El covid-19 ha puesto a prueba a la Cruz Roja, que ha tenido que llevar a cabo la mayor movilidad de su historia para atender a los miles de necesitados. Su presidente en Alicante, Francisco Galvañ, reconoce que la crisis social no ha hecho más que empezar, pero que están preparados para prestar todo el apoyo que haga falta para mitigar el daño.
P La DANA de la Vega Baja y ahora una brutal crisis...
R Hemos tenido que realizar la movilización más grande de la historia para atender al mayor número de personas afectadas por la pandemia. Hemos mantenidos abiertos todos los centros de Cruz Roja para atender a las personas, pero a los más vulnerables los hemos atendido en sus domicilios. Hemos readaptado todos nuestros recursos personales y logísticos. Diseñamos un plan hasta el 31 de mayo que hemos ampliado hasta final de año.
P ¿Cuál es el perfil ahora mismo de los más necesitados?
R Las personas mayores, los discapacitados, los de extrema vulnerabilidad, los desempleados... el perfil de personas es muy amplio porque hay mucha necesidad. Ahora hay más gente vulnerable que no tiene recursos y que carecen de lo más básico, que son los alimentos.
P ¿Ha notado una mayor solidaridad en la gente?
R Totalmente. Ha habido una respuesta social muy importante en Alicante. La gente se está volcando en ayudar, en colaborar económicamente, en la compra de bienes de necesidades básicas. También las empresas se han volcado y han participado activamente en las actividades. El Maestral, por ejemplo, se comprometió a un menú diario mientras durara el estado de alarma y así ha sido. Alicante Gastronómica también se ha volcado, ARA...Más de 200 empresas se han involucrado en ayudar.
P ¿Se han disparado las peticiones de voluntariado?
R Hemos tenido un enorme número de voluntarios que querían colaborar con nosotros. Luego los seleccionamos en función de los recursos y las capacidades y les asignamos el área. Tenemos unos 5.000 voluntarios pero a muchos de ellos no les hemos dejado por el riesgo de ser contagiados.
P El apoyo psicológico será clave ahora mismo...
R Es fundamental. Lo llevamos prestando desde la primera fase. Más de 100 voluntarios de la Miguel Hernández se han encargado de esa tarea. Se atienden a más de 120 personas semanalmente. Esta situación va durar mucho tiempo y el apoyo psicológico es muy importante para ayudar a la gente a superar situaciones duras.
P ¿Sabría cuantificar a cuántas personas han ayudado durante el coronavirus
R Unas 50.000 en total, pero muchísima gente han sido usuarios nuevos. La necesidad va aumentando conforme pasa el tiempo.
P ¿Cuál cree que va a ser el mayor problema?
R El desempleo. Va a ser el problema social más importante. Hemos creado una plataforma online para tratar de ayudar con la colaboración de muchas empresas.
P ¿Qué le parece el Ingreso Mínimo Vital?
R Imprescindible. Vamos a llamar a más de 50.000 personas que tengan derecho a la ayuda para echarles una mano a la hora de gestionarla. Les acompañaremos en el trámite para que se haga lo antes posible.
P ¿Qué pueden hacer las administraciones para hacer frente a la crisis social?
R Le pediría que pudieran coordinar a todas las organizaciones para no duplicar esfuerzos y llegar a la máxima cantidad de gente posible. Solo yendo juntos podremos salir de esta crisis.
P Ha habido polémica por la recogida de alimentos promovida desde el Ayuntamiento de Alicante
R La relación con los servicios sociales es muy buena. No voy a entrar en polémicas pero todo lo que sea hacer acciones para ayudar a la gente lo veo bien. Las donaciones siempre son bien recibidas.
P ¿Le ha sorprendido Alicante Gastronómica Solidaria?
R Mucho. Están haciendo un trabajo enorme. Se trata de conseguir que las necesidades se vayan reduciendo con el tiempo y lograr que las familias no tengan que depender de las ayudas. Repartimos 200 menús diarios y los llevamos a los domicilios de la gente.
P Barcala anunció en una visita a la sede que la subvención de Cruz Roja había pasado de unos 15.000 mensuales a 450.000 hasta final de año por la pandemia...
R De atender a 400 familias pasamos a 2.000. El esfuerzo ha sido importantísimo. Ha habido una avalancha de gente. Todo tenemos que justificarlo debidamente. Los voluntarios no cobran pero hay que hacer frente a los numerosos gastos de comprar bienes básicos. Gracias a que tenemos voluntarios podemos hacer estos servicio, si no sería imposible.
