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Colas al sol y sin distancia social para los trámites de Extranjería

Los inmigrantes se quejan del bloqueo del sistema de cita previa que les dificulta la renovación de los documentos y les impide pedir el ingreso vital

Inmigrantes esperando a ser atendidos en una de las oficinas de Extranjería de Alicante. PILAR CORTÉS

Solicitar los documentos para obtener la residencia con la toma de huellas y renovar los papeles, trámite este último que se hace cada cinco años, son las gestiones principales que llevan a los inmigrantes en la provincia a acudir a las oficinas de Extranjería, que ahora necesitan sus documentos para pedir el ingreso vital mínimo. Desde hace semanas, en oficinas como la que atiende la Policía Nacional en la calle Campo de Mirra, decenas de personas hacen cola cada día en su exterior, sin sombra, ni distancia social pese a las recomendaciones sanitarias tras la pandemia. El estado de alarma retrasó los trámites y son muchos los que tienen la tarjeta caducada.

En la cola hay muchas personas que acuden sin cita previa hartas, según coincidieron una decena de ellas, de que se bloquee la página web del Gobierno de España, de que solo dé cita a una hora determinada y después no funcione, de que les envíe a otras oficinas de la provincia o de que les redireccione, incluso, a trámites para británicos relacionados con el Brexit, como le ocurrió a la ucraniana Ana. Residente en Ondara, le dieron cita primero en Benidorm y luego en Alicante pero cuando estaba llegando se dio cuenta de que no era para la gestión que necesita, perdiendo una jornada de trabajo ya que es propietaria de un negocio (un bar) que tiene que cerrar cada vez que se desplaza. «Tengo que ir a mi país y necesito el pasaporte interior, que me caduca en octubre. Si no lo tengo, pierdo la residencia. Como veo la situación con el covid me temo que cierren (Extranjería) y pierda la documentación pero nadie me hace caso. ¿Qué va a pasar con mi negocio si pierdo la residencia?». Su tarjeta de residencia caducó en junio.

Un problema común a muchos inmigrantes es que, al tener la tarjeta vencida, no pueden hacer ningún trámite, entre ellos solicitar la renta vital mínima aprobada por el Gobierno ante el covid-19. Es el caso de Miguel, inmigrante de Colombia, que recuerda que antes de 2010 las colas en Extranjería eran interminables pero que en los últimos años, previos al estado de alarma, los trámites se realizaban rápidamente. En su caso lleva 20 años en España y tiene la nacionalidad, pero ahora está en paro.

En situación similar, su compatriota Loida Bello, que lleva 14 años en el país, señala que «desde la pandemia me da angustia venir porque no resuelven nada». «Dicen que Extranjería ha dado seis meses de prórroga pero para cualquier diligencia lo primero que te piden es el NIE y con la tarjeta vencida no puedes hacer nada», coincide la mujer, cuidadora del hogar.

Mustafá y Manaf, de Marruecos, echan en falta una sombra por el fuerte calor. Piero, de Perú, considera inevitables las colas, «aunque pongan marcas en el suelo llega un momento en que la gente se aglomera». A Miguel, inmigrante ecuatoriano, le enviaron de Altea y no le querían atender. Lleva tres semanas, afirma, intentando conseguir cita por internet pero el sistema se bloquea y «da error».

Al conocer las quejas, el jefe provincial de la Policía Nacional se personó en la oficina. Según fuentes policiales, en la puerta hay carteles en varios idiomas explicando que no se atiende sin cita previa porque se da el número suficiente para estar bajo el toldo a las puertas de la oficina pero la gente acude y se acumula en la calle al sol.

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