Verano tropical en la provincia de Alicante. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología y del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante para los próximos meses anuncia semanas calurosas, bochorno debido a la humedad y la entrada de viento del Sahara y noches tropicales, esas en las que la temperatura no baja de los 20 grados y resulta complicado conciliar el sueño. Calor que ayudará a atenuar los riesgos del covid-19 pero que puede terminar provocando lluvias torrenciales a medida que avance el verano, más en agosto, cuando se formen tormentas, debido al incremento de la temperatura del agua del mar, también responsable de las noches tropicales.
Los climatólogos alertan de que la temperatura del mar ha aumentado mucho en las últimas semanas, y está ya en los 20 grados, un grado por encima de lo normal a finales de mayo.
El verano llama a la puerta en Alicante, pues tanto los sistemas de predicción europeos como norteamericanos coinciden en que hará calor.
«El hecho de que aumente el calor durante los veranos en Alicante se está observando sobre todo en los últimos diez años en los que el 70% de los veranos ha sido caluroso. Lo fue el de 2019 y éste va a ser también tórrido y sin lluvias, aunque esto último es habitual», explica Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.
La temperatura del mar Mediterráneo ya supera los 20º en algunos puntos de las costas españolas, un valor entre 1,5-3º más alto de lo que correspondería para estas fechas. «Este factor cobra especial importancia porque aumenta la probabilidad de que se produzcan lluvias intensas en las últimas semanas del verano climatológico, en caso de que se originen descuelgues de aire frío», según el alicantino Samuel Biener, experto climatólogo de Meteored e investigador del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. En este sentido, Jorge Olcina subraya que el calentamiento del mar es una de las derivadas directas del cambio climático en la provincia de Alicante.
Nos espera pues un verano más cálido de lo habitual en gran parte de España. Esta es la primera previsión también de los meteorólogos de Meteored para un país marcado por la situación actual de estado de alarma y damnificado por las consecuencias de la Covid-19. En breve dará comienzo el verano climatológico (que se extiende del 1 de junio al 31 de agosto) y, si los datos de la pandemia persisten con la actual tendencia positiva, podremos disfrutar de un verano cuanto menos atípico.
Las temperaturas más anómalas, con registros que previsiblemente superarán hasta en un grado la media del verano, se vivirán en gran parte de Extremadura, valle del Guadalquivir, extremo occidental de Castilla-La Mancha, zonas de Ávila o Salamanca y en Baleares. En el resto de España, las temperaturas parece que quedarán ligeramente por encima de la media, excepto en algunos puntos de la Meseta Norte, donde los valores permanecerán en el promedio. En verano, las precipitaciones suelen escasear. No obstante, en algunas áreas del Pirineo y del Sistema Ibérico esta estación suele ser una de las más lluviosas del año, principalmente por las tormentas. En cambio este año, el modelo de referencia europeo prevé menos lluvias de lo habitual en estas zonas, así como en el extremo noroeste de la península.
Abril fue cálido y muy lluvioso, salvo en la Vega Baja
La temperatura media fue de 13,6 grados, 0,6 grados por encima de la media normal para Meteorología
El mes de abril fue cálido y húmedo en la Comunidad Valenciana. La temperatura media, 13.6º, fue 0,6º superior que la de la climatología de referencia (13 º), y la precipitación acumulada quedó en 71.7 l/m2, un 50% superior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (48.9 l/m2).
La gran nubosidad y la escasa insolación contribuyeron a una pequeña amplitud térmica, lo que dio lugar a que los días resultaran fríos y las noches muy cálidas, aunque en el balance general la anomalía nocturna tuvo más peso y el mes finalmente resultó cálido.
No hubo grandes temporales, pero sí muchos días de lluvia y de tormentas. Fue, curiosamente, el mes de abril con más rayos desde 2007.
La zona de más precipitación acumulada se registró en el norte de la provincia de Castellón, con 161.8 l/m2 en Fredes, 135,3 litros en Alcalà de Xivert y 130,6 litros en Morella. También en localidades de la montaña del norte de Alicante como Benimassot o Almudaina se superaron los 100 l/m2 de precipitación acumulada en abril.
Los puntos con menos precipitación acumulada durante el mes se se localizaron en el litoral de Alicante. En Benidorm se acumularon sólo 11.2 l/m2, en Guardamar del Segura 20,8 litros y 20,6 litros en Rojales.
De todas formas el año está siendo generoso desde el punto de vista de las lluvias y no hay problemas de abastecimiento.
