Una empresa alicantina, con sede en el vivero municipal «Principe Felipe» del área industrial de Aguamarga, trabaja en el desarrollo del primer respirador de turbina para pacientes de Covid-19, que ha sido elegido como mejor proyecto por la Agencia Valenciana de la Innovación y cuya producción está pendiente de la validación por la Agencia Española de Medicamentos. Tras ese proyecto, en el que participan expertos de toda España, está Tecnikoa, una joven empresa de cuatro integrantes que días después de instalarse en el vivero se vio obligada a cerrar las puertas por el estado de alarma del coronavirus. Entre sus miembros, los ingenieros Enrique Oñate y Pedro Alonso, que ayer ejercieron de anfitriones en la visita del alcalde de Alicante, Luis Barcala (PP), y la presidenta de la Agencia Local de Desarrollo, la concejala Mari Carmen de España (PP).
Durante el recorrido por las instalaciones, los dos jóvenes ingenieros radicados en Alicante explicaron el desarrollo de un proyecto que busca salvar vidas y que ya acumula peticiones desde Sudáfrica, India y Sudamérica. El coste de producción del respirador rondará los 2.000 euros, frente a los 30.000 euros que cuesta uno convencional, según apuntaron ayer sobre un aparato que ya ha superado los test en animales (incluida una oveja) y está a la espera del visto bueno de la Agencia Española de Medicamentos para iniciar las pruebas en humanos.
En el proyecto, con ADN alicantino, también participan ingenieros y médicos de otros puntos de la geografía española, como del Hospital La Fe de Valencia y del General de Castellón. Cuando el respirador cuenten con todos los permisos necesarios para su fabricación, sus promotores lo «abrirán a la sociedad», es decir, compartirán el proceso de fabricación de las piezas y la base tecnológica del respirador para que se pueda desarrollar gratis.
En tiempo récord
Por ahora, van avanzando en el proceso, ganando tiempo al reloj para que esté listo cuanto antes, sobre todo con la vista puesta en países cuya sanidad está desbordada por la pandemia del covid. El diseño se finalizó en un tiempo récord, en apenas tres semanas. Y fue durante el confinamiento. «Tuvimos que pedir un salvoconducto para podernos desplazar sin ser multados», explicaban ayer los ingenieros de la empresa alicantina con sede en el vivero.
Pero el trabajo de Tecnikoa con el objetivo de ayudar, desde su formación como ingenieros, para combatir los efectos del coronavirus también les llevó a diseñar válvulas de respiración para adaptar las máscaras de buceo tradicionales como apoyo de los procesos de ventilatorios en pacientes ingresados en la UCI. Válvulas que, según explicaron ayer durante la visita del alcalde, se han utilizado en los hospitales de Alicante, pero también en la Paz o el Gregorio Marañón de Madrid.
Al término del recorrido por la nave, Barcala destacó ayer «la capacidad tecnológica, de conocimiento y de respuestas para el desarrollo de productos innovadores de las empresas alicantinas como demuestra las iniciativas de Tecnikoa, una mercantil emprendedora que desde el Vivero Municipal de Empresas es capaz de diseñar y producir un respirador para pacientes covid-19 o de válvulas para adaptar las máscaras de buceo para los ventiladores de UCI o para el uso de profesionales SAMU o fabricar pantallas protectoras».
