La equitación es otra de las disciplinas deportivas que se están viendo afectadas por las medidas de seguridad implantadas por el Gobierno en el plan de desescalada frente a la covid-19. En el inicio del estado de alarma ni siquiera los profesionales podían montar a caballo, una prohibición que tenía como objetivo evitar posibles accidentes que pudieran saturar todavía más si cabe un sistema sanitario que se encontraba al límite.
Las hípicas, al igual que otros negocios y centros deportivos, han ido poco a poco adaptándose a las nuevas normativas. En la primera fase de la desescalada no estaba permitido el entrenamiento en instalaciones interiores, a partir de la segunda fase esto cambió y ya se podía, la monta debía ser individual, manteniendo la distancia de seguridad, con cita previa y estableciendo turnos, y se podrían organizar grupos como máximo de 15 personas y con un entrenador debidamente acreditado.
A partir de hoy lunes, cuando la provincia entra de lleno en la fase 3, habrá tres cambios significativos, y es que no será necesario solicitar cita previa, se podrá acceder a las instalaciones con una persona distinta al entrenador y los grupos podrán ser de hasta 20 personas.
Pese a que desde la fase 2 está permitido el uso de vestuarios, en la Escuela de Equitación Peluca, en Alcoy, por ejemplo, explican que aconsejan a los jinetes venir cambiados de casa, a fin de evitar cualquier riesgo de contagio. Si es cierto, según apuntan, que los propietarios de caballos tienen taquillas y, por tanto, acceso a las mismas.
El aforo está limitado al 30% hasta la entrada en fase 3, cuando se ampliará al 50%, tal y como consta el la documentación que la Federación de Hípica de la Comunidad Valenciana ha hecho pública en su página web. Asimismo, durante la fase dos se ha permitido el traslado dentro de la provincia, pero a partir de este nuevo paso hacia la «normalidad» se podrá viajar por toda la Comunidad Valenciana.
Fran Valls, de Valls Insa Dresagge, en Castalla, explica que con el cambio de provincia «empezarán a moverse las competiciones a nivel autonómico, o al menos así nos lo ha comunicado la Federación, y ya cuando entremos en la 4 o alcancemos la 'nueva normalidad' empezarán las competiciones a nivel nacional».
Aunque en las hípicas es obligatorio el uso de mascarilla, mientras se monta no lo es, primero porque como en cualquier otro deporte se puede prescindir de ella, y segundo porque «a caballo la distancia de seguridad está garantizada», insiste Valls.
En el caso de la Escuela de Equitación Peluca, los sábados por la mañana tenían grupos de entre 30 y 40 alumnos, se utilizaban tres pistas e incluso se doblaban las clases. «Ahora están viniendo en torno a un 60% repartidos durante toda la semana. Estamos teniendo unos 4 jinetes cada hora», explican sus propietarios, dada la obligatoriedad de que los grupos sean reducidos y no se supere el aforo permitido.
El centro alcoyano también realiza excursiones a caballo, pero «la mayoría de clientes vienen recomendados por los hoteles de la zona, y estos ahora no tienen gente», insisten. Pese a ello, ya han realizado alguna salida y esperan retomar la actividad más adelante. En la hípica de Castalla no dan este tipo de servicios, pero sí organizan salidas con los alumnos.
