El inicio de curso sigue dejando preguntas encima de la mesa. El protocolo sanitario para la vuelta al cole señala que Salud Pública podrá decretar el confinamiento de aulas, colegios o institutos en caso de contagio comunitario. También que en caso de positivo de un alumno o inicio de síntomas deberá quedarse en casa. Este hecho podría agravar la ya complicada tarea de la conciliación, especialmente para aquellas personas que no tengan posibilidad de teletrabajar.

Los sindicatos estudian fórmulas y reivindican algunas medidas para paliar la situación en la que quedarán aquellas familias que no tengan posibilidad de trabajar desde casa y se vean obligadas a cuidar de sus hijos en caso de que estos tengan que guardar cuarentena. Así, desde Comisiones Obreras del País Valencià, Daniel Patiño, señala que en caso de que un alumno sea mandado a casa por positivo, los padres podrán solicitar la baja médica para ausentarse del puesto laboral.

«Es lógico que si todo el entorno de un positivo tiene que guardar cuarentena, los padres puedan y deban pedir la incapacidad laboral transitoria por enfermedad común y no acudir al trabajo hasta que se pase la posibilidad de contagio», explica el responsable de Acción Sindical. Esta cuarentena, de dos semanas o cómo mínimo 10 días en caso de dos pruebas PCR negativas, serían retribuidas a partir del cuarto día con un 60% del sueldo y del 75 % desde el día 21 en adelante.

Según manifiesta Patiño, «sería raro que si un padre o una madre llama al centro de salud diciendo que su hijo ha dado positivo no le tramiten la baja porque sería poner en riesgo al resto de trabajadores de la empresa si va a trabajar». «Sería un riesgo innecesario, el propio empresario, pensando en su interés económico, será el primero en que querrá que ese empleado se quede en casa y no contagie», insiste el sindicalista.

Otras figuras legales

Sin embargo, desde UGT PV, Lola Ruiz Ladrón de Guevara duda de que la baja médica sea la mejor figura legal de protección en caso de que el cierre de los centros educativos sea por prevención, es decir, si el alumno mandado a casa no es confirmado como infectado sino que se ha confinado un colegio o a un aula por precaución ante la acumulación de casos. «Faltaría la causalidad médica si no hay nadie enfermo en casa», indica Ruiz.

La secretaria de Acción Sindical de UGT-PV reivindica, por lo tanto, otras fórmulas. «La sociedad debe dar respuestas de manera general y no que estos asuntos estén basados en la búsqueda individual», expresa. Recuerda que existe la posibilidad de pedir un permiso de cuidados «que no está retribuido y, por lo tanto, perjudica a las familias con peores condiciones» y aboga por «establecer un permiso retribuido de cuidados por días» para evitar que una situación de precariedad «se convierta en un doble problema» ante la imposibilidad de cuidar de la persona.

En este sentido, desde la federación valenciana de CC OO, Patiño indica también la posibilidad de volver a aplicar el «permiso retribuido recuperable» que se puso en marcha durante el estado de alarma en marzo y abril y que permitía a los empleados no acudir al trabajo y cobrar esos días siempre y cuando se devolvieran las horas correspondientes a lo largo de un periodo de tiempo (en el caso de marzo y abril fue durante todo el año).

Desde la Dirección General de Trabajo de la Generalitat Valenciana señalaron que si los progenitores se tienen que quedar en casa para cuidar de los hijos existen, además, una serie de medidas de flexibilidad laboral como el teletrabajo o la adaptación del horario que facilitaría la conciliación, medidas, sin embargo, que en algunos casos se pueden quedar insuficientes.

Fecha de inicio de curso

Por otra parte, el Ministerio de Educación y Formación Profesional insistió ayer que no está valorando ninguna modificación del calendario escolar que, en función de cada autonomía empieza entre el 4 y el 15 de septiembre. Así, desde el departamento que dirige Isabel Celaá recalcaron que fijar la fecha concreta es competencia autonómica y que en el caso valenciano está marcado para el 7 de septiembre.

«La mascarilla y el metro y medio han venido para quedarse este curso»

El conseller de Educación, Vicent Marzà, explica que será «un año difícil», pero que están «preparados»

«Hay que asumir que el metro y medio, la mascarilla y los grupos estables de convivencia son instrumentos que han venido para quedarse este curso para hacer frente a la situación sanitaria, y que por encima de todo está la salud del conjunto de la comunidad educativa, profesores, alumnos y familias».

Son palabras del conseller de Educación, Vicent Marzà, en una entrevista a EFE, en la que explicó que, con la reorganización de los centros, la reducción de alumnos en las aulas, la contratación extra de profesores y monitores de comedor y los protocolos listos, el sistema educativo valenciano está preparado para iniciar el curso «con la máxima presencialidad» y en «cualquier escenario».Así, señaló que en educación Infantil, Primaria y primero de ESO, los alumnos estarán de forma «cien por cien presencial», mientras que en el resto de Secundaria y Bachillerato podría ser en «días alternos» en función de las necesidades de cada centro.

Respecto al uso de mascarilla, puntualizó que será obligatoria para todos los profesores, salvo los de los grupos estables de convivencia (burbujas), aquellos en los que es imposible que no haya interacción y mantener la distancia, que será voluntaria. Asimismo, detalló que para los niños de hasta cuarto de Primaria «no es necesaria», como tampoco para los mayores «siempre que estén en su pupitre y a metro y medio de distancia», aunque «en el momento en que se levanten de la silla para desplazarse dentro del centro, deberán llevar mascarilla».

«Será un año difícil por mucho consenso que tengamos y muchos instrumentos extraordinarios que hayamos movilizado», expresó y aunque aseguró que están «preparados», en algún momento «habrá que cerrar algún colegio o una clase de un grupo determinado».