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Balboa: «La profesionalidad del personal ha podido con el miedo a los contagios»

Supervisora de Enfermería de la UCI del Hospital General de Alicante

Sonia Balboa, en las dependencias de la UCI del Hospital General de Alicante. información

Sonia Balboa es la supervisora de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de Alicante, el área más exigente de cualquier centro sanitario, y más en una pandemia como la del covid-19, por la extrema gravedad de los pacientes que llegan hasta allí. Señala que el personal sanitario de la sección, al que elogia, ha soportado una importante sobrecarga de trabajo, a lo que se le ha añadido el miedo generado por una enfermedad repleta de incertidumbres. Destaca que han tenido que vivir momentos muy duros, así como otros repletos de alegría, coincidiendo con las altas a los enfermos. Coincidiendo con la desescalada, reclama a la población prudencia y máxima precaución para evitar que los rebrotes que se puedan producir no lleguen ni de lejos a la virulencia de la primera oleada.

P Ahora que ya ha pasado lo peor, ¿cómo valora lo vivido en la UCI del hospital?

R El primer ingreso en nuestra sección lo tuvimos el 15 de marzo y a partir de ahí sufrimos mucha sobrecarga de trabajo. Es cierto que en todo momento la situación ha estado bajo control y no llegamos a desbordarnos, como ha sucedido en otros centros hospitalarios de España, pero hubo guardias de tres y cuatro ingresos y llegamos a temernos lo peor.

P¿Tuvieron problemas en cuanto a equipos de protección?

R Hubo mucha incertidumbre cuando empezaron a llegar los pacientes, pero aunque no hemos tenido lo que hubiésemos querido en el inicio de la pandemia, lo cierto es que no nos han faltado mascarillas, batas y demás materiales. Además, afortunadamente no ha habido contagios entre el personal.

P ¿Y en cuento a medios técnicos y de logística?

R Lógicamente se tuvo que llevar a cabo una remodelación de la UCI para incrementar espacios y número de camas. Además, con la participación de los compañeros de la sección de anestesistas se habilitaron máquinas de anestesia como respiradores, para que no hubiese déficit de este tipo de equipos, tan importantes para atender a pacientes con graves insuficiencias respiratorias.

P ¿Cuáles fueron los peores momentos?

R Al principio hubo mucho miedo por la incertidumbre que generaba este nuevo virus, pero la gente de las UCI está hecha de otra pasta y una vez se ponía a trabajar se olvidaba de todo. La profesionalidad del personal sanitario ha podido con el miedo a los contagios.

P ¿Ha sido muy complicado tratar a estos pacientes?

R Conlleva mucho trabajo. Hay que tener en cuenta que se trata de pacientes con dolencias respiratorias que permanecen intubados y a los que hay que cambiar de postura para airear los pulmones y que puedan respirar mejor. Realizar estos movimientos perfectamente puede precisar de media hora o tres cuartos. También hay que poner bien los tubos y curar las heridas. Todo ello sin contar el tiempo invertido en ponerse y quitarse los equipos. Como digo, hemos tenido una gran sobrecarga de trabajo.

P ¿Cómo han sobrellevado los pacientes el no poder estar acompañados por familiares?

R Tanto ellos como también nosotros hemos echado mucho de menos a las familias, pero el personal de la UCI ha hecho todo lo que ha estado en su mano para que se diesen cuenta de que no estaban solos, sobre todo cuando despertaban, con un estado que en esos momentos no es de conciencia absoluta. Aquí se les ha tratado con todo el cariño del mundo, y también les hemos facilitado realizar videoconferencias para que, al menos desde la distancia, pudiesen tener un contacto con sus seres queridos.

P ¿También en esta UCI las altas se han vivido como auténticas fiestas?

R Ha sido muy emocionante, sobre todo en los primeros casos, incluso llorábamos. El hecho de que empezasen a recuperarse incluso antes de lo previsto nos alegró por ellos y al mismo tiempo también nos dio a nosotros mucha esperanza de que la cosa podía salir bien. Hemos vivido muchas sensaciones en una época difícil, pero me quedo con el trabajo de todo el equipo. En esta crisis se ha sacado lo mejor de las personas. No ha habido quejas y ha sido todo un espectáculo verlos trabajar, empezando por los médicos, siguiendo con los enfermeros y terminando por los celadores. Además, todas las secciones del hospital se han esforzado por contribuir a afrontar esta crisis.

P ¿Considera que la sociedad ha sabido reconocer el esfuerzo realizado por el personal sanitario?

R Sin duda. Los aplausos recibidos así lo atestiguan. Han sido muy emocionantes. Incluso hemos recibido regalos como flores, comida o bombones.

P ¿Qué piensa de la desescalada en la que estamos inmersos, y de algunas imágenes que se han empezado a ver de aglomeraciones de gente y cierta relajación de las medidas de prevención?

R Cumplir al 100% es complicado, pero estoy convencida de que la gran mayoría sí que están respetando las normas. De hecho, ahora veo muchas más mascarillas que por ejemplo hace apenas dos o tres semanas. Lo único que pido a todo el mundo es que lo que hemos tenido que pasar en los últimos meses no caiga en el vacío y que continúen siendo responsables al máximo. Ya habrá tiempo para ir a tomar copas. Tenemos que ser precavidos y volver a la normalidad de forma paulatina, con calma. Hay que hacer todo lo posible para que una situación esta no se vuelva a reproducir.

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