P¿Cuánto dinero tiene la familia Franco?
R Es un misterio. Cuando murió Franco se hablaba de mil millones de pesetas, otros hablaron de cien mil millones y luego se valoró la fortuna en 500 millones de euros al cabo de 40 años. No se sabe. El problema es que estamos hablando de dinero, propiedades y de todos los negocios que realizó la familia desde los años 50 hasta la muerte de Franco. Hace meses se hablaba de la herencia, y hay un testamento del dinero que manejaba Franco de forma cotidiana, las acciones en alguna empresa y los millones que manejaba en sus cuentas. Eso en los 70 ya se sabía, pero cuando hablamos de la fortuna es mucho más y abarca negocios y empresas, conexiones que hubo en vida del general. Cuando murió Franco la familia participaba en más de 50 consejos de administración de empresas con un capital social de más de cien mil millones de pesetas. El dinero ha ido fluyendo y es muy difícil calcular. Ha habido mucho oscurantismo, sólo tenemos que pensar en los regalos que recibieron. Lo público y lo privado se fundieron de tal manera en la dictadura que ahora la gente no lo concibe.
P ¿Ha sido el actual sistema democrático benevolente con los Franco?
R La Transición ha sido muy benévola con todo lo que tiene que ver con el dinero y el franquismo. Partimos de la base de que el diseño de la Transición lo hace un sector del franquismo. Se hizo un tránsito a la democracia sin tocar el aparato de Estado, se mantuvo en su puesto a los franquistas e incluso promocionaron.
P ¿Por qué?
R No podemos olvidar el miedo de la generación que vivió la guerra y la posguerra, el poder omnipotente del dictador con todo su aparato de Estado que hizo que para la mayoría de la gente el tema de los Franco fuera un problema menor en la Transición. Y luego viene el desconocimiento, son los nietos de aquella generación los que están moviendo todo. Ha tenido que pasar una generación de españoles para que alguien se atreviera a preguntarse qué había pasado con la fortuna de los Franco
P ¿Llegaremos a saberlo todo?
R Todo nunca sale a la luz, el tiempo va borrando las huellas. De todos los ministros de Franco quedan cuatro, y la verdad sólo se sabrá cuando sea posible acceder a los documentos oficiales. Somos un país con una ley de secretos oficiales muy estricta. Y además tampoco sabemos si los documentos están o no, ha habido un expolio enorme. No obstante, globlamente sí tenemos claro la rapiña que ha habido desde un sector de la sociedad, los ganadores de la guerra, con un empresariado y una banca afines.
P ¿Se ha abierto una vía con la exhumación de los restos del dictador?
R No se sabe. Ha abierto el camino de poner un poco de orden en esto, no hay ningún monumento a Mussolini en Italia, y aquí sin embargo toda la pelea democrática por eliminar símbolos que le cuestan mucho dinero al Estado es una cuestión importante para la sociedad
P Visto lo visto, ¿está la sociedad española lo suficientemente preparada para ello?
R La sociedad española está madura para afrontar cualquier cosa. El problema está en que se optó por una fórmula para llegar a la democracia en la que cada paso era una pelea, con una reacción en contra, aunque al final hemos llegado al mismo puerto que si las cosas se hubieran hecho de otra manera. Lo que está claro es que somos un país democrático y no se puede estar haciendo un cántico al dictador con los símbolos.
P ¿Qué pasará con la propiedad del Pazo de Meirás?
R Es un símbolo importante. Durante cuarenta años fue un lugar en el que se decidieron muchas cosas, algunas muy graves. No sé por qué no se ha podido entrar en ese tema cuando desde un punto de vista histórico está clarísimo a quién debe pertenecer, al Estado.
P ¿Se ha topado con muchos impedimentos para investigar sobre la fortuna de la familia Franco?
R El mayor ha sido la falta de información y de investigaciones históricas y periodísticas. Tuve que trabajar durante muchos años para escribir los reportajes y los libros a que dieron lugar. Sí es cierto que la familia Franco me tiene entre ceja y ceja, me demandaron en una ocasión. Yo soy el periodista que ha ido contando ese tipo de datos que nunca se habían contado. Y ahora estos datos interesan más que antes. El miedo y el consenso han sido un gran freno.
