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El cole que derrocha color pese al virus

Padres y alumnos voluntarios de La Aneja de Alicante acuden tras la desescalada a pintar puertas, paredes y el suelo de la zona que rodea el huerto

El huerto y, a la izquierda, parte del suelo pintado de verde. INFORMACIÓN

«Las niñas estaban muy ilusionadas con volver al colegio y, aunque se cruzaron con poquitos niños, la verdad es que lo pasaron genial y disfrutaron con la actividad, lo echaban de menos».

Tras el fin del confinamiento y la consiguiente desescalada, el grupo de familias voluntario del huerto del colegio La Aneja de Alicante ha aprovechado para pintar los alrededores, con la colaboración del colegio y de la AMPA.

Una iniciativa a la que se sumaron varias familias del centro, entre ellas la de Nerea, madre de dos niñas alumnas del centro de 7 y 5 años, que no dudaron en coger la brocha y lanzarse a la labor de pintar puertas, paredes y el suelo de la zona que rodea el huerto.

El huerto es un proyecto que comenzó el curso pasado iniciado por una parte del profesorado y apoyado por la AMPA y un grupo de familias voluntarias, una iniciativa que desarrollan muchos centros de la provincia.

Pero con la pandemia y el cierre del colegio, hubo que cambiar los hábitos y ha sido gracias a Paco, el conserje, y Magdalena, la cocinera, que el huerto ha sobrevivido en el confinamiento, ya que se han ocupado de su mantenimiento.

Ya con la desescalada, algunas familias han acudido solas a regar y otras en pequeños grupos a pintar. «Los niños lo agradecen porque es una manera de reencontrarse con el colegio tras más de tres meses sin poder pisarlo», añade Nerea.

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