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El futuro de los sectores económicos

El juguete tras el covid-19: pendiente del comercio y de un posible rebrote

El sector acumula una caída de ventas del 23% desde el inicio del año, pero considera que hay margen para recuperar buena parte del terreno perdido en la campaña de Navidad

Trabajadoras, en la fábrica de muñecas de Berjuan. JUANI RUZ

Después de pasarse toda la vida lamentando la elevada estacionalidad del sector, los jugueteros alicantinos dan hoy gracias de que prácticamente el 70% de su facturación se concentre en las últimas semanas del año. Lo que siempre ha sido una desventaja se ha convertido, de repente, en su mejor escudo frente a los estragos que ha provocado la crisis del covid-19 en otros negocios. Quien más quien menos considera que la caída de ventas acumulada del 23% en lo que va de ejercicio que arrojan los cálculos de la consultora The NPD Group pueden ser asumibles, siempre que lo que llegue a partir de ahora no sea un desastre absoluto.

En este sentido, como reconoce el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, los empresarios del ramo tienen en estos momentos en su cabeza dos grandes preocupaciones: qué va a ocurrir con su principal cliente, es decir, con las tiendas físicas, que siguen siendo fundamentales para dar salida a sus productos, por mucho que haya crecido el comercio electrónico; y qué posibilidades hay de que se produzca un rebrote de la epidemia el próximo otoño.

Sobre la última de estas cuestiones, Pastor se limita a señalar que sería directamente «mortal» para el sector. «Muy pocos podrían resistirlo, quizá los que estuvieran más internacionalizados, si no afecta por igual a todos los países», asegura, casi sin querer ni planteárselo, ante el problema que generaría una situación así.

La preocupación por el futuro del comercio detallista no es menor. «A los fabricantes nos ha cogido en un momento en que apenas hay producción. Tenemos margen para recuperarnos de cara a la campaña de Navidad, pero la situación del comercio es distinta y nos preocupa. Ellos tienen alquileres y otros gastos que han tenido que soportar, y la experiencia nos dice que, cuando se produce un cierre, el negocio ya no se recupera por completo», apunta el presidente de los jugueteros, que recuerda el impacto que tuvo hace un par de años la quiebra de ToysRUs en Estados Unidos.

Pastor señala que el futuro de ese sector comercial del que dependen estará supeditado, como es lógico, a la evolución del consumo de las familias y de su capacidad de gasto, pero también de los cambios en las costumbres que va a generar la crisis sanitaria. «¿Cuál será la frecuencia con la que iremos a las tiendas? ¿Cómo serán esas tiendas?», se pregunta.

Reparos de los padres

Los temores del presidente de la AEFJ están más que fundamentados, a tenor de los resultados de la encuesta que ha realizado The NPD Group y que señala que el 84% de los consumidores muestran cierta aprensión a acudir a los establecimientos y probar los productos o la ropa allí expuestos; y que un 37% asegura que no piensa ir a ninguna tienda con su hijo. «Va a suponer un problema, porque una parte de la facturación del sector depende de la compra por impulso, lo que afectará, por ejemplo, a los coleccionables (pequeñas figuras como las LOL de Giochi Preziosi), que habían contribuido a dinamizar bastante el sector», explica el director general de la consultora, Fernando Pérez.

De hecho, algunos fabricantes ya están analizando de qué forma deberán exponer sus productos y se llegan a plantear envolverlos en bolsas o plásticos protectores para vencer las reticencias de los padres, como explica el consejero delegado de Injusa, Luis Berbegal. La firma de Ibi es una de las pocas del sector que no ha recurrido a un ERTE, tras pactar un cambio en las vacaciones con la plantilla, y ya se encuentra a pleno rendimiento. «Somos fabricantes. Producimos cientos de miles de unidades y no podemos esperar si queremos atender la demanda de la campaña de verano y de Navidad», señala el ejecutivo.

Especializada en correpasillos, coches y motos eléctricas y otros productos para utilizar al aire libre, Berbegal confía en que el tiempo que las familias han pasado confinadas provoque ahora un «efecto rebote» y despierte un mayor interés por los juguetes para usar en el exterior. En su caso, se juega buena parte del negocio en el extranjero -exporta el 80% de su producción-, lo que puede suponer una ventaja, ante el distinto ritmo al que se está produciendo la desescalada en Europa.

Online

Uno de los aspectos en los que coinciden todos los consultados para este reportaje es en que el confinamiento ha acelerado el trasvase de compradores del comercio físico al electrónico. «Lo que se esperaba en dos años se ha hecho en cuatro semanas», señala el director de The NPD Group, que apunta que hasta un 40% de los consumidores asegura que seguirá comprando más juguetes online cuando acabe el confinamiento. La gran pregunta es «si los detallistas estaban preparados para este cambio», apunta, por su parte, el presidente de la patronal juguetera, José Antonio Pastor. También habrá que ver si todos los segmentos de juguetes tienen la misma facilidad para comercializarse a través de la web.

De momento, durante estas semanas de confinamiento, los que han ganado la partida, los que han registrado más ventas, son los juegos de mesa y los puzles, y también los juguetes artísticos, como la plastelina o los de manualidades, que muchos padres han adquirido para entretener a sus hijos.

Todas estas dudas provocarán que este año se lancen al mercado menos novedades de lo habitual, algo muy significativo en un sector acostumbrado a renovar entre el 50% y el 60% de su catálogo cada ejercicio. Algunos retrasarán sus nuevos lanzamientos a la espera de tiempos mejores, pero, en otros casos, será algo impuesto ante la decisión de las grandes productoras de cine norteamericanas de posponer sus estrenos. No en vano, alrededor del 30% de los juguetes que se venden son licenciados, lo que suscita nuevas dudas, ya que el avance de internet también ha cambiado la forma en que se consumen los productos audiovisuales y ha fragmentado las audiencias, lo que complica llegar al volumen de espectadores requerido para garantizarse el éxito de un juguete de determinada serie. Otro de los retos que debe afrontar el sector.

Aprovechar la oportunidad

Una de las cosas que ha demostrado la actual crisis del covid-19 es la capacidad de reinvención de las firmas del denominado Valle del Juguete. Lejos de conformarse con la situación, muchas han buscado o potenciado líneas de negocio alternativas, que pudieran compensar la caída de las ventas de su producto principal. Es el caso del fabricante de muñecas Berjuan, que decidió aprovechar su infraestructura para ponerse a coser mascarillas higiénicas. Ya han vendido más de 200.000, según afirma el gerente de la firma, César Bernabeu, por lo que han decidido continuar con el negocio de forma paralela y ya preparan nuevos modelos con colores y dibujos, para aprovechar el tirón.

Además, la firma confía en el éxito de su nuevo lanzamiento: Mosquidolls, una línea de muñecas y peluches que repelen a los mosquitos. Se trata de un producto en el que han invertido siete años de desarrollo, de la mano de Aiju. «Al principio, cuando ocurrió todo esto, los distribuidores nos plantearon esperar, pero una de las consecuencias de esta crisis es que ha aumentado la preocupación por la salud, lo que ha hecho que crezca el interés por nuestros muñecos», relata César Bernabeu, que asegura que está cerrando ya numerosos acuerdos de distribución.

Juguete educativo

Miniland es otra de las firmas que ha logrado atenuar el golpe de la caída de venta de juguetes potenciando otras divisiones del negocio, según expone su director general Rafael Rivas. En concreto, por un lado, la firma ha visto cómo se disparaba la demanda de los productos de puericultura que comercializa, como termómetros digitales o básculas; y, por el otro, ha mantenido el crecimiento en la división que fabrica molinillos de plástico para los envases de especias. Aún así, como es lógico, la compañía también espera recuperar poco a poco las ventas de juguetes. En su caso, al estar especializados en juguetes educativos que venden, sobre todo, a escuelas infantiles, están pendientes de ver cómo se producirá la reapertura de estos centros, o de si permitirán compartir juguetes, lo que será clave para su negocio. «Tenemos muchas esperanzas en el homeschooling (juguetes educativos para aprender en casa). Es una línea que está creciendo mucho», señala. Otro ejemplo más de cómo el sector se adapta a los nuevos tiempos.

¿Quién le quita la tablet al niño?

El confinamiento ha aumentado el tiempo que los menores pasan delante de las pantallas

No va a ser nada fácil. Una de las consecuencias del confinamiento es que los menores han aumentado significativamente el tiempo que dedican al juego -que ha pasado de 3 a 4,5 horas diarias-, pero también el que destinan a mirar la televisión (una media de dos horas y cinco minutos frente a la hora y cuarto de antes del covid), los videojuegos (55 minutos frente a 25) o el que pasan colgados de la tablet o el móvil (una hora y media frente a los 40 minutos de antes), de acuerdo con el estudio que ha realizado el Instituto Tecnológico del Juguete (Aiju). Unas nuevas costumbres que ahora van a ser complicadas de revertir y con las que habrá que lidiar. «Ha sido mucho tiempo, más de dos meses, y los niños ya lo entienden como derechos adquiridos», señala el responsable del área de investigación del usuario infantil de Aiju, Pablo Busó.

De alguna forma, los propios padres ya tienen asumido que este tiempo ha cambiado la forma de ocio de sus hijos y el 33% prevé que, tras esta crisis, sus vástagos seguirán demandando más tiempo delante de una pantalla.

Otro de los datos que revela el informe es que hasta un 38% de las familias ha comprado algún juguete durante el confinamiento y que el 88% lo ha hecho a través de internet. Del mismo modo, hasta un 22% de los consultados sostienen que seguirán aumentando las compras de estos productos a través de la red.

El regalo de la abuela

Por otra parte, el director de The NPD Group, Fernando Pérez, señala que una de las vías por las que se prevé la reactivación del consumo de juguetes son los regalos de los familiares que no han convivido con los niños. «Durante este tiempo sólo los padres les han comprado juguetes, pero no han recibido los regalos que tocaban de los abuelos o los tíos que, seguramente, ahora incluso estarán dispuestos a ser más generosos» explica el experto. Claro está, si la su situación económica se lo permite.

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