Menos rentabilidad para intentar salvar los muebles. Los apartamentos de la Costa Blanca afrontan un verano complicado en el que han tenido que reducir sus tarifas hasta un 35% para intentar amortiguar la caída de la ocupación y terminar la temporada de la mejor manera. Así, los precios de los alojamientos están este mes de agosto por debajo de los habituales para esta misma época en cualquier otro año.
Así lo indicó a este diario el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Blanca (Aptur), Miguel Ángel Sotillos. El sector ha priorizado el intentar cubrir al menos los gastos a tener rentabilidad este verano. Si en un mes de agosto de otros años los precios rondaban una medida de 90 euros al día para un apartamento de un dormitorio, ahora están entre 55 y 60 euros para esos mismos alojamientos. «Si no hay demanda, por lo menos cubrir los gastos», apuntó el responsable de la entidad a este diario.
Con todo, el único segmento que aún mantiene algunos precios es el de las villas. «Los turistas tienden ahora a buscar alojamientos que no tengan zonas comunes y con piscina propia. Es otro segmento». Y en estos casos las estancias sí que se mantienen o incluso se amplían: «hay quien coge para dos semanas y lo comparte con más gente».
Porque en los apartamentos el número de días sí ha cambiado. Se ha pasado de reservarlos para una o dos semanas a hacerlo para 3 o 4 días, sobre todo de jueves a domingo. «Hay quien viene tres días y prueban. Si se sienten seguros y cómodos, llaman para alargar algún día más cuando van a irse», explicó.
Los apartamentos de la Costa Blanca se mueven estas semanas en cifras de ocupación muy alejadas de las habituales en temporada alta. La media de agosto podría ser de un 30%. Pero Sotillos indicó que «es complicado saber en qué números exactos nos moveremos». Sobre todo, porque la demanda este año va poco a poco; es decir, que las reservas se están haciendo sobre todo a última hora. «Del 1 al 7 de agosto estaremos en una media de ocupación entre el 35 y el 40% pero no sabemos aún cómo estaremos a final de mes», añadió.
La decisión
Y es que, según las mismas fuentes, el 90% de las reservas que se están realizando se hacen a última hora. Elegir dónde ir de vacaciones y cuántos días siempre ha sido una decisión meditada, hasta este verano. La situación generada por la crisis sanitaria del coronavirus y la incertidumbre ha hecho que los turistas se esperen a tenerlo claro para viajar e, incluso, se elige apartamento y se consulta disponibilidad de un día para otro. «Son muy volátiles», indicó Sotillos.
Y es que cada día se enfrentan a reservas que a los pocos días son cancelaciones. «La gente quiere venir pero oyen las noticias y les da miedo», apuntó. Así que la última hora se ha convertido en la opción más repetida: «Hay gente que te llama la noche de antes para venir por la mañana».
Una situación que complica a los propietarios la planificación ya que «es difícil tener una previsión para poder sacar a trabajadores de los ERTEs, avisar a las empresas de limpieza...». Sotillos añadió que «vamos salvando como se puede» y que «damos el verano ya por perdido. Ahora es mantenerse y cubrir gastos, poco más». El sector siempre ha hecho en temporada alta «caja para el invierno así que no sabemos cómo lo vamos a pasar este año».
