padres entreguen cada vez más pronto una herramienta compleja como es el móvil. "Si lo utilizamos a nivel de canalizar emociones se convierte en un tipo de adicción. La tecnoadicción, al móvil o a este mundo tecnológico, se va a convertir para el niño en una muleta y no va a fortalecerse como debe pues supone un concepto de alivio de cualquier tipo de conexión con una emoción, con una persona para socializar o para estar atento a un vínculo familiar y sobre todo académico".

En su opinión profesional, es un error proporcionar un móvil a un menor que aún no tiene desarrollada la corteza prefrontal del cerebro, "es darle sonido, movimiento y luz de manera intensa con barra libre cuando el cerebro no está fortalecido y eso no es bueno. Cuanto antes se retrase su uso por gente menor antes generará una manera mejor de gestionar las emociones en esas edades".