El malestar en la Zona Norte contra el Ayuntamiento de Alicante por el abandono que han sentido durante los tres meses más graves de la emergencia social y sanitaria al considerar que no recibían la ayuda necesaria para atender todas las necesidades y encontrarse desbordados empañó la ofrenda solidaria de ayer, en la que se recogieron más de 26.000 kilos de alimentos de primera necesidad y productos de higiene para los más vulnerables.
Organizado por las áreas municipales de Fiestas y Acción Social, y la Federació de Fogueres, el «desfile» solidario contó con una gran participación de festeros, alicantinos, entidades y empresas, pero la izquierda le dio plantón al considerar que es «caridad institucional» y un «lavado de imagen» del bipartito que gobierna el municipio (PP y Cs). Las entidades vecinales de la Zona Norte, que fueron inicialmente invitadas no participaron, y una de ellas, la asociación de Colonia Requena incluso ha rechazado recibir los alimentos. Otras sí los aceptan porque las familias los siguen necesitando pero no olvidan la situación vivida durante el el estado de alarma.
«Que reparta el Ayuntamiento sin contar al menos conmigo. Como presidente de los vecinos de Colonia Requena no los voy a aceptar (los alimentos). Quieren confundir a las personas, han llegado tarde y mal», dijo ayer el representante vecinal, Antonio Colomina, quien habló de «circo y pantomima». En su opinión, el acto de ayer fue «una fiesta para lavar los platos sucios del Ayuntamiento. Desde hace meses se sabía que no habría Hogueras. Habría sido fabuloso que vinieran entonces porque la gente necesita ayuda para alimentos, butano, productos de higiene....Hay muchos a los que no se ha llegado».
El presidente vecinal aclaró que le encantan las Hogueras y que agradece la predisposición de los festeros pero que no le gusta la actuación del Ayuntamiento. En su barrio sigue repartiendo comida a 270 familias gracias, afirmó, a Cáritas, a Alicante Gastronómica y a otros colectivos.
Otras entidades de la Zona Norte como la asociación vecinal Juan XXIII sí aceptan la ayuda. «Tampoco nos dan nada que no nos pertenezca», dijo ayer Celia Campelo, presidenta vecinal. La asociación distribuye 80 menús diarios, y la Policía Nacional les ha proporcionado comida en esta crisis.
La asociación Virgen del Remedio los acepta «porque son alimentos donados por los vecinos de Alicante, representantes de nuestras fiestas, asociaciones de diferente índole, que lo hacen con la mejor voluntad, y merecen todo nuestro respeto, aunque en algún momento hubiéramos pensado en hacer otra cosa, porque llevamos tres meses luchando para mitigar las necesidades de nuestros vecinos, contando solo con la ayuda de Cáritas, Alicante Gastronómica, y la solidaridad de los ciudadanos sin otro tipo de ayuda», señaló Mari Eva Coloma, presidenta vecinal, que quiso agradecer la colaboración de esas entidades todo este tiempo.
El reparto de alimentos comenzará hoy mismo en el barrio de Ciudad de Asís, con la presencia de los concejales de Fiestas, Manuel Jiménez, y Acción Social, Julia Llopis, y continuará los próximos días hasta entregarlo todo.
El alcalde, el popular Luis Barcala, destacó la «emoción» por la unión de la Fiesta en una labor humanitaria y solidaria en favor de personas que siguen pasándolo muy mal. Explicó que los productos recogidos se distribuirán a través del Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas y otras entidades del movimiento asociativo. Sin embargo, la izquierda se ausentó del acto oficial de entrega de alimentos en el que PP, Cs y Vox se quedaron solos.
A pesar de las críticas políticas y de las entidades vecinales, el regidor defendió el sistema de trabajo. «Comprendo que pueda haber personas que entiendan que se tendría que organizar de otra forma y lo respetamos, pero tenemos la responsabilidad de llevar el control. La gente que tiene que recibir alimentos o que tramita una ayuda le llega a un ritmo mucho más rápido y con un horizonte de alcance mucho mayor que en otras ciudades. Para eso es necesario ese control y que la gente esté en el sistema y que se acepten unas reglas del juego (...). El ritmo de trabajo está siendo muy satisfactorio, acepto las discrepancias, pero son aisladas porque la inmensa generalidad del movimiento asociativo está colaborando y trabaja dentro de los parámetros que se han marcado desde Acción Social sin ningún problema». Además, afirmó que los alimentos llegarán a las personas que los necesitan independientemente de donde vivan.
