La normalidad va regresando a los puentes aéreos y terrestres entre Alicante y Madrid con el fin del estado de alarma. Según fuentes oficiales, Renfe iniciaba ayer una nueva fase de frecuencias programadas duplicando los viajes de la Alta Velocidad entre la capital del país y la del turismo. Ayer llegaron a Alicante, vía tren y procedentes de Madrid, 1.600 viajeros en cuatro trenes con salida en la capital.
En concreto, Renfe opera a partir de este lunes con ocho vehículos, cuatro por sentido, el doble que la pasada semana, cuando se trabajaba con la mitad de frecuencias. De esta manera, teniendo en cuenta que antes de la pandemia un día normal de junio había 10 u 11 trenes en cada sentido, Renfe ha recuperado ya cerca del 40% de sus viajes habituales.
Por otro lado, la conexión entre Barcelona y Alicante también se vio ayer mejorada con un nuevo tren Euromed que se añade a los tres ya operativos, con lo que ya hay en marcha cuatro viajes diarios por sentido. En total, entre las capitales madrileña y catalana y Alicante ya están circulando 16 trenes diarios.
El puente aéreo también muestra esta semana las primeras señales de recuperación. En concreto, durante la jornada de ayer llegaron hasta Alicante 24 vuelos, la mayoría procedentes de países europeos y tres nacionales. Uno de ellos fue el primer viaje en avión con pasajeros entre los aeropuertos de Madrid y Alicante desde que el pasado 14 de marzo se decretara el Estado de Alarma.
La compañía Air Europa operaba este primer vuelo entre la capital de España y con llegada en El Altet hacia las 20.10 horas con las máximas medidas de seguridad contra el covid-19 y medio pasaje. También llegó al aeródromo de Elche-Alicante un avión procedente de Barcelona y otro desde Palma de Mallorca. Londres, Bruselas, Hamburgo, Birmingan, Manchester, Amsterdam o Frankfurt fueron otras ciudades de origen de los pasajeros que ayer aterrizaron en tierras alicantinas en un aeropuerto que sigue muy por debajo de sus cifras habituales, más o menos al 7 por ciento, pero que ya empieza a tomarle el pulso a la situación y espera incrementar de una forma notable las llegadas en las próximas semanas. El pasado año en junio llegaban a El Altet unos 10.000 vuelos y la media diaria que se operaban entonces era de 330. Durante esta semana se espera que la media de vuelos sea de 25 a 30 al día.
Fuentes de Aena, la empresa pública española que gestiona los aeropuertos de interés general en España, aseguraron a este periódico que en las instalaciones alicantinas «seguimos trabajando con relativa comodidad, lo que nos están permitiendo habituarnos en la aplicación de los procesos de entrada y salida de viajeros».
Llegadas internacionales
Todos los vuelos internacionales que llegan a El Altet pasan por una serie de procesos en los que se incluye una declaración del pasajero sobre su estado de salud y su posible contacto con personas afectadas, se les solicita información sobre su estancia así como sus datos de contacto, se inspecciona visualmente su estado de salud general y se les toma la temperatura.
Los madrileños arriban a las playas
En poblaciones costeras como Santa Pola, hoteleros y restauradores reciben las primeras reservas y visitas
La principal fuente de visitantes nacional de la provincia comienza a despertar y la presencia de madrileños en su segunda residencia de playa comenzó a notarse ayer en zonas costeras como Torrevieja, Guardamar, Santa Pola, Campello, La Vila Joiosa o Benidorm.
Buena parte de ellos llevaban desde el verano pasado sin visitar sus segundas viviendas y otros ya empezaron a alojarse en hoteles y hostales de la provincia. El pasado año, por estas fechas se dejó sentir una llegada masiva de visitantes, muchos de ellos animados por las fiestas de San Juan en Alicante y las que se celebran en diversas playas. En Santa Pola, por ejemplo, los hoteleros y restauradores destacaban que ya han notado la llegada de turistas desde la capital de España y más reservas, aunque, «lógicamente», nada comparable con otras temporadas estivales.
Ayer fue el primer día desde el 14 de marzo que los ciudadanos de fuera de la Comunidad con segundas viviendas en las playas alicantinas pudieron acudir a sus casas.
