Una nueva inyección de aire sahariano, segunda en tan solo siete días, volverá a dejar a partir de este sábado un fin de semana abrasador en el interior de la provincia y bochornoso en la costa, donde las temperaturas mínimas no bajarán de los 24 grados y con un alto grado de humedad, por lo que será difícil conciliar el sueño. Las máximas serán de 33 grados en la franja litoral pero con un sensación térmica de hasta 5 grados por la humedad. En el interior, las temperaturas máximas llegaran a los 39 grados en el interior de la Vega Baja y en el Medio y Alto Vinalopó.

La Agencia Estatal de Meteorología destaca, en este sentido, que las noches tropicales, cuando las temperaturas no bajan de los 24 grados se han disparado en los ultimos 40 años, al pasar de las 14 que se registraban en la década de los años 80 a las 74 registradas en la década 2000/2010, según los datos del observatorio de Ciudad Jardín de Alicante, la ciudad más afectada en la provincia.

El mes de julio fue en su conjunto muy cálido, con una temperatura media en España de 26º, dos grados por encima de la media del periodo de referencia 1981-2010. Fue el tercer julio más cálido desde el comienzo de la serie en 1965, por detrás de los meses de julio de 2015 y 2006. De los diez meses de julio más cálidos de la serie ocho han sido hasta ahora meses del siglo XXI, y seis de los diez más cálidos se han registrado en la década actual. Fueron especialmente elevadas las temperaturas máximas diarias, que se situaron 2,3º por encima de la media, resultando el segundo mes de julio con la temperatura media de las máximas más alta desde el comienzo de la serie, por detrás tan solo de julio de 2015, según el balance hecho público por la Agencia Estatal de Meteorología. En Alicante se rozaron los 40 grados en la Vega Baja y en la comarcas de l`Alcoiá y el Comtat.

Julio fue extremadamente cálido en el cuadrante suroeste de la península, en el oeste y sur de Castilla y León y en zonas del centro y sur de Galicia. En el resto de la España peninsular resultó muy cálido, excepto en algunas zonas del Cantábrico, valle del Ebro, Cataluña, Valencia y Murcia, donde fue cálido, llegando a ser normal en algunos puntos del interior del País Vasco y de Navarra. En Baleares resultó en conjunto cálido, mientras que en Canarias fue muy cálido, llegando a resultar extremadamente cálido en zonas altas.

Las temperaturas más elevadas de julio se registraron durante la ola de calor de finales de mes. A partir del 25 de julio hubo una ola de calor que se prolongó hasta el 2 de agosto. De los registros de esos días destacan, entre observatorios principales, los 43,9º de Córdoba/aeropuerto medidos el día 26, los 43,3º registrados en Granada/aeropuerto también el día 26, los 42,7º de Morón de la Frontera el día 20, y los 42,5º de Toledo medidos el día 27.

Se superaron los 40º en gran parte del cuadrante suroeste de la península y en puntos del sureste, interior del valle del Ebro, Cantábrico oriental e isla de Mallorca. Destacaron por lo inusuales las elevadas temperaturas que se alcanzaron en el País Vasco los últimos días del mes, llegando a registrarse 42,2º y 41,5º en las estaciones principales de Hondarribia y Bilbao/aeropuerto, respectivamente, el día 30.

En nueve estaciones principales de la Aemet la temperatura media mensual fue la más alta para un mes de julio desde el comienzo de sus series. Asimismo, en trece estaciones principales la temperatura media de las máximas diarias fue la más alta de julio desde el comienzo de las series, y en dos estaciones, Hondarribia y Burgos/aeropuerto, la temperatura máxima absoluta registrada en el mes fue la más alta para un mes de julio desde el comienzo de las series, con 42,2º el día 30 y 38,8º el día 27, respectivamente. En Hondarribia se superó el anterior valor más alto de la serie en 1,8º.

En cuanto a las temperaturas mínimas, los valores más bajos entre estaciones principales correspondieron a Lugo/aeropuerto, con 4,8º el día 3, Vitoria/aeropuerto, con 5º el día 4, Burgos/aeropuerto, con 5,7º también el día 4, y León, donde se midieron 6º el día 3. Destacar que en tres estaciones principales la temperatura media de las mínimas diarias fue la más alta para un mes de julio desde el comienzo de la serie, mientras que en la estación principal de Granada/aeropuerto la temperatura mínima registrada el día 12, de 24,9 º, resultó la más alta para un mes de julio desde el comienzo de la serie

Julio ha sido en conjunto seco, con una precipitación media sobre España de 14 mm (litros/m2), valor que equivale al 70% del valor promedio del período de referencia, que es de 20 mm. Se ha tratado del vigésimo mes de julio más seco desde el comienzo de la serie en 1965 y del octavo más seco del siglo XIX.

Pot otro lado, según un último estudio sobre la incidencia del cambio climático, las olas de calor en los océanos pueden desplazar el hábitat de las tortugas marinas, las ballenas y otras especies marinas entre miles de kilómetros. Cambian drásticamente las temperaturas preferidas de estos animales en una fracción del tiempo en que se espera que el cambio climático haga lo mismo, según una nueva investigación que publica la revista 'Nature'.

Para medir esa dislocación temporal de las temperaturas de la superficie del océano, que a su vez puede impulsar cambios ecológicos, los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ahora han introducido una nueva métrica llamada 'desplazamiento térmico'.

El científico investigador Michael Jacox, del Centro de Ciencias de la Pesca del Suroeste de NOAA Fisheries, lo califica como una nueva y poderosa forma de ver las olas de calor marinas. "Cuando el ambiente cambia, muchas especies se mueven --señala Jacox--. Esta investigación nos ayuda a comprender y medir el grado de cambio al que pueden estar respondiendo".

Los científicos han caracterizado típicamente las olas de calor marinas en función de cuánto aumentan las temperaturas de la superficie del mar y por cuánto tiempo. Tal calentamiento local afecta particularmente a los organismos estacionarios como los corales. En contraste, el desplazamiento térmico mide lo lejos que deben desplazarse las especies para buscar las temperaturas de la superficie del océano.

La extensión del desplazamiento térmico causado por las olas de calor marinas puede no corresponder necesariamente a su intensidad. El desplazamiento térmico depende del gradiente de temperatura de la superficie del mar, la velocidad a la que la temperatura cambia a través del océano. Si una ola de calor calienta un área del océano, los peces, tortugas, ballenas y otras especies pueden tener que viajar grandes distancias si el gradiente de temperatura es débil, pero no si el gradiente es fuerte.

"Puede darnos una idea de cómo puede cambiar el ecosistema en el futuro", apunta Michael Alexander, meteorólogo investigador del Laboratorio de Ciencias Físicas de NOAA y coautor de la nueva investigación. Los cambios pueden tener implicaciones para las comunidades costeras si cambian las especies comerciales de peces. Los pescadores tendrían que viajar cientos de kilómetros más para llegar a ellos, añade.

Por ejemplo, una ola de calor marino de 2012 en el noroeste del Atlántico empujó especies comerciales como el calamar y la platija cientos de kilómetros hacia el norte. Al mismo tiempo, contribuyó a un auge de la langosta que condujo a desembarcos récord y un colapso en el precio.

"Dada la compleja geografía política de la costa este de Estados Unidos, este evento destacó las preguntas de gestión introducidas por los cambios provocados por las olas de calor marinas a través de las líneas estatales y nacionales", escriben los científicos.

"Si bien estos problemas de gestión a menudo se discuten en el contexto del cambio climático, ahora están sobre nosotros --añaden--. Las olas de calor marinas modernas pueden inducir desplazamientos térmicos comparables a los de las tendencias de calentamiento a escala de un siglo, y si bien estos cambios de temperatura no solo dictan la distribución de especies, transmiten la escala de la posible interrupción del hábitat".

Una ola de calor marino del Pacífico 2014-2015 conocida como La Mancha, cambió las temperaturas de la superficie más de 700 kilómetros a lo largo de la costa oeste de los Estados Unidos y en el Golfo de Alaska. Eso alejó a la presa de los leones marinos de California de sus colonias en las Islas del Canal, en el sur de California. Esto dejó a cientos de cachorros de lobos marinos hambrientos varados en las playas.

En todos los océanos del mundo, el cambio de temperatura promedio a largo plazo asociado con el calentamiento del océano se ha estimado en poco más de 20 kilómetros por década. En comparación, las olas de calor marinas han desplazado las temperaturas en un promedio de aproximadamente 200 kilómetros en cuestión de meses.

En efecto, según los autores, las olas de calor marinas están cambiando la temperatura del océano a escalas similares a las previstas con el cambio climático, pero en plazos mucho más cortos.