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Las protectoras de animales retoman las adopciones y anotan menos abandonos que antes del covid-19

Las entidades duplican la entrega de perros y gatos en plena desescalada después de dos meses sin poder hacer seguimiento a posibles adoptantes. Temen que se disparen las renuncias de mascotas tras la epidemia

Mari Carmen y Kim llevaban mucho tiempo esperando adoptar y esperaron a la fase 1. INFORMACIÓN

Las protectoras de animales de la provincia han reactivado las adopciones después de que al inicio de la pandemia tuviesen que limitar las entregas sólo a casos urgentes porque no podían hacer seguimiento presencial de las viviendas de las posibles familias adoptantes, un paso esencial para controlar que se cumplen las condiciones de habitabilidad. Por ello, muchos interesados en acoger perros y gatos iniciaron su solicitud antes o durante el estado de alarma y hasta la llegada de la fase 1 de desescalada no han podido conocer al nuevo integrante de la familia de cuatro patas como le ha ocurrido a Mari Carmen y Kim, de Torrevieja. Iniciaron la búsqueda de un can hace unos meses y el proceso se les complicó durante el confinamiento. Ni podían visitar albergues ni los animales han salido de las casas de acogida. En los últimos días esta pareja le ha dado un hogar a Yeiko, un perro perdido en Catral y que fue a parar a Santa Pola tiempo después sin rastro de sus dueños y con un estado desmejorado repleto de garrapatas y con demasiado sarro en los dientes. A partir de ahora podrá sentirse querido.

Según Lidia Gelardo, vicepresidenta de Dignidad Animal en Alicante y coordinadora en la provincia de Animaturalis, entre otras asociaciones, mayo suele ser un mes flojo a nivel de adopciones pero este año calculan que se están registrando prácticamente el doble de peticiones después del bloqueo de los últimos dos meses. En las primeras fases de desescalada se ha facilitado también la movilidad para hacer entregas al extranjero, permitiendo así que usuarios de países como Bélgica, Alemania o Suecia también adopten, y suelen ser animales con enfermedades que necesitan más tratamientos. Desde la protectora de animales y plantas Baix Vinalopó han detectado, además, un gran volumen de peticiones de adopción de cachorros y perros de raza desde grandes ciudades como Madrid o Barcelona en los meses anteriores.

Isabel Iborra Martinez, voluntaria de Asoka Alicante, reseña que han preferido esperar a la vuelta a una cierta normalidad para que los adoptantes no utilizasen a los animales como excusa para salir a pasear como permitía el decreto. Por otro lado entienden que es preferible que salgan del albergue en estos momentos para que se aclimaten mejor, teniendo en cuenta que el confinamiento que ha vivido el país era una situación compleja para la convivencia e incluso los animales podrían atravesar estados de soledad al pasar de estar contínuamente acompañados a no estarlo al retomarse las clases y con la vuelta al trabajo. En este sentido los expertos pronostican que los que se han acostumbrado a tener a la familia en casa ahora notarán esa separación «y será otro cambio para ellos, por ejemplo los perros ladrarán más por separación, habrá que trabajarlo, es una readaptación porque ellos sólo entienden que no estás», explica Gelardo.

Precisamente para evitar esa ausencia María Teresa Ros ha decidido ampliar la familia con Leo, un pizpireto felino. «Teníamos una gata en casa y estaba un poco sola cuando nos íbamos de casa. Durante la cuarentena estuvo muy cercana y nos reclamaba mucho, sabíamos que nos daría mucha pena al volver a la vida normal y por eso le hemos buscado acompante».

Ramón Irles y Laura Linares navegaron hace unos días en velero hacia Tabarca por primera vez con Winch, un «peludín» del que desconocen su historia. No saben si lo abandonaron, «pero intuimos que sí porque le dan miedo las personas y poco a poco se nos acerca porque siente cariño», explica a INFORMACIÓN esta pareja que también decidió adoptar hace menos de un mes.

Miedo al repunte

Las protectoras consultadas coinciden en que el índice de abandonos debido a la situación del covid es inferior a la de otros años. Algunas entienden que el estado de alarma ha aumentado la conciencia social o incluso que el aumento de controles policiales ha frenado el problema, pero hay colectivos como la protectora de El Campello que ha detectado un aumento de dueños que han renunciado a sus animales y entienden que se debe a separaciones y divorcios. Según Rosa Rodríguez, de la protectora de Santa Pola, han encontrado menos camadas callejeras de gatos de lo habitual en los últimos dos meses.

Las entidades presagian un aumento de abandono en los próximos meses de verano y vacaciones. «El miedo lo tenemos ahora que es cuando mucha gente pasará del ERTE al ERE y empiecen a no tener dinero y dejen las mascotas, incluso hemos aumentado las casetas en el albergue para estar preparados», explica Isabel Iborra.

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