El riesgo de contagios, el confinamiento estricto de marzo y abril, el uso de mascarillas y todo lo relacionado con la pandemia de la COVID-19 ha generado "nuevos miedos" en la sociedad.

Y, paradójicamente, algunos de ellos "son positivos", como el de temer que los mayores resulten perjudicados a consecuencia de nuestras visitas, ya que "ese temor, en realidad, nos acerca a los otros, es una muestra de amor".

Así lo ha declarado a Efe el profesor de Sociología de la Universidad de Alicante (UA) Juan Antonio Roche, recientemente elegido presidente del Comité de Emociones de la Federación Española de Sociología (FES).

Con la pandemia de coronavirus, ha continuado, "se han dramatizado e intensificado las emociones, que además se han vuelto más matizadas y paradójicas".

La sociedad española presenta unas "relaciones intergeneracionales muy familiares y muy de mostrar los afectos", ha señalado Roche, pero sin embargo el confinamiento ha roto estos vínculos porque "nos hemos vuelto más miedosos" y hemos establecido distanciamientos preventivos.

Los especialistas también han detectado una intensificación de las emociones tras el estado de alarma: Positivas y negativas. "Las muestras de afecto intergeneracional son más fuertes, los niños están muy alegres por haber tenido a sus padres en casa".

En el ámbito negativo, Roche ha lamentado que se hayan polarizado y extremado otras emociones, como las que han conllevado "un aumento de la violencia de género y contra los menores".

Según Roche, la sociología de las emociones es una disciplina relativamente reciente, que no se ha considerado clave en esta disciplina académica hasta "las últimas décadas del siglo XX".

Consiste en rastrear las manifestaciones de todo tipo de sentimientos en las diferentes culturas y sociedades del planeta porque "cada una muestra unas características especificas a la hora de amar o de temer", ha indicado.

Como ejemplo, el profesor ha citado "el color del luto, que en Occidente se asigna al negro mientras que en países como China se asigna al blanco".

O las distintas causas de vergüenza, que responden "a la ética o la moral religiosa" de cada grupo humano. Así mismo, ha proseguido, "el amor homosexual se admite en algunas sociedades y en otras no".

Hasta ahora, se investigaban "las emociones clásicas, como la felicidad, el amor, el asco o la vergüenza", ha explicado, "pero ahora se está abriendo a otras".

Y en estos momentos, las que están más en auge son "el miedo y la incertidumbre". En este último caso, "no se puede considerar igual la incertidumbre de Occidente, con una clase media asentada, que la de países pobres, en los que consiste en saber qué se va a comer cada día".

En opinión de Roche, la "racionalización y toma de conciencia" de las emociones es uno de los rasgos distintivos del ser humano frente a los animales.

"Los perros, por ejemplo, se emocionan cuando ven a las personas con las que conviven, incondicionalmente", ha aseverado, "pero no se enamoran".