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El bipartito de Alicante torpedea a la izquierda con el «dedazo» de Cultura

Ciudadanos se apoya en Vox para evitar la creación de una comisión que estudie las posibles irregularidades en el fichaje

El alcalde de Alicante, Luis Barcala, siguió ayer el pleno telemático de junio desde su despacho del Ayuntamiento de Alicante. jose navarro

Mismas dudas, pero cambios en el escenario a nivel político. El Pleno ordinario de ayer no sirvió para aportar más luz a la polémica contratación a dedo para supuestamente reforzar la comunicación de Cultura, pero sí permitió resituar las piezas en el tablero.

Sin más explicaciones de las sabidas, ayer se supo que no habrá comisión de investigación municipal -el bipartito contó con el necesario apoyo de Vox para frenar la petición de Unidas Podemos- ni tampoco se espera ya el informe de Intervención que debería avalar la contratación, según defendió el alcalde, Luis Barcala (PP), al conocerse un fichaje que, como reconoció ayer el propio el concejal de Cultura, Antonio Manresa (Ciudadanos), generó una crisis interna en el bipartito de Alicante por las formas y el fondo, pero sobre todo por el momento elegido (en pleno estado de alarma por la pandemia de coronavirus) para el fichaje sin concurso público. «El error de la funcionaria [al enviar un correo en el que anunciaba que el nuevo fichaje iba a asumir sus funciones en la concejalía] ha tenido sus consecuencias: ha generado una pequeña crisis el gobierno local», admitió Manresa, quien dejó caer la sombra de la duda sobre el bipartito, en alusión a la supuesta filtración del correo electrónico que la funcionaria, ahora de baja, mandó a compañeros del área. Eso sí, el concejal, en su acusación velada, no señaló directamente a nadie, amparándose en su «lealtad» al gobierno municipal.

Al margen de insistir en la legalidad del proceso, Manresa apenas aportó nuevos datos en una comparecencia a petición de los socialistas, más allá de lo mantenido hasta la fecha y de lo que recoge el expediente facilitado a los grupos de izquierdas. Eso sí, volvió a negar la versión dada por el alcalde, Luis Barcala, quien al saltar la polémica aseguró que el fichaje a través de un contrato menor servía para «suplir» a la funcionaria de baja. Ayer Manresa volvió a negar a Barcala. Y ya van dos veces: la primera fue a través de su cuenta personal de Twitter.

Pero en su intervención, Manresa no sólo intentó justificar el fichaje, sino que también puso el ventilador a nivel político, sobre todo contra los portavoces de las formaciones que llevaron el asunto al pleno de ayer. Eso sí, centró su principal crítica en el socialista Francesc Sanguino. «Todo esto lo puede entender el señor Sanguino, conocido fuera de España y en otros mentideros de Alicante. Usted está dolido porque ni Puig ni Sánchez le han dado el cargo al que aspiraba. El traje de portavoz parece que le queda pequeño», apuntó sobre el socialista.

Antes de su intervención, tanto la izquierda como incluso Vox evidenciaron sus dudas. De hecho, salvo Compromís, el resto de grupos dejó en el aire emprender acciones ante las posibles irregularidades en la contratación a dedo. Los naranja, por su parte, anunciaron que reclamarán la comparecencia del alcalde ante el Pleno, dadas las discrepancias de versiones en el bipartito, y también registraron una petición oficial para conocer el informe de intervención anunciado por Barcala. Desde Alcaldía reconocieron que el informe ni existe ni parece que vaya a estar negro sobre blanco. «Ya no se considera necesario después de todas las explicaciones y documentos aportados por el concejal a los grupos», señalaron desde el entorno de Barcala.

Bancadas enfrentadas

La batalla entre bloques no se limitó a la polémica sobre el fichaje a dedo de Cultura, sino que también dejó a Alicante sin una declaración por el día del Orgullo LGTBI, que se celebra a nivel nacional el próximo 28 de junio, ni tampoco permitió que la Corporación declarase Alicante como ciudad «libre de fascismo, racismo y xenofobia», en respuesta al asesinato de George Floyd a manos de la policía estadounidense.

Unidas Podemos, tras la oleada de protestas contra el racismo en todo el mundo, elevó una propuesta que encontró la oposición de toda la bancada de la derecha. El bipartito argumentó su voto en que previamente la coalición morada había puesto en duda la labor de la Policía Local de Alicante, al asegurar que «no se puede permitir que unos pocos manchen la imagen del 99% de la Policía Local de Alicante». Estas palabras de la edil Vanessa Romero (Unidas Podemos) se escucharon después de que interviniese la presidenta de la asociación de mujeres senegalesas Talatay Nder, quien reveló supuestos abusos policiales. Al final, Alicante no se refrendó como una ciudad «libre de fascismo, racismo y xenofobia» por los votos en contra del PP, Cs y Vox.

El Pleno tampoco fue capaz de sacar adelante un texto a favor de los derechos del colectivo LGBTI, y eso que se llegaron a presentar cinco iniciativas (dos llegaron vivas a la sesión). La primera propuesta, pactada por la izquierda, recibió el «no» de la derecha. La segunda, del bipartito, ni se abordó, ya que no superó el trámite de la urgencia ante la negativa de los exsocios del tripartito. Entre tanto, Sánchez fue blanco de las críticas por no consensuar previamente un texto. Entre unos y otros, al final, sin texto reivindicativo a favor del colectivo LGBTI en Alicante.

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