José María Toro es el presidente de la Asociación Empresarial de Atención a la Dependencia de la Comunidad Valenciana (AERTE), entidad que aglutina al sector de las residencias para mayores. Destaca que los geriátricos están ahora más preparados para hacer frente al coronavirus, después de haberlo pasado muy mal en la primera oleada de contagios, cuando asegura que se sintieron abandonados por la administración autonómica, especialmente por la Conselleria de Igualdad. En este sentido, censura que en estos momentos el departamento autonómico esté tratando de criminalizar al sector, cuando no son hospitales y tampoco los centros sanitarios se encontraban preparados para la pandemia.
P La Conselleria de Igualdad ha anunciado tras la primera oleada de coronavirus un plan de reversión de la gestión de las residencias, empezando por la de Oliver en Alcoy, donde se han registrado 73 fallecimientos. ¿Qué opina a este respecto?
R Se da por hecho que lo público es mejor que lo privado. Para mí supone un error, ya que en lugar de mirar caso por caso, se intenta culpabilizar a las residencias privadas, cuando no ha habido distinciones en esta pandemia. Lo que se tendría que hacer es un análisis de lo que ha pasado para tomar medidas y preparar convenientemente a las residencias, pero en lugar de ello se ha empezado por lo de la gestión.
P Ahora, además, la Conselleria de Igualdad ha anunciado un régimen sancionador para los geriátricos que incumplan las normas anticovid...
R Vuelvo a lo de antes. La Conselleria está criminalizando a las residencias tras haberlas tenido abandonadas en lo peor de la pandemia. No entiendo cómo regula un catálogo de sanciones que no responde a lo sucedido, porque las residencias de la Comunidad Valenciana no han tenido una incidencia tan alta en comparación con otras comunidades autónomas. Además, hemos cumplido a rajatabla con la normativa.
P Sin embargo, parece una evidencia que las residencias no estaban preparadas para esto...
R Lo que la gente tiene que tener en cuenta es que no somos hospitales. Si los hospitales lo han pasado mal, imagina nosotros.
P Sin embargo, algo habrá pasado para que se hayan registrado tantos contagios y fallecimientos...
R Cuando las autoridades ordenaron el cierre de los centros el virus ya se encontraba dentro, y además con una carga vírica muy importante, lo que tuvo un impacto radical. Luego estaban los mensajes que nos llegaban, porque alrededor del 7 de marzo decían que era como una gripe. También tuvimos problemas para trasladar a los enfermos. Dependiendo del departamento de salud, se hacían más traslados o menos a los hospitales. Ahora, sin embargo, se intenta culpabilizar a las residencias cuando ni tan siquiera se nos había advertido de la peligrosidad del coronaviris.
P ¿Están ahora más preparadas?
R Las residencias están efectivamente más preparadas ahora para hacer frente al virus. Ya sabemos cómo funciona y hemos adoptado medidas de seguridad en materia de distanciamiento, uso de mascarillas e higiene. Las visitas se realizan en espacios ventilados, al aire libre, o en habitaciones preparadas para que haya la suficiente separación física, con un cristal en medio que impide el contacto directo de los familiares con los residentes. También tenemos más material de protección, por lo que es más complicado que entre con tanta virulencia en los geriátricos.
P Pero ya son varias las residencias, ocho en el caso de la provincia de Alicante, en las que se ha vuelto a registrar algún caso en los últimos días...
R Es cierto, y aunque sean pocos casos, tenemos que ir con mucho cuidado, extremando las precauciones. Insisto en que los centros están más preparados y que es más complicado que el virus penetre en ellos con intensidad. El problema será si empieza de nuevo a saturarse el sistema.
P En las últimas semanas han mantenido reuniones con las consellerias para la adopción de medidas preventivas. ¿Cuáles han sido los resultados?
R Hemos tenido tres reuniones y se nos ha asegurado que nos van a proporcionar material de protección para los usuarios, aunque no para los trabajadores, que correrán a cargo de las empresas. Para nosotros es un error, porque al fin y al cabo los equipos de los empleados son fundamentalmente para proteger a los residentes. Lo que no hemos conseguido es que realicen pruebas periódicas de coronavirus cada quince días, bajo el argumento de que sólo aportarían una foto fija. Se trata, también a nuestro entender, de una equivocación, porque si nos esperamos a realizar la prueba a una persona cuando tenga síntomas, igual ya ha contagiado a tres o cuatro más. El objetivo de esta petición era ir por delante del virus.
R Se trata de una medida de difícil aplicación, porque no es lo mismo una gran ciudad como Alicante o València, donde se pueden registrar varios brotes, que un municipio de dos mil habitantes. Habrá que ver los baremos en los que se basan para tomar estas decisiones. Por otro lado, está claro que las salidas pueden revestir cierto riesgo si hay casos significativos en una determinada población. Pero opino que las visitas, teniendo en cuenta que estamos tomando medidas de protección, deberían mantenerse en la medida de lo posible con la finalidad de mantener los vínculos de carácter familiar.
