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«Sabemos cómo empezar las clases pero no si los alumnos seguirán viniendo»

Las directoras de dos institutos de la provincia encaran con incertidumbre, aunque también con ilusión, el inicio, dentro de dos semanas, de un curso marcado por las medidas anticovid

Cartelería y señales en pasillos y aulas. información

Muchas son las dudas y la incertidumbre que rondan las cabezas de los padres para el curso que comenzará el próximo 7 de septiembre. El coronavirus revolucionó todos los aspectos de la sociedad y uno de los más damnificados fue la educación. Tanto es así, que los escolares abandonaron las aulas en marzo y las clases tuvieron que adoptar un cariz digital, siendo las tablets y ordenadores fundamentales para poder recibir deberes y clases online.

Sin embargo, los docentes encaran este curso con una mezcla de sensaciones: con incertidumbre y miedo por la situación que pueda generarse, pero también con esperanza e ilusión. Así lo afirman Maria Assumpció Tormo y Conxa Guilabert, directoras de los institutos La Foia de Elche y Maciá Abela de Crevillent.

«El profesorado necesita el contacto humano con el alumnado para poder ejercer su trabajo y, a su vez, el alumnado necesita este contacto con el profesor para aprender con las mejores condiciones», explica Guilabert.

Tormo, por su parte, asegura, con actitud positiva, que «todos tenemos que poner nuestro granito de arena, incluida la administración, y, si es posible, reinventarnos. Estamos hablando de educación y de sus destinatarios que son los jóvenes. Ahí está el reto».

Las medidas y planes de contingencia que han recibido por parte de la Conselleria de Educación son «genéricos», por lo que cada centro y equipo directivo se está encargando de adaptarlo «a las características y espacios de cada centro», destacando «el duro trabajo que hemos hecho en tiempo récord, acudiendo a los protocolos sanitarios, el sentido común y por supuesto, la profesionalidad».

Aun así son conscientes de las incógnitas que plantea este curso por lo que los equipos directivos deben planificar un futuro con diferentes escenarios: clases presenciales, semipresenciales o «volver al punto de partida».

Medidas adoptadas

Esta responsabilidad queda patente en las medidas y adaptaciones que han llevado a cabo ambas directoras, junto al profesorado, en los centros que dirigen. Por un lado, en el instituto de Elche ponen como ejemplo de esta adaptación de las directrices de Conselleria la habilitación de espacios como la biblioteca escolar, que ahora será un aula.

De esta forma, su directora señala «la estructuración del transporte escolar» en el que llegan cada mañana el 85% del alumnado. A ello, suma la transformación de las escaleras del edificio para que los estudiantes puedan subir y bajar, según la situación de las aulas, y evitar de esta manera el contacto y las masificaciones a la entrada y salida de las clases. Así, «se harán por las puertas que conectan el exterior con el patio del edificio para guardar la distancia de seguridad y hemos elaborado protocolos de funcionamiento ante el coronavirus para profesores y alumnos».

Algo a tener en cuenta y que Tormo recalca son «los rasgos generales de estos protocolos que habrá que ir adaptando a medida que vaya avanzando el curso, realmente no sabemos si habrá una continuidad en la asistencia de los estudiantes debido a las noticias que diariamente vemos y escuchamos».

En cuanto a los desdoblamientos de alumnos, los grupos de 2º, 3º, 4º ESO y 1 de Bachillerato se dividirán en dos mitades, asistiendo a clase por la mañana en días alternos y combinando la educación presencial y a distancia. Mientras que 1º ESO, 3PEMAR, PR4 y 2º de Bachillerato sí irán diariamente al centro. Con responsabilidad aclara: «Hemos llegado hasta donde hemos podido con el espacio del que disponemos».

Si nos desplazamos unos pocos kilómetros, en la vecina población de Crevillent, Guilabert afirma que a día de hoy aún siguen trabajando «con mucho esfuerzo en la adecuación del centro».

El Maciá Abela contará con gel hidroalcohólico y dispensadores de jabón en aulas y aseos, mamparas en despachos y salas de reunión así como redistribución de pupitres para guardar la imprescindible distancia de 1,5 metros de seguridad. De esta forma, la jornada comenzará a las 7.50 horas con cuatro itinerarios diferentes que indican las entradas y salidas.

Los descansos se harán en una hora lectiva, entretanto unos almuerzan otros tomarán el aire y después se intercambian. Todo ello con la mascarilla siempre tapando nariz y boca.

La directora destaca «el sacrificio de las prácticas en las aulas de tecnología por no poder garantizar la desinfección de las herramientas, la agrupación de las clases de algunas asignaturas optativas como Música o Educación Física en bloques de dos horas para reducir desplazamientos, la seguridad en las clases de Informática al cubrir todos los equipos con plástico para su inmediata limpieza post uso o la colocación de cartelería para compartir con la comunidad educativa los nuevos protocolos».

Sin embargo, en este instituto crevillentino los grupos de 1º , 2º ESO, 3PR y 4 PEMAR acudirán diariamente a sus clases mientras que los demás grupos lo harán de forma semipresencial.

Habilitar centros: Cartelería y señales en pasillos y aulas

Habilitar centros: Cartelería y señales en pasillos y aulasAmbas docentes quieren poner en valor el trabajo realizado en pocos meses. ¿Preparadas para septiembre? «Por supuesto y, a poder ser, con una mejora de las plataformas informáticas para la docencia semipresencial, un aumento de la plantilla de limpieza y, en los tiempos que corren, una enfermera escolar», recalcan.

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