Ballenas de 80 toneladas, en concreto el Rorcual común -segunda en tamaño del planeta-, delfines de hasta cuatro metros, cachalotes de una longitud que supera los 20, calderones de hasta 4.000 kilos. Estas son algunas de las especies que la Associació Cetàcea de Catalunya y el Parc Natural de la Serra Gelada van a estudiar en colaboración a partir de ahora, tras firmar un convenio que utilizará las técnicas más modernas y menos invasivas de foto-identificación. Alicante se une así a un proyecto en el que participan voluntarios de la demarcación marina levantino-balear, desde Girona a Murcia, donde se concentran una gran cantidad de cetáceos. La finalidad de este proyecto al que se apunta Serra Gelada es conocer las dinámicas de distribución y migración así como aportar información sobre la importancia del Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo, una relevancia para muchos desconocida y que quieren poner en valor.
«La colaboración entre el parque natural alicantino y la entidad sin ánimo de lucro se basará en el análisis y comparación del catálogo de foto-identificación de las poblaciones de delfines de la costa de la Serra Gelada, con los individuos identificados por la Associació Cetàcea en la costa del Parc Natural del Garraf, a pocas millas de la ciudad de Barcelona», explica Abraham Mas, biólogo de Crevillent en el equipo de observaciones de la Associació Cetàcea.
La entidad catalana, formada por un equipo multidisciplinar de voluntarios, estudia desde 2014 a ballenas y delfines en todo lo referente a su composición, hábitats que visitan y el uso que hacen de ellos o el comportamiento que muestran. Este estudio, que cuenta con el permiso del Ministerio de Transición Ecológica y del Reto Demográfico y con la colaboración del Club Náutico de Garraf, se realiza gracias a salidas de avistamiento que organiza la asociación, que son financiadas por los voluntarios y las donaciones particulares.
304 delfines y 23 ballenas
Con un total de 213 avistamientos realizados desde 2013, los datos obtenidos han permitido detectar la presencia de al menos siete especies diferentes en la zona de estudio, así como también la elaboración de un catálogo de foto-identificación, que permite identificar y conocer mejor un total de 304 individuos de delfín mular (Tursiops truncatus) y 91 de calderón gris (Grampus griseus) y 23 de rorcual común (Balaenoptera physalus). «Además, desde el inicio del proyecto, han sido reavistados individuos previamente catalogados, lo que sugiere su presencia regular en la zona de estudio», apunta Mas. La Associació Cetàcea también desarrolla un proyecto de participación ciudadana, el «Projecte Amics del Mar», donde las personas que desarrollen actividades de ocio marinas puedan colaborar aportando información sobre avistamientos realizados mediante un formulario web (www.associaciocetacea.org).
La zona de estudio de la Associació Cetàcea se incluye dentro del Corredor de Cetáceos del Mediterráneo, declarado como ZEPIM (Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo) y Área Marina Protegida desde junio de 2018 por el Gobierno. Este corredor abarca una superficie marina similar al tamaño de Aragón y discurre desde Alicante a Girona en paralelo al archipiélago balear. En esta franja se ha constatado la presencia del rorcual común (Balaenoptera physalus), que mantiene pautas migratorias, así como de otros cetáceos que no se rigen por pautas migratorias definidas, como el delfín mular (Tursiops truncatus), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín común (Delphinus delphis), el calderón común (Globicephala melas), el calderón gris (Grampus griseus), el cachalote (Physeter macrocephalus) y el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris); así como de tortugas marinas como la tortuga boba (Caretta caretta), tiburones -más escasos y en aguas más profundas- y numerosas aves marinas.
