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La crisis del coronavirus impulsa el intercambio de casas como nueva fórmula para las vacaciones

El perfil de usuario que más se repite es el de parejas con hijos adolescentes que buscan pasar el verano en un espacio para ellos solos y alejado de las aglomeraciones

La familia de El Campello que utiliza el intercambio de casas para ir de vacaciones. información

Bien podría ser una reinterpretación del «Tú a Boston y yo a California» pero mucho más casero: «tú a mi casa y yo a la tuya». El intercambio de viviendas entre particulares sin coste económico se ha disparado en los últimos meses por la crisis del coronavirus y la incertidumbre o incluso el miedo de los turistas a compartir espacios comunes. La demanda se ha multiplicado por 10 en España en los últimos meses respecto a la que había antes de la pandemia; en la provincia, en ciudades como Alicante, Benidorm, Elche o Torrevieja, también crecen los números y cada vez son más aquellos que buscan esta alternativa para pasar sus vacaciones.

Existen webs de intercambio de casas. Entre ellas, HomeExchange.com aglutina una gran parte de las viviendas disponibles. Pero, ¿en qué consiste exactamente el intercambio? Pues en poner a disposición de un extraño una vivienda, ya sea la particular o una segunda residencia, para sus vacaciones. A cambio, se podrá viajar a otra casa al mismo tiempo o cuando se elija. Todo sin coste económico y con puntuaciones sobre la calidad de cada vivienda.

Pasar las vacaciones en casa de un extraño no es nuevo. Esta forma de hacer turismo es frecuente en Europa y en España lleva unos años instalada y creciendo. Pero la pandemia ha hecho que muchos turistas vean en esta práctica una posibilidad ante la incertidumbre de si viajar o no este verano y si hacerlo a lugares con mucha afluencia de gente o alojamientos con espacios compartidos. De hecho, entre las razones esgrimidas por los usuarios está que este tipo de vacaciones permiten «tener un espacio privado para ellos solos, ofrece la posibilidad de realizar actividades al aire libre y no se está en ubicaciones superpobladas si no se quiere», apuntaron desde el portal web.

En la provincia, las casas disponibles para intercambiarse entre particulares se reparten por todas las comarcas, siendo las grandes ciudades las que más número acumulan. Entre ellas, existen posibilidades de intercambiar la vivienda habitual, con todo lo que tiene, desde juguetes a incluso el vehículo para desplazarse. Muchos otros optan por cambiar con otra persona su segunda residencia que no usan en muchas épocas y así viajar por otros lugares.

Por ejemplo, solo en esa página de búsqueda se registran más de 700 hospedajes de este tipo: 332 en Alicante, 203 en Torrevieja, 173 en Benidorm y 59 en Elche. Unas cifras que han aumentado así como la demanda en la provincia. Según las mismas fuentes, las solicitudes de intercambio en la capital alicantina en mayo se multiplicaron por 3,5 con respecto a abril; en Benidorm, se multiplicaron por más de 5; en Elche por más de 8; y en Torrevieja se disparan los números porque en abril el mercado estaba como dormido.

Con un verano atípico a la vista, en el que probablemente la mayoría de viajeros decidan hacerlo en coche para evitar aglomeraciones en aeropuertos u otros medios de transporte, esta fórmula de hospedaje también gana adeptos.

En cuanto al perfil de usuarios, el 28% son familias con adolescentes; el 12% familias con niños pequeños; el 24% familias cuyos hijos no viven en casa; el 8% jubilados; el 13% parejas y el 13% viajeros solos, según el portal web.

Medidas de seguridad

El intercambio de casas permite estar en una vivienda sin compartir espacios comunes. Pero sí se utiliza un espacio que tiene dueños y que, en el caso de las viviendas principales, han estado en ellas hasta el último momento. Por ello, las medidas de seguridad que se recomiendan son las mismas que en cualquier otro alojamiento. Así, limpiar y desinfectar antes de que los «inquilinos temporales» lleguen y que incluso los que se hospeden limpien de nuevo al llegar son algunas de las medidas a tomar. Además, si se coincide con aquellos a los que entregar las llaves se deberá también mantener la distancia de seguridad o el uso de mascarilla.

Algunos usuarios consideran esta forma de viajar más tranquila que cualquier otra. Por una parte, para no coincidir con nadie más en el lugar donde te alojas; y por otra, por estar «como en casa» aunque sea en una ajena.

«Se basa en la confianza en el otro, sabes quién viene y estás más tranquilo»

Myriam, Pau

«Nos gusta mucho esta forma de viajar porque nos permite alargar las vacaciones al ser más económico». Esta es una de las ventajas que Myriam y Pau destacan del intercambio de casas, una forma de ir de vacaciones que esta parece que reside en El Campello lleva realizando desde hace casi un lustro y en la que le acompañan también sus hijos de 11 y 9 años. Pero además, este año, con la crisis sanitaria por la pandemia, aún le encuentran más ventajas: «te permite estar más tranquilo durante las vacaciones».

Myriam afirma que cambiar casa con un desconocido te permite descubrir cosas nuevas: «las casas tienen vida propia»; es decir que cuando llegas a alguna de ellas tienes todo lo que pueden necesitar, «desde juguetes para los niños a bicicletas para salir a dar una vuelta e incluso a veces un vehículo para desplazarse». La familia ha viajado por todo el mundo con esta forma de «turismo colaborativo» como lo describen, desde Asia a EE UU: «el año pasado estuvimos cinco meses fuera de casa». En cuanto al intercambio de viviendas apuntó que «esta fórmula se basa en la confianza en otro. Mi casa no la he alquilado nunca ni creo que lo haga. En este caso de intercambiarla puedes ser más exigente en el sentido de que las dos partes tienen que ser responsables» ya que «sabes quién viene a tu casa y al revés».

En cuanto al aumento de la demanda de este tipo de alojamientos este año en lugar de un hotel, Myriam explica que «tenemos claro que los establecimientos hoteleros cumplirán con todas las medidas de seguridad, se podría pensar que incluso más que en una casa particular, pero es cierto que de esta forma no hay espacios comunes por donde pasa cantidad de gente y que son más vulnerables» para posibles rebrotes, por lo que, en su caso, siguen optando por el intercambio de su vivienda.

Este año tienen previsto salir de viaje a dos casas diferentes por el norte de España, una de ellas en el Ferrol, y en fechas también separadas. A cambio tendrán en su casa a dos familias distintas con 10 días de diferencia, unos la familia con la que cambiarán la casa del Ferrol. «Ese tiempo te permite limpiar desinfectar todo bien de nuevo para los siguientes», apuntó la residente en El Campello. Aunque indicó que tenían previsto la llegada de otra familia de Islandia que han pospuesto todo al año que viene por no poder viajar por el coronavirus. A cambio, ya han recibido varias solicitudes, una de ellas, una familia de Cuenca interesada en su casa.

Myriam compara el incremento de la demanda de este tipo de turismo con el que también han sufrido las caravanas: «da la sensación de más seguridad porque compartes menos espacios y menos paso de gente» así que «es normal que la gente piense en estas opciones» con todo lo que ha sucedido los últimos meses.

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