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El pequeño comercio provincial no remonta y pierde el 20% de negocio desde su reapertura

La menor facturación castiga más a los centros urbanos, al perder la venta al turista extranjero, mientras los barrios se resienten menos

NOELIA ÑECO. MODAS CARMEN HEREDIA, EN LA CALLE SAN FRANCISCO (CENTRO DE ALICANTE) PILAR CORTÉS

El impacto de la pandemia ha provocado un descenso notable de las ventas en el pequeño comercio, con una caída de negocio de más del 20% desde su reapertura, principalmente en los centros neurálgicos de las grandes ciudades de la provincia. La causa principal es la pérdida de lo que factura el turista internacional: la campaña se ha parado en seco por los rebrotes del covid-19 y las cuarentenas impuestas por otros países. Además, muchos alicantinos prosiguen con el teletrabajo, salen menos y se retrae el consumo.

La caída de negocio provoca, no obstante, una tendencia desigual según los muestreos de la Confederación de Comercio de Alicante, Castellón y València (Confecomerç). El comercio de barrio y de los municipios más pequeños estaría recuperando una parte de su actividad, pero sin llegar a las cuotas anteriores a la pandemia, mientras en los centros urbanos la recuperación es más lenta. Aunque hay todo tipo de situaciones. En Modas Carmen Heredia, en la céntrica calle San Francisco de Alicante, les va mejor de lo esperado pese a la ausencia de turismo internacional. Clientes locales que n0 se han ido de vacaciones buscan su moda casual. También reciben turismo de compras de Madrid que llega con el AVE.

En Modas Trapito, de la Florida, están capeando el temporal sin hacer previsiones a largo plazo. Comercio de barrio desde hace 36 años, los clientes les buscan por redes sociales y están trabajando bastante bien este verano por la vuelta de bodas y comuniones.

En Ferreterías Úbeda, de plaza de Argel, con un 20% menos de ventas de lo habitual en estas fechas, son relativamente optimistas y no creen que el panorama vaya a ser peor que el de la crisis de 2008. El negocio de la tienda de animales Lobito's, en Princesa Mercedes, está un poco «atrapado», por una difícil reapertura a lo que se une, explican desde la tienda, que les han puesto un muro delante que resta visibilidad al comercio.

Según datos de la patronal del comercio, la facturación ha caído de media por encima del 20%. No obstante, los sectores a los que más ha afectado esta crisis económica derivada de la sanitaria son textil, complementos y zapaterías, es decir, todo lo relacionado con el equipamiento personal, que suponen más del 60% de los establecimientos de la provincia.

El textil registra cifras muy negativas al verse afectada de lleno por el covid la temporada de primavera-verano. La pandemia se llevó por delante la venta de prendas de ceremonia, con miles de bodas, bautizos y comuniones aplazadas, aunque ahora se están reactivando algo. La cancelación de las fiestas populares es otro frenazo a la facturación en textil; igual que la falta de turistas.

La liberalización de las rebajas tampoco ayuda. «Ha permitido el adelanto de la campaña de descuentos, sumándole a ello los efectos arrastrados por la crisis con el cierre de los establecimientos durante todo el estado de alarma. Más que nunca es necesaria la revisión de esta medida por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo», señala el vicepresidente de Confecomerç, Antonio Sáez, presidente de la patronal alicantina del pequeño comercio (Facpyme). De acuerdo a las cifras que maneja esta patronal, sectores como el vinculado a equipamiento de hogar, es decir, muebles, textil hogar, jardinería y decoración, no han sido tan gravemente afectados por la caída de negocio tras el estado de alarma. «Una vez terminado el confinamiento los clientes han invertido en la compra de artículos para sus viviendas y segundas residencias, coincidiendo con la proximidad del período estival y vacacional. También las ferreterías y la alimentación se han mantenido mejor en ventas, no registrando descensos como el textil».

Este sector económico reclama a todas las instituciones, entre ellas los ayuntamientos, medidas de choque que puedan ayudar al impulso económico de los pequeños comercios, que ven cómo en esta vuelta a la normalidad las ventas no acaban de reactivarse y que, por el contrario, cada vez registran más pérdidas. «De no adoptar las políticas adecuadas para potenciar el sector, estaremos hablando del cierre inminente del 20% de los locales comerciales, lo que se traducirá en pérdida de miles de empleos y en la desaparición progresiva de un comercio de proximidad, esencial para dar vida y dinamizar nuestros entornos urbanos». En la provincia de Alicante, esa destrucción del tejido comercial afectará, de no pararse, a más de 4.000 establecimientos, el triple de los que se han perdido a lo largo de la última década. El cierre de comercios no esenciales durante el estado de alarma y las restricciones de aforo en las primeras semanas de la reapertura provocaron caídas en la facturación de negocios de hasta un 75% con respecto al año pasado, cifras muy difíciles de recuperar para estas pymes.

El sector reclama la aprobación del Plan de Acción Territorial Sectorial del Comercio de la Comunitat Valenciana (Patsecova) para tener un marco de actuación que garantice y dote de seguridad jurídica a la planificación comercial. La patronal considera esta herramienta un incentivo al tener un efecto inmediato sobre el comercio y la economía. «Sin su aprobación no dispondremos de un marco de actuación para poder ordenar y planificar el sector comercial, teniendo así un grave déficit que sin duda repercute negativamente en el impulso del comercio y de nuestra economía».

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