Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Letizia pide un helado de turrón sin azúcar para el Rey

Felipe VI destaca que Benidorm «está muy renovada» desde la última vez que la visitó y recrimina a algunas personas que no lleven la mascarilla

Los Reyes, en una heladería de Benidorm

Los Reyes, en una heladería de Benidorm

Para ver este vídeo suscríbete a Información o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Los Reyes, en una heladería de Benidorm A. Vicente

Bien conocida es la preocupación que la reina Letizia tiene por lo que come su familia y a la hora de probar un helado artesano no fue menos el interés por conocer qué sabores había sin azúcar, ya que, al parecer, y según sus propias palabras, no la toman nunca. Así que tras confirmar que el establecimiento hacía helado artesano de turrón sin azúcar, doña Letizia decidió pedir un poco, pero no para ella, sino para don Felipe quien probó una cucharada contundente que le provocó un: «Sabe bien» y un «¡Buenísimo!».

Esta fue la anécdota más comentada que dejó ayer la visita de los Reyes a Benidorm dentro de la gira que los monarcas han comenzado por varias comunidades autónomas tras la pandemia del coronavirus. Si en Canarias ambos se acercaron a una barra para probar una de las tapas, en Benidorm triunfó el helado, aunque solo lo probara el Rey.

Y es que el calor apretaba este viernes en la capital turística. Bajo un sol de justicia, miles de personas esperaron durante dos horas a los Reyes en el recorrido que hicieron por el paseo de Levante. Apenas 300 metros en primera línea de playa en el que se agolpaban bañistas, turistas y vecinos, y en los que los balcones también se llenaron de curiosos que no querían perderse la visita.

El recorrido comenzó en un hotel ubicado en la avenida del Mediterráneo, donde se habían reunido con empresarios y al que llegaron finalmente en coche, después de que se descartada en el último momento la llegada en helicóptero al parque comarcal de Bomberos que se había anunciado solo un día antes. Desde ese punto comenzaron a caminar hasta la avenida de Europa desde donde llegaron a la avenida de Alcoy, es decir, el paseo de Levante. La reina Letizia eligió ayer un vestido «veraniego» rosa y blanco, con el que ya se le vio el verano pasado en el tradicional posado de Marivent (Mallorca), y unas cuñas. El Rey vestía de colores claros y había dejado atrás la chaqueta con la que acudió a la reunión anterior. Eso sí, ambos con mascarillas que solo se quitaron en momentos muy puntuales del paseo.

Los 300 metros que duró el recorrido estaban llenos de gente que, siguiendo las indicaciones de la seguridad de los monarcas, iban intentando buscar un hueco donde encontrar la mejor vista para cuando pasaran los Reyes por su lado. Se llenó la calle, las terrazas de los hoteles que ya han abierto en la ciudad e incluso la arena limítrofe a la zona por donde caminaban los Reyes. Cientos de personas, muchas de ellas ataviadas con bañadores y bikinis, se acercaron a ver a doña Letizia y a don Felipe: «Guapos, guapos, guapos» o «¡Qué guapa va la Reina!», fueron algunas de las frases que se escucharon junto a otras como «Viva el Rey» o «Viva España». También se llenó la calle de banderas y pancartas como una con «Bienvenidos a Benidorm» que los Reyes encontraron ya al final de su camino hasta el coche que les llevaría a València.

Interés

Los Reyes caminaron despacio saludando a todos los asistentes y se detuvieron en varios puntos del recorrido. Uno de ellos, donde aguardaba un grupo de controladores de playa de la empresa concesionaria, que son los encargados este año de gestionar el sistema de parcelas que se ha instalado en los arenales de Benidorm como medida frente al covid-19. Los monarcas intercambiaron algunas impresiones y les preguntaron: «¿Mucho trabajo?» con respecto a la nueva situación tras la pandemia.

Un posado junto a los bañistas sobre la arena fue el siguiente paso. De ellos los separaban las cuerdas que este año dividen la playa y un tramo de arena pero eso no impidió que los turistas y vecinos se dirigieran a ellos e inmortalizaran el momento con sus teléfonos móviles. Al fondo de la imagen, la icónica isla de Benidorm que los Reyes señalaron y se pararon a contemplar solo un momento. Incluso en algún momento Felipe VI tuvo tiempo para recriminar a algunos presentes que no llevaban la mascarilla puesta.

Los Reyes siguieron su recorrido entre aplausos y vítores y con las cámaras de cientos de teléfonos apuntándoles. Y es que los asistentes no querían irse sin la imagen de ambos a sus casas. El contrapunto de todos esos bañistas que dejaron sus tumbonas y sombrillas para acercarse al paseo estaba en muchos otros que, ajenos a lo que ocurría solo a unos metros, decidieron seguir tomando el sol o bañándose en el mar.

Así, llegaron al segundo de los tres puntos que se habían previsto para que realizaran paradas, aunque los monarcas se salieron en algún momento de lo planeado para poder acercarse a la gente, como a una niña pequeña a la que la Reina dirigió unas palabras.

Era el turno en ese momento de las autoridades como el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig; el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque; el alcalde de Benidorm, Antonio Pérez; el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón; la delegada del Gobierno en la Comunitat, Gloria Calero; y la consellera de Administraciones Públicas y Justicia, Gabriela Bravo. Todos ellos los esperaron en mitad del paseo para realizar una instantánea todos juntos. Allí aprovecharon para conversar con ellos.

Entre los asuntos, la propia ciudad de Benidorm. Según ha podido saber este diario, el Rey destacó cómo había cambiado el municipio desde que lo visitó hace años. Cabe recordar que don Felipe estuvo por última vez de forma oficial en 2002 en la inauguración de un parque temático de la ciudad. Doña Letizia hacía menos que visitaba la capital turística, ya que estuvo hace dos años en la quinta Asamblea Anual de la Federación Mundial de Personas Sordociegas. «Benidorm está muy renovada y muy bonita» fueron algunas de las palabras del monarca durante el recorrido donde también destacó el cambio que había dado en los últimos años. Además, según las mismas fuentes, el Rey se interesó por el dispositivo de seguridad por el covid-19 que se aplica en las playas de la ciudad para poder reabrirlas este verano. E incluso se refirió a la proyección que ha tenido la seguridad de los arenales de la capital turística a nivel internacional con la comparación con las playas de Reino Unido.

De hecho, otra de las paradas que hicieron fue para conocer de primera mano el papel de los controladores de playas que la Generalitat ha contratado para este verano y que se unen a los que ya tenía la concesionaria. Fue la consellera Gabriela Bravo la encargada de explicárselo y los jóvenes también intercambiaron unas palabras con los Reyes. Entraban entonces en el último tramo de su visita, en el que se acercaron a una conocida heladería en la que la Reina se interesó por los helados sin azúcar, donde el Rey acabó probando el de turrón.

Los medios de comunicación se agolpaban alrededor de una tarima instalada al final del recorrido que se quedó pequeña. Los asistentes se agolpaban y clamaban por poder ver más de cerca a los monarcas antes de que se fueran. Aunque es cierto que con una ciudad «a medio gas» que aún no ha alcanzado las cifras de turistas de otros años en estas fechas, la afluencia de personas para ver a los Reyes quedó lejos de lo que habría sido antes de la pandemia en el mes de julio y con la temporada turística en pleno auge.

Los Reyes aún quisieron parar una vez más para hacerse más fotografías, acercarse a la arena a saludar y también dirigirse a los que los miraban desde los balcones. También reclamaban una foto aquellos que habían permanecido sentados en las terrazas de los bares esperando. El tramo final hasta el vehículo de los Reyes lo hicieron más tranquilos, sin cámaras y solo con algunas personas que comían en alguna terrazas de los bares.

Y en el resto de la ciudad, mientras los Reyes daban su paseo por primer línea y cientos de personas se agolpaban en el recorrido buscando cualquier hueco para verles, se seguía el ritmo con normalidad y sin pensar en lo que ocurría en la playa. Por el centro de Benidorm sí se hablaba de que era el día de la visita de los Reyes a modo de anécdota. Pero muy alejado del bullicio de la playa y sin apenas darse cuenta de que a solo unas calles miles de personas ya esperaban a los monarcas.

Compartir el artículo

stats