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CORONAVIRUS

Los vigilantes de los montes mantienen su vocación

Pese a la pandemia, doscientos voluntarios de prevención y extinción de incendios forestales de Alcoy, Dénia y Salinas inician la campaña estival

Los vigilantes de los montes mantienen su vocación

El coronavirus no impedirá este verano que los 200 voluntarios de la Agrupación Contra Incendios Forestales (ACIF) de Alcoy, Dénia-Marina Alta y Salinas-Vinalopó regresen a las montañas para realizar tareas de vigilancia, prevención y extinción de fuego colaborando con los bomberos.

La campaña se mantendrá activa hasta que finalice septiembre y los voluntarios tendrán que incrementar las medidas de seguridad e higiene para evitar la propagación del covid-19. La pandemia lo ha complicado todo pero en ACIF no se ha registrado ni una sola baja por temor al contagio. De hecho, tras un largo periodo de confinamiento, demuestran más ilusión que nunca por regresar a la «vieja normalidad». Quieren sentirse útiles por el mero deseo de hacer el bien y aportar su pequeña contribución para conservar una naturaleza con la que el ser humano está en deuda. Es la fuerza que les lleva a echarse al monte todos los fines de semana, de 10 a 20 horas, y todos los días con nivel de Alerta 3 o con tormentas eléctricas.

El uso de mascarillas y guantes, lavado de mano y aplicación de gel hidroalcohólico serán obligatorios así como la necesidad de mantener la distancia social y llevar a cabo una desinfección continuada de los vehículos, cuya ocupación queda limitada ahora a tres vigilantes y un coordinador separados en dos unidades móviles. «Quienes formamos parte del voluntariado de ACIF estamos muy implicados y concienciados en la preservación de nuestro entorno natural. Aquí tenemos personas de 20 a 80 años de edad y llevamos desarrollando este tipo de tareas desde 1986. Somos una de las entidades en activo más antiguas en voluntariado forestal. Siempre hemos estado y siempre vamos a estar», subraya Javier Mataix, responsable de ACIF Salinas. Sin embargo los comienzos de este grupo no fueron precisamente sencillos. La entidad se fundó en 2007 y la mayor parte de sus integrantes -ahora son 25- procedían de Protección Civil. Diferentes desavenencias con el Ayuntamiento les llevó a tomar un camino en solitario. Una travesía llena de obstáculos en la que fue fundamental el apoyo de los «hermanos mayores» de ACIF Alcoy, la agrupación decana en la provincia de Alicante.

«Teníamos más ganas que medios. Cada voluntario se tenía que costear su propio traje de protección. Y hasta llegamos a pagar alquiler para conseguir un vehículo municipal con el que poder desplazarnos a los montes para las vigilancias estáticas», recuerda Mataix. Pues bien, trece años después la agrupación salinera se ha convertido en un referente en el Alto y Medio Vinalopó. Un estatus alcanzado por el tesón de sus miembros en mejorar su formación en la extinción de incendios, su total predisposición a colaborar con el Consorcio Provincial de Bomberos de la Diputación de Alicanteasí como el respaldo económico que viene recibiendo de la Conselleria de Medio Ambiente.

«Somos como una familia y organizamos nuestro tiempo libre para que no falten ojos en los montes» dice Joaquín Badillo, de 59 años, mientras uno de los socios fundadores de ACIF Salinas, Juan Carlos Ferriz, de 48 años, añade que «la alerta sanitaria nos ha trastocado. Ahora tenemos que adaptarnos a unas medidas higiénicas muy estrictas y, a pesar de las dificultades, aquí seguimos todos». Alonso Sánchez de 27 años también participaba durante la tarde de ayer en la vigilancia activa. Lleva diez años en la agrupación y su intervención en los incendios de Llutxent -agosto de 2018- y Beneixama -julio de 2019- son experiencias que le han marcado como tampoco olvidará el año 2020. Pero con coronavirus o sin él, ACIF regresa al monte.

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