En junio los profesores, los alumnos y los padres, suelen pensar en las vacaciones que se avecinan. Debido al coronavirus, este año todos tienen la mira puesta en lo que les espera en septiembre cuando vuelvan al colegio para el curso 2020-2021.
Hasta hace pocos días había gran expectación e incertidumbre, pues las autoridades educativas y sanitarias aún barajaban distintos escenarios y no se descartaba la posibilidad de que las clases durante el próximo periodo lectivo tuvieran que desarrollarse de forma telemática, tal y como se hizo en los últimos meses del curso que acaba de terminar.
No obstante, en los primeros días de esta semana los ministerios de Educación y Sanidad hacían pública la guía definitiva que definirá la nueva normalidad en los centros educativos de toda España.
Dicha guía señala que en los colegios será obligatorio mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros. En el caso de los grupos de Educación Infantil y Primaria, se podrá optar por el establecimiento de grupos de convivencia estables de entre 15 y 20 alumnos, esto quiere decir que los integrantes de estos grupos podrán interactuar entre ellos sin necesidad de mantener la distancia pero no podrán relacionarse con otros grupos.
La guía también incluye apartados en los que hace referencia a la organización de los espacios físicos de los centros, los protocolos de limpieza, el uso de mascarilla obligatorio en algunos casos, así como las pautas que deberán regir la actuación de los centros en caso de que se detecte algún caso entre profesores o alumnos.
A pesar de que previsiblemente las clases serán presenciales a partir de septiembre, la comunidad educativa sigue alerta porque la propia guía señala que estas pautas podrían variar en función de la evolución de la pandemia. Además, el documento también deja libertad para que sea la administración autonómica la que defina la forma concreta en la que se llevarán estas indicaciones a la practica en los centros.
Nueva normalidad
Ante este panorama, los profesores alicantinos se mantienen a la espera de las indicaciones definitivas y oficiales por parte de la Conselleria de Educación.
Tres profesores de centros públicos piden quedar en el anonimato para evitar conflictos. A. F. es el jefe de Estudios de un colegio público y señala que «tenemos toda la disposición para cumplir con las pautas», aunque reconoce que cumplir con la distancia de seguridad les podría complicar la configuración de las clases, ya que algunas aulas no ofrecen el espacio suficiente y aunque pueden habilitar otros espacios como el gimnasio o el auditorio, cree que seguiría siendo insuficiente.
J. F. es profesor de Primaria, él explica que su centro también afrontará las mismas dificultades y subraya que hay otros colegios en su zona que no tienen esas limitaciones de espacio, por ello considera que la conselleria debería hacer un analisis y una aplicación de estas normas adaptada a la situación de cada caso.
Esas dificultades las valoran si se prima la separación de 1,5 metros entre cada alumno, por eso ven con buenos ojos la posibilidad de crear grupos de convivencia exclusivos.
En lo que ambos coinciden, es en que un curso entero bajo la modalidad telemática podría ser desastroso para los estudiantes, señalan que la socialización es fundamental en el proceso formativo y en el desarrollo de valores entre los niños.
En relación con la socialización, la profesora de Educación Infantil, N. L., destaca que para los niños de esa edad es imprescindible este aspecto, ya que los niños aprenden en el colegio a convivir y a relacionarse con otras personas, siendo a través de estas relaciones y mediante actividades primordialmente lúdicas, como adquieren una base cognitiva que les será fundamental en el aprendizaje durante las etapas siguientes. A pesar de que su experiencia fue favorable, ya que los niños y sus familias tuvieron una buena respuesta a las actividades que les planteaba, hace hincapié en que «sin la socialización los niños pierden gran parte de lo que les aporta el cole».
Ninguno de ellos puede evitar ponerse en el escenario menos favorable que sería un nuevo confinamiento de la población y con ello volver a las sesiones online, si bien aseguran que esta crisis sanitaria ha demostrado la utilidad que tiene la tecnología para la educación y lo poco que se aprovecha, también hacen énfasis en que no hay nada como la formación presencial.
Autodidactas
En cuanto a la experiencia que tuvieron con la tecnología aplicada al desempeño de su labor, los tres hablan con satisfacción de la forma en la que el sector educativo respondio en una situación tan atípica en general.
No obstante, señalan que el profesorado y los directivos de los centros tuvieron que hacer una labor autodidacta para, en tiempo record, adaptar los contenidos y desarrollar actividades para poder continuar impartiendo el temario.
En ese sentido, J. F. hace hincapié en que hace falta más formación tecnológica del profesorado. También reivindica una mayor apuesta por la tecnología por parte de la conselleria, subraya que en su colegio tenían una app para estar en contacto con padres y alumnos, sin embargo el ente autonómico los obligó a retirarla y les sugirieron utilizar la plataforma desarrollada por la Generalitat, sin embargo, el profesor resalta que durante el estado de alarma dicha plataforma se colapsaba.
