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«En Alicante tenemos excelentes amigos, no entendemos la madrileñofobia»

Un matrimonio de la capital de España que lleva más de veinte años veraneando en Arenales del Sol reconoce que el miedo a la pandemia hará que vengan solo para quedarse un mes, cuando siempre han estado julio, agosto y septiembre

Antonio Casado y Mari Ángeles Simón. INFORMACIÓN

Antonio Casado y Mari Ángeles Simón son un matrimonio madrileño que lleva veraneando en Arenales del Sol más de 20 años, cuando decidieron adquirir una vivienda en la Comunidad Valenciana. Él, madrileño «chulapo y castizo», y ella, extremeña «pero madrileña de adopción», que lleva «casi toda la vida en la ciudad».

Por aquello de que «en Madrid no hay playa», vieron varios destinos y se decantaron por la provincia de Alicante. Visitaron Benidorm y Arenales del Sol y, en esta última, compraron un apartamento porque «es un sitio muy tranquilo y tiene una playa que da gloria, aquí podemos oxigenarnos del asfalto de la gran ciudad».

Desde entonces no han faltado ni un verano, excepto este. La vuelta a las playas alicantinas tendrá que esperar: «Tenemos mucho miedo y, posiblemente vayamos en agosto, cuando otros años pasamos allí julio, agosto y parte del mes de septiembre». Aunque septuagenarios, son usuarios asiduos de la redes sociales. Por ello no entienden el término que se hizo viral en Internet con el hashtag #madrileñofobia, una palabra que apunta a los madrileños como causantes de propagar el virus por todo el país. Con ironía, Antonio contesta a esta campaña: «¡Qué malos somos! Si no hemos estado allí desde el verano pasado».

Este matrimonio define la «madrileñofobia» como un movimiento sin sentido. «Aquí hemos estado confinados, sin poder salir ni viajar a ningún sitio. Si no podíamos salir ¿cómo vamos a infectar? Ha habido virus en todas las comunidades, ¡como pueden decir una cosa semejante!». Es más, Antonio está indignado con esta situación. «Si no fuera por los madrileños muchas zonas del Levante no tendrían tanto movimiento». Y, tras ello, reflexiona: «¿Cuántos madrileños tenemos casa allí? Nunca ha habido problemas, todo lo contrario y ahora parece que somos nosotros los portadores del virus».

Por su parte, Mari Ángeles define a Madrid como «la casa de todos, una ciudad acogedora», poniéndose ella misma como ejemplo. «Soy extremeña, pero llevo aquí desde los 17 años y ya tengo muchos. Nunca me han hecho sentir extraña». Recogiendo este guante, acota Antonio, «no preguntamos a nadie si es gallego, asturiano o alicantino, aquí se acoge a todo el mundo y la prueba de ello está en que los verdaderos madrileños somos muy pocos».

Así, manifiestan que no entienden «ese sentimiento de odio que se ha generado hacia la capital del país, algo que achacan a cuestiones políticas de izquierdas por la manía hacía 'la casa de todos los españoles' y la ciudad más barata en cuanto a impuestos».

Sin embargo, explican que aquí, en la costa alicantina, tienen «excelentes amigos, en nuestro edificio hay gente de municipios cercanos a Alicante y Elche, pero también de Albacete, León, Burgos o Zamora. Somos una comunidad muy bien avenida, donde siempre nos han hablado maravillas de Madrid, de sus viajes, cines, teatros y universidades».

Nueva normalidad

Con esperanza, mucha prudencia y siguiendo las medidas de seguridad impuestas por las autoridades sanitarias están encarando el fin de muchas de las restricciones del estado de alarma.

Aunque siguen haciendo «una vida monacal prácticamente», son conscientes de la probabilidad de un nuevo rebrote; por ello, opinan que muchos jóvenes no están concienciados y eso es algo «para lo que sí se deberían de utilizar las redes sociales» . Al unísono ,corroboran su malestar por «esta situación que nadie imaginábamos y se ha cebado con Madrid». Pero hay que ser resolutivos, «cuando esto pase, volveremos a ser los de siempre, los que recibimos a todo el mundo sin preguntar ni cuestionar su procedencia».

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