Hacer un cribado de los turistas extranjeros que vayan a viajar a la Costa Blanca, preferentemente en origen para evitar la sobrecarga del sistema sanitario provincial que supondría detectar nuevos contagios en destino, y establecer corredores turísticos con países o regiones europeas sin casos circulantes de coronavirus son las principales medidas que los expertos en salud pública proponen a las autoridades políticas y sanitarias para que se pueda salvar parte de la temporada turística controlando los rebrotes del covid-19.
Los epidemiólogos creen que la provincia está preparada para avanzar en la desescalada gracias a la prudencia del gobierno autonómico al demorar la entrada en la fase 2 mientras se refuerzan los equipos de salud pública y los centros de salud comunitaria, lo que está permitiendo al sistema certificar una baja incidencia del virus antes de acelerar hacia la nueva normalidad. Una estrategia, la de tener rodado el engranaje sanitario para asumir posibles brotes, que los especialistas en salud pública creen que debe dar confianza a los operadores turísticos y económicos. Otro factor para permitir la recuperación del turismo ha de ser la vigilancia epidemiológica en la que jugarán un papel fundamental los ayuntamientos a través de la monitorización, mediante las policías locales, del cumplimiento de las medidas de distancia social e higiénicas en las playas, y en la restauración.
La incógnita sobre cuándo se podrá desarrollar con cierta normalidad la actividad turística, que mueve 15.000 millones de euros en la provincia, ha hecho saltar todas las alarmas en un territorio en el que esta industria representa el 24% del PIB del territorio y mueve 300.000 empleos. La patronal Exceltur ya ha advertido en un informe que la Costa Blanca perderá el 80% de la actividad turística si el coronavirus termina con la temporada y ha cifrado las pérdidas directas en 8.000 millones de euros.
Tras avanzar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se permitirá la llegada de turismo extranjero a partir de julio, la Generalitat está a la espera de que la administración superior concrete nuevas instrucciones, «y lo adaptaremos en función de nuestras competencias y de nuestras singularidades, como ya estamos haciendo con las playas, pero el protocolo lo lanza el Gobierno con el visto bueno de Sanidad», explicaron ayer desde Turisme Comunitat Valenciana, que ha pedido que una vez que se levante el estado de alarma se desactive la cuarentena de 15 días para los visitantes internacionales o los residentes que vayan llegando de otros países. Solo en Torrevieja hay 62.585 viviendas turísticas, y es la segunda ciudad española con mayor cantidad. Entre las medidas que baraja el Gobierno para aplicar al turismo en todos los aeropuertos internacionales se encuentran el pasaporte sanitario, los test masivos, la toma de temperatura y los acuerdos entre países, propiciados además por Bruselas,para que haya desplazamientos entre regiones que se encuentren en la misma situación epidemiológica.
Volviendo a los protocolos que recomiendan los expertos en salud pública, para los viajes en avión es un cribado o validación a la salida de los países de origen. Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Elche, explica que hacer los controles en destino sería un «desastre» si luego los turistas tienen que pasar en la provincia la cuarentena. «Aparte de una carga para el sistema sanitario. La prueba de detección debe hacerse en la salida», afirma el también portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), entidad que ha elaborado un documento sobre el desconfinamiento. Aparte estarían los turistas que puedan entrar en coche procedentes de países como Portugal, Francia o Italia, de regiones en situación similar sanitaria a la de la Comunidad Valenciana, para lo que se necesita que los servicios sanitarios estén «rodados».
Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, habla también de la posibilidad de acuerdos entre países para hacer excepciones en julio y agosto, permitiendo un trasvase de turistas entre regiones en las que no haya casos circulantes. Es lo que los expertos llaman fase cuatro interpandémica. «Sería fácil rebajar el grado de exigencia siempre que procedan de sitios donde hay una garantía de que no circula el virus. Si te viene alguien de una zona como Brasil, tendrá que pasar cuarentena».
Ortí, que forma parte de un grupo de expertos como asesor sanitario para Presidencia, recomienda evitar aglomeraciones en las playas y mantener la distancia social, y resta importancia a que la brisa marina pueda diseminar el virus gracias al calor del verano, la radiación ultravioleta y la humedad que reducen la posibilidad de contagio. En todo caso, aconseja evitar los grupos numerosos de personas hablando y parados.
«Todo depende del nivel de prevalencia. En estos momentos tenemos muy pocos casos nuevos en la Comunidad Valenciana, el riesgo de contagio disminuye, y en julio y agosto va a ser prácticamente testimonial. Sí que es verdad que nos vienen turistas de otras partes, a los que se obliga a pasar una cuarentena de 15 días. Eso se podrá reducir si se confirma que no hay casos circulantes en las playas o lugares de turismo y que vienen de zonas donde se toman las medidas preventivas adecuadas».
El experto reclama circuitos para poder desplazarse por las playas, que haya pasarelas de acceso y salida diferenciadas, y acotar zonas para personas mayores y sensibles de salud que deberán respetar el resto de la población.
Peatonalización
Los expertos creen que debe aumentarse la distancia social en toda la ciudad para minimizar los contagios: en paseos marítimos, parques, plazas, jardines y playas estableciendo corredores que permitan «esponjar» el flujo de turistas y ciudadanos. El profesor del Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante y urbanista Armando Ortuño considera que es el momento de cambiar el modelo urbano de muchas ciudades de la provincia apostando por la peatonalización de la segunda línea en municipios de costa y en general en todas las calles con menos de 14/12 metros de anchura para acoger los flujos peatonales en cada sentido, dejar espacio entre ambos y sitio para las terrazas y veladores.
«Son unas medidas que siempre hemos reclamado y esperamos que cuando el coronavirus decaiga no se nos ocurra recuperarlo para los vehículos. Es una gran oportunidad para aumentar nuestra competitividad turística. Las administraciones están ahora trabajando bien y la esperanza es que no retiren esas políticas».
